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Pedro Gómez, consejero delegado de DRED: “La Educación está entrando ahora en la teleformación”

Gómez reclama a la Administración una legislación flexible que permita adaptarse, pues la teleformación, como la sociedad, está en continuo cambio.
Estrella MartínezMartes, 8 de mayo de 2018
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Pedro Gómez es el consejero delegado de la empresa especializada en teleformación DRED –Diseño de Recursos Educativos– y el vicepresidente de la Asociación de Proveedores de eLearning (APeL). En calidad de vicepresidente de APeL asistió a la que ha sido la primera mesa de trabajo técnica sobre teleformación, donde se reunieron Administración, sindicatos y empresas. En esta primera reunión se reflexionó sobre la teleformación como modelo de formación, sus características diferenciadoras, las necesidades de desarrollo, etc. Hubo gran coincidencia en algunos puntos más estratégicos como la necesaria modificación del escenario normativo, la obligada uniformidad de los criterios de los técnicos de seguimiento y la diferenciación de esta modalidad con la presencial. Desde APeL Gómez defendió tres conceptos que deben caracterizar a la teleformación en la actualidad: la flexibilidad, la calidad y control, y el seguimiento por parte de la Administración. Por otro lado, desde DRED ofrecen la siguiente formación al profesorado: Educación emocional, El coaching en el aula, Lectoescritura y Matemáticas manipulativas. Actualmente trabajan en el diseño de los cursos Aprendizaje basado en proyectos, Trabajo cooperativo –Primaria y Secundaria– y Evaluación: rúbricas y portafolios.

¿Cuál es la labor de DRED?
Diseñar contenido para teleformación e impartir acciones formativas mediante teleformación.

¿Cómo plantean la formación del profesorado?
Nosotros trabajamos en el sector de la formación para el empleo. A los profesores les ayudamos a convertirse en teletutores. Para ser teletutor tienes que tener prácticamente las mismas capacidades que para ser un tutor en presencial más una formación específica que te permite conocer el medio de la teleformación. Nuestra obsesión es formar a alguien para que consiga un empleo o para que mantenga el que tiene.

Esto es lo que ofrecen a los profesores dentro de la formación reglada, ¿es así?
Sí, después sí que es cierto que como empresa de teleformación tenemos actividades formativas de metodología didáctica, de metodología de formación, etc. Sucede que la teleformación está menos desa- rrollada en Educación que en empleo, donde sí está muy avanzada. Educación está casi que entrando ahora en el mundo de la teleformación.

¿Por qué se ha quedado atrás la Educación?
La teleformación tiene muy poquito tiempo, nace en el año 2000. Desde entonces ha habido cambios de competencias, la transferencia de competencias a las comunidades autónomas, está el SEPE, o sea que estamos todavía con un campo tremendamente abierto.

¿Tienen libertad a la hora de diseñar la formación?
Hay distintas iniciativas de formación, depende de cuál sea tienes libertad total o cero. En la formación a demanda o formación programada, que es la que ofrecen las empresas a sus empleados, tenemos libertad absoluta, y en otras formaciones no tenemos prácticamente ninguna porque te tienes que ir a temarios que ya estén reglados, las convocatorias de oferta pública. Muchas veces se da el caso de que tenemos que impartir los temarios oficiales y están obsoletos, y las entidades de formación están ahí entre la espada y la pared. Por un lado la Administración publica una oferta, una convocatoria, y si las empresas no acudimos con el temario oficial, no te lo adjudican. Y el problema de impartir el temario oficial es que los alumnos te dicen que está obsoleto.

¿Cómo lo resuelven?
Nos ajustamos al temario oficial tocando los temarios actuales.

¿Han tratado estos temas en esta primera mesa de trabajo?
Claro, regular la teleformación no es fácil, la Administración lo tiene complicado porque es algo que está vivo, que cambia, mañana alguien se inventa la pizarra interactiva digital y todo el mundo quiere usarla, ¿se permite o no? Hace falta una legislación muy flexible que permita adaptarse a lo que hoy no sabemos. El reto es grande, pero merece la pena porque la teleformación puede ofrecerle mucho a la sociedad.

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