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¡Tenemos un problema! Sudáfrica, la segregación escolar y el abandono educativo

Un país donde una de cada diez escuelas es un ‘gueto’ donde más de la mitad del alumnado es pobre, y donde ese fenómeno ha crecido un 13,4% en diez años, tiene un problema para tomarse en serio.
Martes, 12 de junio de 2018
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Durante la crisis económica vimos un descenso del abandono escolar debido a la destrucción de gran parte del empleo de baja cualificación al que estos jóvenes huían. Esto se acaba y, según la última Encuesta de Población Activa, cuando de nuevo la economía mejora, el abandono escolar vuelve a dar signos de crecimiento debido a la demanda que se produce otra vez de estos empleos.

Vuelven viejos debates. Nos toca desentrañar los mecanismos de un sistema educativo que genera abandono escolar como ningún otro país de la UE después de Malta. Jóvenes sin formación postobligatoria que quedan condenados a la precariedad y el paro, con pocas expectativas vitales y, dado el peso creciente que tiene en esto la situación de partida, perpetuando la pobreza y la desigualdad.

En ese contexto, en Save the Children presentamos hace unos meses el informe Mézclate conmigo sobre segregación escolar por origen socioeconómico en España. Más allá de los rankings –España es el sexto país, nada menos– probablemente el dato más interesante que evidencia el informe, y que debería preocuparnos, es que la segregación contribuye al abandono escolar. Estudiar con compañeros de familias con un nivel educativo y económico similar afecta a las trayectorias educativas, reduce el rendimiento –hasta 30 puntos PISA–, aumenta la probabilidad de repetición y disminuye las expectativas de cursar estudios superiores.

Un país donde una de cada diez escuelas es un ‘gueto’ donde más de la mitad del alumnado es pobre, y donde ese fenómeno ha crecido un 13,4% en diez años, tiene un problema para tomarse en serio.

¿Qué pinta ese país de África meridional en el título de este artículo? Pues bien, decía el ministro anterior en un debate sobre este informe en el Senado: “En España no se segrega. Eso es algo que existía en Sudáfrica, en régimen de ‘apartheid’”. Creo que no era consciente de hasta qué punto ese ‘hombre de paja’ –falacia argumental que consiste en caricaturizar un argumento llevándolo al extremo– nos ayuda a clarificar el concepto. Dice el diccionario de la RAE que segregar es “separar o apartar algo o a alguien de otra u otras cosas” y en el caso de las personas “por motivos sociales, políticos o culturales”, en este caso, en escuelas distintas.

Fue precisamente la segregación más extrema, la que separaba por color de piel en las escuelas del ‘apartheid’ sudafricano y de EEUU, la que puso en evidencia los problemas educativos y sociales que esta puede generar y fue un paso clave en el camino hacia la Educación inclusiva. Fue la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos ‘Brown contra el Consejo de Educación de Topeka’ en 1954 la que estableció que la separación en escuelas distintas es inherentemente desigual, genera sentimiento de inferioridad y priva de las mismas oportunidades educativas a las minorías. Y eso inspiraría la lucha contra el ‘apartheid’ en Sudáfrica.

La separación por color de piel, intencional y planificada, obviamente nos escandaliza más que un fenómeno más sutil y menos visible como es la segregación del alumnado por el nivel de recursos de sus familias, que ocurre más bien por omisión, por no reconocer el problema y abordarlo con políticas. Pero los mecanismos nos sonarán: las reservas de plaza no son suficientes para equilibrar la composición de los centros, el cobro de cuotas fundamentalmente en centros concertados hace de barrera, es más difícil atender las necesidades cuando se concentran, no hay recursos de apoyo suficientes para hacerlo, huyen profesorado y algunas familias, estigmatización, cierre de grupos en esos centros…

La segregación escolar perjudica la equidad de los sistemas educativos y limita las oportunidades educativas de quienes la sufren. Lo sabían en Sudáfrica, en EEUU, y gracias a la investigación educativa lo sabemos mucho mejor hoy. El llamado “efecto pares”, que confirma el informe de Save the Children, mejora el desempeño educativo al mezclar equilibradamente en el mismo aula alumnado de distinto origen y rendimiento. Por ello la OCDE recomienda abordar la segregación para mejorar la equidad y la Comisión Europea lleva pidiendo a los Estados miembro que incorporen la lucha contra la segregación en sus políticas contra el abandono escolar desde 2011. Por cierto, algo que España no ha escuchado.

La segregación escolar no es eficiente ni coherente con los objetivos fundamentales de un sistema educativo, ofrecer calidad y equidad, garantizar la igualdad de oportunidades de todos los niños y niñas. Tampoco con el objetivo europeo de reducir el abandono escolar temprano al 15% en 2020, nuestra ‘bestia negra’.

Negarlo no nos lleva a resolver el problema. Más aún cuando vuelve a remontar el abandono escolar y toca empezar a analizar causas. Si ya tenemos clara una, pongámonos a ello. Ministerio y consejerías tienen que sentarse en la Conferencia Sectorial y poner en marcha un plan con medidas legales, indicadores, políticas y recursos contra la segregación en nuestras aulas.

Álvaro Ferrer es técnico de Incidencia política en equidad educativa (Save the Children).

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