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Programas escolares contra el trabajo infantil en Perú

Canat –Centro de Apoyo a Niños y Adolescentes Trabajadores– es una institución que busca “igualar las oportunidades de las familias que están en pobreza y pobreza extrema”. Así lo presenta Aury Yarlequé, miembro de esta institución que opera en la región de Piura, Perú.
Ana G. BarronesMartes, 12 de junio de 2018
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“Esta oportunidad se ofrece a través de tres programas de formación y acompañamiento mediante los que atendemos a unos 300 niños y niñas”, explica Yarlequé, “además de poner especial atención al papel de la familia”. En otras palabras, lo que Canat pretende es que la familia, con el tiempo, asuma el rol educativo y de protección que ha perdido por la situación de pobreza en la que se encuentra. Para ello es necesario establecer compromisos y ofrecerles otra visión de como puede ser su vida.

Aury Yarlequé ha venido a España para dar su charla Una mirada cercana desde Perú, con el apoyo de la ONG Madre Coraje. En ella cuenta la situación que aún vive la sociedad de Piura tras el Niño Costero, este desastre natural dejó a gran parte de la población sin hogar. Además en su charla Yarlequé habla de la realidad de los menores en riego de exclusión. En Piura la falta de empleo ha hecho que las familias con escasos recursos económicos busquen cualquier mecanismo para poder sobrevivir, incluso el autoempleo de los menores. Los niños se ven en la obligación de salir de sus casas y buscar trabajo para contribuir a la economía familiar.

“No decimos que las personas salen de la pobreza pero sí que su visión del mundo se amplía”, puntualiza Yarlequé. “La forma en la que podemos contribuir a estas familias es más bien de apoyo y ayuda a los propios niños. Ahora pueden levantarse y pensar en ir a trabajar, luego a estudiar con el programa Manitos, creado por Canat, o a buscar empleo y conseguir los recursos necesarios para superar esa pobreza que están pasando”.

Canat se fundó en el año 1998 con la idea de contrarrestar la problemática de niños y niñas que trabajaban en el centro de abastos. “Estos mercados que nada tiene que ver con los españoles, allí están muy mal organizados y son un lugar bastante duro donde se pueden ver a niños pequeños cargando bultos o vendiendo bolsas”, detalla Yarlequé.

Los programas de Canat
En este contexto de alto trabajo infantil la institución de Canat creó su primer programa llamado Manitos trabajando. “La misión de este programa es no dejar que los niños abandonen la escuela”, dice Yarlequé, al explicar como la mayoría de los niños están con un pie en la escuela y con otro en el trabajo. “Para nosotros el que terminen la escuela es la única forma de romper con los ciclos viciosos de pobreza y para que ellos no repitan la historia de sus familias”.

El segundo programa se creó en el año 2000 con el nombre de Manitos creciendo, un proyecto laboral para los adolescentes que ya habían dejado la escuela porque no respondía a su realidad y necesidades. En este segundo programa se enseñan distintos oficios como cosmética, corte y confección, gastronomía y mecánica, con una especial atención al emprendimiento y al futuro negocio que los alumnos y alumnas podrán crear. Los participantes de este segundo programa trabajan de forma conjunta la integración laboral y la proyección comunitaria. Por ello, y tras su labor de ayuda a la comunidad, se impulsó la creación del tercer programa: Manitos jugando, una ludoteca donde los niños de 0 a 12 pueden ir a aprender mediante el juego y donde las madres, además, pueden encontrar apoyo y ayuda para los problemas de la crianza. Este programa se desarrolla actualmente en el asentamiento llamado Mónica Zapata, “la mayoría de los voluntarios que trabajan con los niños son antiguos egresados del programa Manitos creciendo”, cuenta Yarlequé con una sonrisa.

La Educación de las niñas
En Piura hay altos índices de embarazo adolescente, “Canat lucha por ofrecer a las niñas una proyección de futuro diferente que rompa con el ciclo normalizado que las obliga a que con 15 años tengan una pareja e hijos”, asegura Yarlequé.

“Tenemos una región bastante machista en la que las niñas solo pueden dar clases en Primaria y existe un alto índice de analafabetización en las mujeres adultas”, contextualiza Yarlequé. Por ello Canat prioriza la Educación de las niñas, ya que, según Yarlequé, “apostar por la Educación de las mujeres es darles las herramientas necesarias para que puedan tener un proyecto de vida e independencia económica”. Además, esta Educación hace posible que la visión que tienen del mundo cambie y se amplíe. Así ellas mismas piensan que aún no es el momento de tener hijos sino de crear su propia empresa o negocio.

Contra el trabajo infantil
“Cuando nace Canat se decía que impulsábamos el trabajo infantil”, comenta Yarlequé, “pero tenemos muchos acuerdos pactados por la erradicación de esta situación”. El problema radica en la pobreza extrema que viven algunas familias. “Los niños no van a trabajar porque les guste, sino porque tienen una necesidad”, enfatiza ella.

La pobreza que viven las familias en Piura es estructural y política, la realidad lanza a los niños al mercado laboral por una cuestión de supervivencia. “Desde muy pequeños los niños son la cabeza de familia”, comenta con tristeza Yarlequé. Pero ahora se está produciendo un cambio, según el Informe de la Dirección General de Trabajo presentado en 2013, Diagnóstico de la situación de trabajo infantil en la región de Piura, de la cifra de 2.000 niños trabajadores se ha pasado a 1.120.

“Pero debemos recordar que el trabajo infantil es la causa de un problema mayor, la pobreza”, finalizó Yarlequé.

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