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“La evaluación por competencias supone un cambio formidable en la cultura educativa”

Álvaro Marchesi, Catedrático de Educación y asesor de la Fundación SM.
Mar VillasanteMartes, 25 de septiembre de 2018
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La propuesta de modelo de evaluación docente lleva el sello de una de la voces más autorizadas de la Educación en España. Ex secretario de Estado, impulsor de la Logse, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación y asesor de la Fundación SM, Álvaro Marchesi ha puesto sobre la mesa un debate trascedental para la carrera docente y su calado en la sociedad.

Han hecho una propuesta ambiciosa. ¿Hasta dónde confían en llegar?
Confiamos en que sirva de negociación con Ministerio, comunidades autónomas, sindicatos y comunidad educativa. El ambiente es relativamente favorable. Los más recelosos inicialmente se han mostrado dispuestos a entrar en la negociación y sinceramente considero que, si empujamos todos, esto puede tener una trayectoria exitosa.

¿Qué principios inspiran la propuesta y qué pasos se han dado?
Partimos de la hipótesis de que esto podía suscitar el máximo acuerdo. Después de conversar con los profesores y pulsar la situación, creo que la gran mayoría considera positiva la idea porque incluye el acceso, los incentivos y la carrera profesional, porque es voluntaria y tiene en cuenta las competencias profesionales, no lo que hace un profesor durante una hora en el aula. A partir de ahí definimos las siete competencias profesionales, redactamos la propuesta y comentamos con los sindicatos y el Ministerio.

¿Han tenido en cuenta algún referente o modelo?
Tenía en la cabeza el modelo de sexenios de la universidad, que ha generado un esfuerzo enorme entre los profesores para que se evalúe su investigación y ha creado una dinámica positiva para investigar. Pensé que sería muy útil. Me parece positivo que los profesores admitan la evaluación porque supone una garantía de compromiso para la sociedad y las familias y, por tanto, va a aumentar su valoración social.

¿Cuáles serán los siguientes pasos?
Ahora estamos en una etapa de elecciones sindicales y puede plantear dificultades. Estamos en una fase de diálogos informales con los sindicatos, las administraciones y las comunidades autónomas para ver y pulsar qué acuerdos puede haber. La ministra dijo en el Parlamento que quería poner en marcha la carrera profesional. Espero que a partir de enero formule una propuesta, y sería bueno también que el Ministerio empezara a tantear con Hacienda cómo ve las cosas para 2022.

Hay tiempo para analizar y negociar…
He estudiado el calendario pensando en la actual situación política y presupuestaria. Hay tiempo y sería bueno que se vieran los principales partidos para que, gobierne quien gobierne, haya un compromiso en términos básicos con los docentes. Hay que recordar que tanto el PP como el PSOE, en el artículo 106 de la LOE y la Lomce, incluyen la evaluación del profesorado, voluntaria y con efectos en la carrera.

¿La evaluación podría suponer un primer acuerdo en un Pacto Educativo?
Todos hablan de acuerdo pero nadie se pone a negociar. Sinceramente no sé qué ha propuesto cada partido en el Pacto Educativo, llevan dos años y no tengo ni idea. Un acuerdo general es complicado pero pactar la evaluación de los docentes es otra cosa.

¿Qué resistencias cabe esperar en este proceso?
Una pueden ser los profesores, aunque los sindicatos están inicialmente dispuestos. Es normal que los profesionales muestren resistencias pero se pueden superar siempre que tengamos un modelo sensible a la complejidad docente. Sería injusto que la evaluación estuviera centrada en los resultados de los alumnos, porque hay diferencias por centros, cursos o etapas, pero este sistema de portafolio resulta bastante atractivo y equilibrado. El segundo escollo puede ser el Ministerio de Hacienda, pero si los gobiernos actuales hablan de aumentar el gasto, se plantea una subida del 2% en 12 años y no estamos en situación de crisis, se puede convencer de hacer un esfuerzo por la Educación y los alumnos.

¿El modelo garantiza la objetividad?
Primero hay que ponerlo en marcha y por eso nos hemos dado un año para su desarrollo, lo que supone establecer los indicadores y adecuarlos a cada perfil. Hace falta establecer una serie de criterios cuantificables, formar a los evaluadores… y eso lleva su tiempo. Pero lo importante es que estamos ante un cambio de cultura formidable: situar la evaluación de los profesores por competencias y su tarea docente abierta a los conocimientos, valores o el trabajo en equipo. Supone un cambio en el trabajo y en la propia enseñanza que reciben en las facultades. 

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