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En 2017 ya eran más dos millones los jóvenes que habían dejado los estudios

Diego FranceschMartes, 18 de septiembre de 2018
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Algo más de dos millones de jóvenes, más de la mitad de ellos de 16 a 24 años y el resto de 25 a 29, habían abandonado los estudios en 2017. Del total, un 43% eran ninis de baja cualificación, es decir, con nivel educativo no superior al Graduado en ESO. Estos son los datos extraídos de la EPA y que Fedea y J. P. Morgan han puesto de manifiesto en un reciente estudio titulado El impacto de los contratos para la formación y el aprendizaje en la inserción laboral de los jóvenes.

En el grupo de edad de 25 a 29 años este dato incluye a muchos jóvenes que entraron en el mercado laboral entre 2004 y 2009 a la edad de 16 años y con un nivel educativo máximo de ESO. “El regreso al sistema educativo no es una opción realista para muchos de los jóvenes de este grupo de edad”, dice el informe. Además, entre los más jóvenes, el estatus de nini es “muy persistente”.

Según los datos de flujos de la EPA, solo el 12,63% de los jóvenes de 16 a 24 años con bajo nivel educativo considerados como ninis en un trimestre dado del año 2016 vuelven al sistema de Educación reglada en el trimestre siguiente; y el 2,86% de los de 25 a 29 años.

Vuelta al sistema
Los datos aportados por el informe de Fedea también muestran que la tasa de participación en el sistema educativo y en actividades formativas está disminuyendo en edad y nivel educativo. De hecho, en el primer trimestre de 2017, menos del 10% de las personas activas con Educación Primaria como máximo en el grupo de edad de 16 a 24 años y con Educación Secundaria como máximo en el caso de los jóvenes de 25 a 29 años participaban en actividades de Educación o formación.

El informe de Fedea utiliza estas cifras para proponer el contrato de aprendizaje a estos jóvenes ya que, según sus datos, “entre el 25% y el 30% de los individuos empleados con un contrato de aprendizaje durante más de dos años transitan directamente a un empleo indefinido dentro de la misma empresa con independencia de su nivel educativo previo”.

El efecto acumulado es también destacable: tras siete años en el mercado laboral, el 80% de los individuos que al entrar en el mercado laboral tuvieron un contrato de aprendizaje de tres años de duración, tienen un empleo indefinido. Mientras que este mismo dato para aquellos que entraron al mercado laboral con un contrato laboral de la misma duración distinto al de aprendizaje desciende hasta el 40%.

Contratos de aprendizaje
El problema es que “a pesar del gran número de potenciales beneficiarios de este tipo de contratos, las estadísticas oficiales muestran que los contratos de aprendizaje representan un muy reducido porcentaje del total de contratos firmados en España”, señala Fedea.

Por otro lado existe otro riesgo, y es que dada la regulación actual de los contratos de aprendizaje, los estudiantes abandonen prematuramente el sistema educativo para acceder a un contrato de aprendizaje remunerado, en lugar de para obtener un título de Formación Profesional.

FP dual y presencial
En relación con ello, Fedea recuerda el papel que juega la FP presencial y la FP dual. Este último sistema “debería servir para proveer Formación Profesional de alta calidad al colectivo formado por jóvenes con un nivel educativo superior, esto es, de al menos segundo grado de Secundaria o con estudios universitarios”.

Fedea recuerda que los informes concluyen que los graduados en la modalidad dual obtuvieron resultados laborales significativamente mejores que los graduados en la FP presencial. En promedio, los graduados de FP dual acumularon un 27% más de días de trabajo durante los primeros 12 meses, mientras que la diferencia relativa de ingresos asciende al 32%.

Finalmente, los informes constatan una gran disparidad de resultados por ciclo formativo. En algunos de los ciclos vinculados a las industrias manufactureras, los graduados de FP dual trabajan casi el doble de días que sus compañeros en la FP presencial. 

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