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“El aula es ese espacio donde se inicia la transformación del mundo”

Adrián ArcosMartes, 2 de octubre de 2018
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“El aula es el espacio donde empieza la transformación del mundo”. Así lo aseguró el psicólogo e investigador Alfredo Hernando durante su ponencia ante el II Congreso Internacional de Innovación Educativa, organizado los pasados 21 y 22 de septiembre por el Departamento de Educación de Aragón en el Palacio de Congresos de Zaragoza. “La innovación en el aula es la medida de la innovación de un país y de una sociedad”, afirmó Hernando, para quien “el aula es la máquina que tenemos para crecer como personas y como humanidad”. El experto ha recordado que “la innovación educativa era algo casi impensable hace tan solo cinco años”.

“El reto es conseguir la personalización del aprendizaje, para que cada alumno tenga su proyecto vital, ya que los alumnos son la medida de la innovación”, resumió Hernando. “No hay que confundir innovación con ser los primeros en hacer algo. Innovación es crecer en resultados: copia lo que funciona en otros lugares, prueba, adapta, combina, transforma”, recomendó el experto a todos esos equipos de docentes que quieran innovar en el aula.

El valor del asombro
En el Congreso también intervino Catherine L’Ecuyer, bajo la premisa de que “el asombro es el deseo para el conocimiento”. La experta colabora con el grupo de investigación Mente-Cerebro de la Universidad de Navarra y es autora de libros de gran éxito como Educar en el asombro y Educar en la realidad, sobre el uso de las tecnologías en la infancia y en la adolescencia.

L’Ecuyer repasó factores que influyen en el crecimiento de los niños, como el silencio, que ayuda a trabajar su interioridad, o respetar sus ritmos, ya que tienen una gran capacidad para preocuparse solo por el momento presente. En este sentido, abogó por respetar y no acortar las etapas de la infancia.
“El asombro es lo que da sentido a la rutina, pero hay que diferenciar entre la rutina que tiene sentido y la que no”, expuso L’Ecuyer, quien lamentó que “con el consumismo, el niño da por supuesto el mundo”.

Escuelas sin paredes
Por su parte, la diseñadora Rosan Bosch presentó en Congreso su apuesta por las escuelas sin paredes, con espacios para la reflexión o para el trabajo en equipo, para aprender tumbado o dentro de una cueva de terciopelo rojo. Rosan Bosch concibe “el diseño como una herramienta para el cambio, para influir, ya que el entorno físico tiene un gran impacto en las personas”. “El entorno es el tercer profesor”, afirma Bosch, “después del propio alumno y de su profesor”.

La desmotivación con la que sus hijos llegaban de la escuela llevó a Rosan Bosch a estudiar sus movimientos y a descubrir que la fórmula de “los niños fijos en filas de pupitres” no favorecía el aprendizaje. Hizo un experimento en un colegio cercano a Copenhague: permitió al alumnado sentarse en el suelo y trabajar a la luz de una lámpara o colocar pósits con sus ideas debajo de las mesas. Funcionó, y al finalizar la jornada, el alumnado no quería abandonar la clase.

Bosch afirmó: “Hay que aprender a aprender, porque cada uno tenemos una manera de aprender”, y atacó todo cuanto connote rasgos de “obligatorio, aburrido y de miedo” en la Educación. Frente a ello, defendió la curiosidad innata de los niños, sin preocuparse por el fracaso, que es motor también de aprendizaje.

Sobre los espacios habló también el educador David Marsh, reconocido a nivel internacional por desarrollar prácticas pedagógicas en Finlandia durante más de 25 años. Él aboga también por renovar el diseño de las aulas, huyendo de la tradicional estructura con pupitres en dirección al estrado y la pizarra. En lugar de esto, propone “echar abajo las paredes”, facilitar una “buena acústica” y “grandes espacios” para que los alumnos puedan desplazarse y hacer actividades que requieran también movimiento, conforme a un estilo de vida más saludable.

Más autonomía
Pero, ante todo, David Marsh plantea dar mas autonomía a las escuelas e integrarlas en la sociedad. “Una escuela no puede estar alejada de su comunidad”, subrayó. Marsh considera que en España se invierte mucho tiempo en “controlar” a los alumnos en los centros educativos, “en decirles lo que tienen que hacer” en lugar de aportarles más autonomía.

Sus principales áreas de interés están relacionadas con la construcción de ecosistemas escolares positivos; el diseño de planos para nuevas escuelas o el desarrollo de procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que le ha llevado a conocer el funcionamiento de escuelas en diferentes países del mundo.

Así lo reconoce en una entrevista con Efe y pone como ejemplo Finlandia, donde la verdadera “revolución educativa” ha sido “empoderar” a los estudiantes, para que desde pequeños sepan decidir y puedan tomar sus propias decisiones. En esta cuestión, pone el foco también en el profesorado. Si éste sufre estrés o su carga de trabajo le lleva a “correr de un lado a otro”, como si estuviera en un “campamento militar”, se genera una situación negativa que afecta al aprendizaje del niño, afirma.

Abarcar todo el currículo
Pero esa no es la única cuestión que Marsh propone cambiar para mejorar la calidad educativa en España. Para este experto, el aprendizaje por asignaturas separadas no es positivo y aboga por otro que abarque todo el currículo a lo largo de las diferentes etapas educativas. “Integrar las asignaturas es más poderoso”, recalcó Marsh en relación a la cantidad de materias que tienen los niños que comienzan la Educación Primaria, con apenas 6 años.

Sobre la Educación en nuestro país también habló la pedagoga y docente Mar Romera, que aseguró que para transformar la escuela en España hay que “desmontarla primero” y volver a construirla después con criterios diferentes. Esta experta considera que la inteligencia emocional es clave e insiste en la necesidad de educar siempre desde la emoción, porque afirma que el cerebro aprende “cuando está emocionado”. Desde este convencimiento, plantea propuestas para convertir esta visión en una metodología de trabajo.

La escuela, asegura Romera, debe entrenar al alumnado para hacer preguntas y no solo para recibir respuestas, ya que estas las encuentran fácilmente en internet. “Debemos educar al alumnado para hacer preguntas inteligentes; consiste en ‘aprender a’ y no ‘acerca de’. Y para eso necesitamos ubicar a los niños en la plataforma emocional de curiosidad”, precisó.

Currículos saturados
Sin embargo, esta nueva metodología choca frontalmente con el sistema educativo actual. “Nuestros políticos, a veces con buenas intenciones, saturan las horas escolares y el currículo”, comentó. Pero, a su juicio, transformar la escuela no es sumar, sino hacer las cosas de manera diferente para obtener mejores resultados con menos esfuerzos, y “aquí nos hemos equivocado un poquito”. “Nos están sobrando los horarios y las asignaturas”, recalcó.

Durante este congreso, alumnos y profesores compartieron algunas de las experiencias más novedosas que llevan a cabo en sus centros, como la que expuso un grupo de alumnos finlandeses y su profesora, Maarit Niskanen, sobre robótica. Niskanen explicó a Efe que en su centro apostaron por esta materia al conocer que Finlandia se situaba por detrás de otros países, como Francia, en estas habilidades.

Desde entonces, decidieron impartir conocimientos de robótica de forma “transversal”, es decir no como una “asignatura separada” del resto, sino integrada también en el resto de materias, para lo que utilizan herramientas de programación y piezas de lego.
“Cada profesor puede enseñar y cada escuela puede diseñar, porque la Educación en Finlandia está basada en la libertad”, manifestó esta docente, que asegura que sus alumnos están “felices” con esta experiencia.

10 CLAVES PARA UNA MEJOR INNOVACIÓN

  • Empieza en la escuela. La transformación del mundo actual y el diseño de uno mejor empiezan en la escuela. Tanto es así que la innovación en el aula se ha convertido en la medida de la innovación de un país y de una sociedad.
  • Llena de aventuras. El colegio debe ser un sitio lleno de aventuras en el que los docentes propongan retos para conseguir que, cuando los padres pregunten a sus hijos qué han hecho en el cole, estos no respondan: “Nada”. En el colegio deben estar todos: docentes, familias y alumnado.
  • Hay que compartirla. La innovación hay que compartirla con la comunidad educativa y crear ecosistemas innovadores. Con la suma se multiplican resultados.
  • Con otros espacios. El espacio puede convertirse en el tercer profesor. La arquitectura y el diseño son una herramienta para influir en la Educación y pueden propiciar que el alumnado deje de ser pasivo en su aprendizaje y se active. El espacio debe generar motivación, no subordinación.
  • Buscando el éxito. La mejor innovación es la que atiende a los que más lo necesitan. Hay que buscar el éxito de cada uno de los alumnos y personalizar el aprendizaje.
  • Educar en el asombro. Debemos educar en el asombro porque el asombro es el motor del aprendizaje, es el que permite al alumnado conocer lo que les rodea. Para conseguirlo, es importante que los menores no estén sobreestimulados, porque esto satura sus sentidos.
  • Hacer preguntas. Hay que entrenar al alumnado para hacer preguntas, no solo para dar respuestas.
  • Extender todo lo bueno. Innovar no significa siempre ser el primero. Hay que fijarse en las buenas iniciativas y extenderlas.
  • Ambiente positivo. En las aulas siempre debe haber motivación y un ambiente positivo. El alumnado debe sentir que creemos en él, que su espacio escolar le hace sentirse feliz.
  • Relaciones humanas. Lo más importante que hay en un aula son las personas. Hay que intensificar las relaciones humanas y generar conexiones entre docentes y alumnado.
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