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“Estudiar fuera nos hace capaces de entender el complejo mundo actual”

La nueva directora del British Council School, Mercedes Hernández, defiende que la información para cursar enseñanzas en el exterior se debe centrar en dos ámbitos, como son las diferencias entre sistemas y culturas y, por otro lado, en los intereses del alumno.
Mar VillasanteMartes, 9 de octubre de 2018
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Dedicada a la Educación en Reino Unido desde la década de los 80, Mercedes Hernández ha asumido este curso la dirección del British Council School con la defensa del sistema educativo bilingüe y bicultural como bandera. Asturiana de nacimiento, llegó a Reino Unido hace 30 años tras licenciarse en Lenguas Extranjeras Modernas, Filología y CAP por la Universidad de Oviedo. Experta en Diseño Curricular, Formación y Liderazgo, fue nombrada National Leader por el Ministerio de Educación en el país anglosajón, y en España ha asesorado a instituciones como el Ministerio de Educación o la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid en la formación del personal educativo bilingüe. Conocedora en profundidad de los sistemas educativo británico y español, nos cuenta algunas de las claves para planificar una exitosa experiencia de aprendizaje en el extranjero.

¿De qué hablamos cuando hablamos de orientación educativa en el ámbito de la internacionalización? ¿Qué elementos esenciales se deben valorar?
Hablamos de informar a los alumnos de las opciones realistas que existen para estudiar y trabajar en el extranjero como parte de una política que motiva por la transparencia en un mundo mucho más globalizado. Se debe centrar en dos ámbitos: uno más general sobre las diferencias entre sistemas y culturas y el otro, más específico, dependiendo de las aspiraciones y el interés del estudiante en particular.

Para las familias, enviar a sus hijos a otro país es una decisión delicada pero, ¿disponen de información suficiente? ¿Puede ocurrir que acaben optando por opciones poco recomendables?
Creo que es más fácil, hoy en día, tener la seguridad de que una estancia en el extranjero sea una experiencia positiva. Lo ideal es confiar en organizaciones responsables, que ayudan a identificar y minimizar los posibles riesgos y hacen que el resultado sea que los estudiantes vuelvan con una experiencia muy enriquecedora.

¿Qué ocurre cuando los jóvenes llegan a sus destinos? ¿Cuáles son los principales retos que deben afrontar, a parte del idioma? Soledad, choque cultural… ¿Conviene que cuenten allí con ayuda?
Si se les ha preparado bien, los estudiantes están listos para encararse a los retos con un ánimo de aventura y para aprender mucho del mundo a su alrededor y de sí mismos. Por ejemplo, en nuestro colegio trabajamos mucho el desarrollo de la inteligencia emocional y valores como la flexibilidad y la resiliencia. Lo normal es que las instituciones educativas y los orientadores pongan mucha atención al programa y ayuden a facilitar la transición a un nuevo sistema educativo y a un nuevo entorno.

¿Qué ocurre con las diferencias entre los sistemas educativos británico y español? ¿Los alumnos encuentran dificultades en la transición de uno a otro?
Dentro del sistema británico hay una gran cantidad de opciones, lo que puede generar algunas diferencias. Dependiendo de las instituciones algunos resultarán más similares a los españoles de lo que se pueda imaginar. Los alumnos que optan por estudiar fuera, en mi experiencia, tienen una aptitud muy abierta a la hora de aceptar las diferencias, apreciarlas y adaptarse. Es parte del proceso de aprendizaje y lo ven como tal.

¿Cuándo, a qué edades, se deben informar padres y alumnos para maximizar los beneficios?
Conocer más sobre distintos sistemas es algo que se puede hacer a cualquier edad. Información más detallada sobre cursos y opciones es de interés para aquellos que quieran explorar esa opción en más profundidad.

Se habla de la orientación para estudiar fuera pero… ¿Qué ocurre cuando vuelven? ¿Deben recibir también seguimiento y apoyo?
En mi experiencia, como educadora y como persona que ha ido fuera y vuelto, volvemos con unas experiencias que nos permiten apreciar las diferencias, comparar sistemas y valorar el mundo desde una perspectiva personal, lo que nos hace mucho más capaces de entender las complejidades del mundo actual.

¿Quién se debe encargar de la orientación? Los tutores, personal especializado…
Todos tenemos algo de responsabilidad, desde los centros hasta las familias y aquellos del entorno laboral, ya que no es solo dar información sobre cursos y opciones sino comprender las aspiraciones de cada individuo y su ámbito. Las familias son extremadamente importantes en este proceso ya que son quienes conocen mejor a sus hijos. Los futuros “jefes” que van a querer ofrecer empleo a estos jóvenes y los políticos que tienen la capacidad de apoyar iniciativas de formación y empleo tiene que estar involucrados también.

En general, ¿hay una cultura adecuada de la orientación en España?
No puedo juzgar, ya que mi experiencia se limita a los centros con los que tengo contacto y mis experiencias personales. Llevo 30 años como directora de diferentes instituciones educativas en el Reino Unido y me acabo de incorporar como directora al British Council School por lo que todavía no he tenido tiempo de formarme una opinión.

¿En qué puede derivar una mala orientación? ¿Qué consecuencias puede tener para las familias y para los estudiantes?
Lo que queremos todos es que los jóvenes a los que apoyamos sean felices y capaces de hacer sus sueños realidad. Si les fallamos el riesgo es impensable y debemos tener esto en cuenta en todo lo que hacemos para ayudarles.

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