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Finanzas para los más peques, esenciales para su capital futuro

Alberto López TavaresMartes, 9 de octubre de 2018
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El joven imberbe Borja había entrado en cólera, acostumbrado siempre a que antes de abrir su boca tuviese ante sí, materializado como por arte de magia, aquel capricho que como todos los demás dejaría de suscitarle interés al cabo de unas pocas horas. Ahora, sus padres habían tomado la determinación de enseñarle una valiosa lección: no se puede tener todo lo que uno quiera; pero tarde. Sus progenitores sabían que aglutinaban toda la culpa por no haber sabido inocularle a su hijo una buena Educación, en tanto en cuanto, al dinero, al esfuerzo y al sacrificio se refiere.

El pasado 1 de octubre se celebró el Día de la Educación Financiera en el que se realizaron diversas actividades como una carrera popular, concursos y múltiples premios. El objetivo no es otro que inculcar a los más jóvenes a cómo deben gestionar el capital, así como mostrarles una serie de herramientas para que adquieran una serie de hábitos y competencias, para precisamente evitar la desagradable situación en la que se ha visto inmiscuido Borja.

Este tema suele generar zozobras e inseguridades. ¿Es bueno hablar a mi hijo pequeño de dinero? ¿No suscitaré egoísmo en él? ¿Cómo hablarle de números y comprenda el mensaje sin que haga interpretaciones erróneas? Todas estas preguntas junto con otra gran miríada de ellas pueden agolparse en las cabezas de los padres impidiendo tomar una decisión correcta.

Consejos de expertos
Son muchos los expertos que defienden que no solo se debe limitar la instrucción financiera al recinto escolar, es decir, no solo los profesores deben instruir a los niños en esta empresa. Y, a priori, no es tan complicado como se observa desde fuera. De hecho, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) propone una serie de claves a seguir para que los padres se erijan como ejemplo para los hijos. Esto es, si en algún momento se va a adquirir algún capricho se le debe comunicar al vástago todo el tiempo de ahorro que se ha invertido para permitirse comprar aquello.

El objetivo es indicarle cuánto cuesta gastar y comience a conocer el valor del dinero, ya que, aunque estas lides parezcan complejas para un niño pequeño, no es así, puesto que a partir de los 6 años disponen de las herramientas suficientes como para ser capaces de comprender conocimientos básicos en finanzas. “En las edades más tempranas, los niños son más susceptibles para aprender hábitos financieros positivos”, expresa Alejandro Zurbano, director general del líder en gestión de créditos y activos (Intrum).

Otra buena oportunidad para instruir a los más pequeños es la de acudir al supermercado y realizar la compra. No obstante, se debe llevar perfilada una lista y no comprar ningún otro producto que no se encuentre consignado en ella. Así se proyectará una buena gestión financiera. Asimismo la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha creado una serie de programas de Educación financiera y aconseja perseguir también una serie de pasos, como por ejemplo, hablar sobre dinero con los retoños, sin miedo.

Se debe hacer hincapié, sobre todo, en que cuesta mucho ganar el dinero que posteriormente se gastará, amén de indicarles que el capital está para gastar en cosas de suma importancia: comida, colegio, ropa, recibos, etcétera, e instarlos a que para poder viajar o derrochar en algún producto no necesario se debe ahorrar durante algún tiempo, así como, enseñarle que todas las personas son iguales independientemente del poder adquisitivo que ostenten.

Qué dicen los datos
Cuando los pequeños crecen debido a la fugacidad del tiempo se debe verter sobre ellos la confianza suficiente como para que adquieran nuevas responsabilidades acorde con esa nueva coyuntura para ellos: la adolescencia. Nada mejor que ofrecerles una paga para que aprendan a gestionar sus pequeños emolu­men­tos. Es de recibo incidir en que esta es una etapa importante y que aquellos hábitos que adquieran aquí será complicado cambiarlos viéndose indefectiblemente envueltos por la desagradable tesitura del furibundo Borja.

Una buena instrucción financiera evita posibles problemas que pueden surgir en un futuro. Según el Informe de Pagos de Consumidores, el 28% de los españoles cohabita en hogares en desarrollo, esto es que los escapes de capital son mayores que los ingresos. Un porcentaje realmente alto.

Indica también que los españoles son capaces de ahorrar tan solo cinco por cada 100 euros que perciben, posiblemente por carecer de un conocimiento financiero básico y esto les dificulta su relación diaria con las finanzas de forma ostensible. Es más, esta situación ha sido analizada por Intrum. Los estudios arrojan datos significativos de forma clara. El 68% de los jóvenes de entre 18 y 24 años cree con vehemencia estar necesitado de formación para poder conducir su economía doméstica por unos mejores derroteros. Otro dato reseñable del informe es que pese a los datos ofrecidos anteriormente, España se encuentra entre los seis países europeos que más ahonda en la mejora de la difusión de conocimientos financieros dentro de las aulas.

España, buena posición
Más detalladamente el 64% de los autóctonos españoles cree relevante la Educación financiera en las aulas. Este porcentaje se sitúa a la par al de Reino Unido.

Es obvio que la poca o nula instrucción en estas lides reporta graves resultados como el sobreendeudamiento , y esto comporta un insuficiente manejo del capital propio de los individuos. Y, es que, como en todo, una buena Educación desde los comienzos de la vida adulta es vital para el futuro. 

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