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Iberoamérica: 263 millones de jóvenes sin escolarizar

Según las cifras más recientes de la Unesco, aproximadamente 263 millones de niños y jóvenes, de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años, no acuden a la escuela a día de hoy.
Emma Prieto LópezMartes, 22 de enero de 2019
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Iberoamérica comprende realidades nacionales muy diversas, no sólo desde el punto de vista económico y social, sino también en cuanto a sus indicadores generales de desarrollo educativo y cultural. En este sentido, según la Guía para asegurar la inclusión y la equidad en la Educación en Iberoamérica, impulsada por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) y la Unesco, la exclusión se manifiesta en diversos ámbitos del desarrollo social, entre los cuales la Educación es un factor clave que puede acentuar desigualdades.

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Se necesitan políticas educativas que aseguren la igualdad en el disfrute del derecho a la Educación de todas las personas

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El secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, insistió, en las declaraciones que ofreció durante la presentación de la Guía en Madrid, en la necesidad de poner en marcha políticas educativas para lograr una sociedad más igualitaria. En este sentido consideró que “esta nueva contribución de la OEI persigue apoyar el desarrollo de prácticas inclusivas que establezcan la igualdad en el disfrute del derecho a la Educación de todas las personas, definiendo formas de enseñanza que constituyan la base de una Educación de calidad”. Tal y como refleja la Guía, en  los últimos 15 años se registraron varios procesos que anunciaron la ampliación del acceso a la Educación, especialmente en el nivel primario. Sin embargo, según las cifras más recientes de las que la Unesco dispone, alrededor de 263 millones de niños y jóvenes, de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años, no acuden a la escuela (Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 2016). Los datos dejan ver que 25 millones de niños nunca irán a clase. Además, existen importantes disparidades de género, ya que las niñas representan dos tercios del número total de menores que no acude a la escuela.

Desigualdades sociales

En comparación con los alumnos de familias ricas, las probabilidades de que los niños que viven en hogares más pobres no asistan a la escuela son cuatro veces mayores, según el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, publicado en el año 2016.  Por otra parte, las cifras recogidas en el último Informe PISA, reflejan otro tipo de desigualdad si se compara la Educación, por ejemplo, española con la iberoamericana. En este sentido, mientras que el porcentaje de alumnos españoles que habrá alcanzado un buen nivel de enseñanza a los 15 años es del 91%, en regiones como México apenas alcanza el 65%. Otros países Iberoamericanos como República Dominicana, Colombia o Chile se quedan en el 80%, el 75% y el 80% respectivamente.

Frente a ellos, en otros países europeos como Italia o Francia el 77% y el 85% de los alumnos habrán alcanzado un buen nivel educativo a los 15 años. Uruguay y Brasil son otros dos de los países que peor porcentaje educativo tienen: el 75% y 69% respectivamente. En Europa, en Alemania, el 90% de los estudiantes alcanza en la adolescencia un buen nivel educativo y en Irlanda ocurre lo mismo con el 95% de los alumnos. Por todo ello, lograr la inclusión y la equidad en la Educación es algo que figura en las agendas de desarrollo.

El mensaje central que los responsables de la publicación transmitieron es simple: todos los estudiantes cuentan y lo hacen por igual.

En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible se basan en los objetivos de la Educación para Todos (EPT) –movimiento mundial para garantizar una Educación básica de calidad– y especifican el tipo de Educación que se precisa. A partir de las cifras ofrecidas por la Guía, el mensaje central que los responsables de la publicación transmitieron es simple: todos los estudiantes cuentan y lo hacen por igual. Tal y como señaló la Unesco, la política educativa puede influir y apoyar las prácticas inclusivas, estableciendo la igualdad en el disfrute del derecho a la Educación, y definiendo las formar de enseñanza, apoyo y liderazgo que constituyen la base de una Educación de calidad. Según se desprende de la Guía, la formulación de políticas equitativas exige que se reconozca que las dificultades que afectan a los estudiantes surgen del propio sistema educativo, lo que incluye la forma en que están organizados en la actualidad, el entorno de aprendizaje y los modos en los que se apoya y se evalúa el progreso.

Proyectos en marcha

Iberoamérica cuenta ya con varias iniciativas para impulsar cualquier ámbito educativo. Luces para aprender es un proyecto liderado por la OEI para llevar energía solar y acceso a Internet a más de 55.000 escuelas en Iberoamérica, la mayor parte de ellas situadas en zonas rurales. Otro ejemplo es el de Costa Rica, donde se han desarrollado Encuentros de Mujeres en Ciencia y Tecnología para impulsar la participación y reconocimiento de las mujeres, niñas y adolescentes en campos de las ciencias y la tecnología.

Mientras tanto, en El Salvador, el Ministerio de Educación impulsa desde 2009 el Modelo de Escuelas Inclusivas de Tiempo Pleno (EITP), enfocado a la gestión pedagógica y escolar en el marco de la Política Nacional de Educación Inclusiva. En este caso, señala la Guía que el objetivo de este programa es fomentar “una escuela segura e igualitaria” con las siguientes características: apuesta por la calidad de los procesos de aprendizaje y uso del espacio físico, la organización y la dirección escolar, y el entorno familiar y contexto social y cultural.

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