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Erasmus+, un viaje al éxito personal y profesional

El 80% de los jóvenes Erasmus encuentra trabajo en tres meses desde su titulación, y el 72% declara que la experiencia en el extranjero le ha ayudado a obtener su primer empleo.
Manuel CarmonaMartes, 28 de mayo de 2019
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Más del 70% de los antiguos estudiantes Erasmus afirma entender mejor qué quieren hacer en sus futuras carreras a su regreso del extranjero. La experiencia que viven fuera de su país también les permite reorientar sus estudios para que estos se ajusten mejor a sus ambiciones. Son datos del estudio realizado por la Comisión Europea basado en los comentarios de unos 77.000 estudiantes y más de 500 organizaciones y universidades.

Los datos revelan, además, que el 80% de los jóvenes Erasmus encuentra trabajo en un plazo de tres meses desde la titulación y el 72%, por ejemplo, declara que la experiencia en el extranjero ha contribuido a la obtención de su primer empleo.

“Es impresionante ver cómo Erasmus+ permite que los jóvenes prosperen en el mercado laboral moderno y en una sociedad más diversa. Me complace ver que se sienten más dispuestos a afrontar nuevos retos, tienen mejores perspectivas de carrera y son más conscientes de los beneficios que reporta la UE a su vida cotidiana”, declara Tibor Navracsics, comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte de la UE.

Más innovación

El programa Erasmus+ produce, por tanto, un mayor éxito personal y profesional de los estudiantes, pero también contribuye a que las universidades sean más innovadoras y estén mejor preparadas para la transformación digital. Los docentes que entran en el programa están más abiertos a la participación del personal de empresas en sus cursos que sus homólogos no participantes (en torno al 60% frente al 40%).

Más del 80% de los profesores declara que su experiencia en el extranjero se ha traducido en la creación de planes de estudios más innovadores. Además, dos de cada tres universidades participantes afirman que los proyectos a escala de la UE también contribuyen a aumentar la inclusión social y la no discriminación en la Educación superior.

Más europeos

No hay que olvidar que Erasmus+ alienta también el sentimiento de pertenencia a Europa, que era uno de sus objetivos originales. Más del 90% de los estudiantes asegura que mejora su capacidad para trabajar y colaborar con personas de culturas diferentes y considera que tiene una identidad europea. De todos los estudiantes de Erasmus+, los procedentes de Europa Oriental son los que más se identifican con la UE.

Otros resultados indican que los antiguos estudiantes de Erasmus+ están más satisfechos con sus puestos de trabajo en comparación con los que no se han trasladado al extranjero. También tienen carreras profesionales más internacionales y casi el doble de posibilidades de trabajar fuera de su país.

Desde su inicio en 1987, el programa Erasmus ha cambiado la vida de millones de estudiantes europeos.

Desde su inicio en 1987, el programa Erasmus ha cambiado la vida de millones de estudiantes europeos pero también ha influido en familiares, amigos y en toda aquella persona que se ha dejado impregnar por él. El presente y futuro de Europa, de la Unión Europea, en buena medida se juega en la influencia cotidiana que esos europeos con espíritu Erasmus pueden ejercer en sus semejantes.

En un mundo y una Europa donde los planteamientos nacionalistas y de mentes cerradas han reabierto viejas heridas y han provocado nuevas lacras, la savia nueva que Erasmus viene inyectando a hombres y mujeres desde hace 32 años es una de las mejores pócimas frente a esas enfermedades.

Por ello nos hemos acercado a conversar con una madre, Jacoba Garzón (funcionaria licenciada en Farmacia), y una joven, Julieta Pasella, que viven desde las dos perspectivas y circunstancias el universo Erasmus. Jacoba tiene a su hija Paloma estudiando desde el principio de este curso en la Universidad de Maastricht (en los Países Bajos), ciudad célebre porque allí se firmó el tratado que entre otras cuestiones dio origen al euro, y también por entidades como la universidad, donde la joven se arranca en sus estudios.

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He pasado de ser una niña muy tímida a ser alguien sociable y abierta. Y aprendes a no juzgar

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Julieta lo tiene claro. Erasmus le ha aportado “muchísimo, aparte de los idiomas y la gente que conoces, las culturas. Es abrir tu mente y tu mundo, es ver que hay gente fuera de tu mundo que piensa de manera diferente, que tiene otra cultura, otro modo de hacer las cosas, y te ayuda a tener feeling, a crecer una barbaridad. He pasado de ser una niña muy tímida a ser alguien sociable y abierta. Y aprendes a no juzgar”.

¿Cómo le ha cambiado la vida a Jacoba desde que su hija cursa sus estudios en la Universidad de Maastricht? Así nos lo narra ella: “Es una nueva etapa en la que estoy disfrutando de mi libertad y aprendiendo a gestionar mi tiempo libre. Me he pasado muchos años en los que mi prioridad ha sido la Educación y el cuidado de mi hija y ahora creo que lo más importante ya está hecho”.

Para cualquier ser humano, el tiempo es vital, es oro. Consciente de ello, esta mujer desde el pasado otoño ha optado por retomar antiguas aficiones e iniciar nuevas actividades que le colman, aprovechando el año estudiantil en Holanda de Paloma –su hija–: “Me estoy dedicando más a hacer ejercicio, ir más al cine y a conciertos, y viajar por Centroeuropa aprovechando su estancia allí”.

Y desde la óptica de una cabeza de familia, a la de una joven a punto de completar sus estudios de Derecho y ADE en la Universidad Carlos III, Julieta Pasella. En estos momentos está metida de lleno en la realización de su Trabajo Fin de Grado (TFG). Pasella es toda una experta en el universo Erasmus, ya que hasta en tres ocasiones ha disfrutado de él durante estos años. Ha sido Erasmus en París, San Petersburgo y Perú.

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Lo que he aprendido en Francia a través de los ensayos y las disertaciones, ahora me sirve para el TFG

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La radiografía que nos hace Julieta a partir de sus vivencias como Erasmus, nos permite ver con claridad los matices entre los sistemas educativos de España, Francia, Rusia y Perú, y también en las filosofías de vida de cada uno de estos países: “Creo que el sistema educativo español es bastante teórico.

En cambio, por ejemplo, en Francia es muy formal, se hacen disertaciones a modo de ensayos en las que es muy importante la organización formal y no tanto el contenido. Ves otros métodos de hacer las cosas desde el punto de vista académico. Luego en Rusia es muy diferente. En Perú se estudian mucha doctrina y autores”.

Al final cada país tiene organizado su sistema académico de manera distinta, y eso le hace ser más flexible: “Ahora que tengo que hacer mi TFG, lo que he aprendido en Francia a través de los ensayos y la organización de las disertaciones, o lo que he asimilado en Perú leyendo a autores, me está sirviendo para hacerlo”.

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Desde un punto de vista personal, Erasmus te hace madurar con facilidad

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Otro de los grandes procesos de maduración que viven los jóvenes Erasmus afecta a sus personalidades. Así nos lo describe Julieta: “Desde un punto de vista personal, te hace madurar con facilidad. En España nos quedamos mucho en casa de nuestros padres, y en otros países europeos te das cuenta por los amigos alemanes o franceses que haces, que a los 18 años se van de sus casas, y empiezan a ser independientes. Está muy bien visto en la sociedad independizarte económicamente a los 18 años. Eso a mí me ha ayudado a madurar, a tomar autonomía, y a saber que me tengo que sostener sobre mis dos pies y no apoyarme tanto en mis padres”.

El viaje de los Erasmus repercute de manera notable en padres y madres. Cada día cobra un color diferente en función de la comunicación y de los mensajes que mantienen con sus vástagos. Es parte del tránsito que éstos hacen de la adolescencia a ser adultos.

¿Cómo evoluciona la relación madre e hija desde que ella estudia fuera? Así lo está viviendo Jacoba: “Estamos en contacto permanente gracias a las nuevas tecnologías, pero es verdad que lógicamente ella está descubriendo una libertad y autonomía que yo recuerdo que a esa edad se disfruta mucho, te sientes mayor y más responsable de todas tus cosas”.

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Es una oportunidad para que nuestros hijos se desarrollen como personas independientes

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Las madres y los padres de los Erasmus en ocasiones se reúnen para hacer puestas en común y dialogan sobre cómo están sus hijos. Cuando Jacoba Garzón lo hace con sus amigas aprecia que “todas somos conscientes de que para nuestros hijos es una oportunidad para desarrollarse como personas independientes, conocer gente en un entorno internacional y disfrutar de las experiencias que solo se pueden tener en ese momento, en el que tu única obligación es estudiar”.

¿Y qué transmiten los hijos a sus progenitores cuando por Skype, WhatsApp u otras aplicaciones, conversan a lo largo de la semana? Esto nos cuenta Jacoba de sus diálogos con su hija Paloma: “Está encantada de ser autónoma, de relacionarse con personas de otras culturas y es consciente de ser una privilegiada por la proyección que le pueda dar en su futuro profesional”.

Parecidos y diferencias

En el caso de la joven Julieta Pasella, el haber viajado por los dos continentes, América y Europa desde los 11 años –estuvo por vez primera a esa edad en EEUU–, le ha permitido tener una mirada amplia y profunda sobre las similitudes y diferencias de los países en que ha sido Erasmus: “Entre Francia y España, hay similitudes en las formas de vida, culturales, la forma de actuar y de ver las cosas. Al final somos parte de Europa, y eso nos acerca muchísimo”.

Y respecto a Perú, ella pensaba que iban a ser muy parecidos a los españoles, y se llevó una sorpresa: “Pensaba que serían más cercanos, pero son más fríos. Entre las similitudes el estar en la calle o la importancia de la familia, y es evidente que la lengua común. Yo reconozco que me llevé un gran choque cultural en Perú, más que en San Petersburgo o Francia”.

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Comentarios

  1. Rosa María Merino
    29 de mayo de 2019 04:35

    Felicitaciones se da una clara experiencia del Programa. Con respecto al choque cultural que tuvo «Julieta» se debe a su desconocimiento de que Perú es un país multicultural.

    1. Manuel Carmona
      17 de junio de 2020 17:08

      Rosa María, gracias por tu lectura y comentario. Disculpa la tardanza en contestarte meses después pero me han llegado hoy las notificaciones de muchos comentarios a mis escritos. Seguro que Julieta habrá aprendido de esa diversidad cultural del Perú tras su estancia académica y personal allá.