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La solución basada en el apoyo mutuo

Para la Educación mexicana, la pandemia ha supuesto retos significantes a nivel de tecnología y aulas virtuales. El “estándar de certificación” podría ser una solución para la capacitación digital del profesorado en América Latina.
Miércoles, 25 de noviembre de 2020
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El uso de tecnología y recursos digitales sigue siendo un reto para el profesorado latinoamericano. © ARPAD

Como para casi todos los países del mundo, la epidemia del Covid-19 ha constituido un problema muy grave y difícil también para México, con un número de contagios hasta ahora de cerca de un millón de personas, de las cuales el 9,84% han perdido la vida. En este contexto, la Educación ha tenido que ser atendida mediante un programa de clases a distancia, con el objetivo de lograr que más de 25 millones de escolares pudiesen continuar sus estudios, aun cuando la red de internet solo cubre dos terceras partes del territorio nacional.

Para este fin, se ha utilizado principalmente la televisión, gracias a la experiencia adquirida con el sistema educativo de las Telesecundarias, el cual viene funcionando desde el final de la década de los 70, así como el de los Telebachilleratos que comenzó a operar a partir del año 1990 en varios estados de la República Mexicana para atender a la población rural ubicada en esos estados.  El mayor problema de este sistema es el hecho de que la televisión es un medio de comunicación de carácter unidireccional, por lo que ha sido necesario utilizar la red de internet, para conectar, al menos, a los estudiantes que además de contar con conexión al internet cuenten con equipos de cómputo, con tabletas electrónicas o con teléfonos celulares.

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países forman parte del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa.

Desde el año 1956, el ILCE promueve la calidad e inclusión en Educación, impulsa y realiza proyectos innovadores y apoya iniciativas.

Todo esto ha permitido impartir Educación a buena parte de la población de escolar, mediante programas que no están exentos de dificultades, siendo el principal problema, el hecho de la escasa experiencia de los profesores en la utilización de las nuevas tecnologías y métodos de enseñanza, que permitan dar clases a distancia. Tampoco tienen experiencia amplia en la utilización de los laboratorios y talleres virtuales, que hoy en día forman parte de la enseñanza en los países más desarrollados. Estos factores implican el riesgo del aumento de brecha entre países con mejores niveles de desarrollo y los que tradicionalmente se han ido quedando rezagados.

El problema tiene, además, dos componentes diferentes: el primer de ellos es la dificultad técnica de los docentes en aprender a utilizar las plataformas de comunicación y los laboratorios virtuales, mientras que el segunda radica en la utilización pedagógica de estas herramientas. ¿Cómo utilizar estos instrumentos, para lograr que sus estudiantes comprendan las ideas y conceptos que se les están enseñando? ¿Cómo saber si los estudiantes realmente entienden y están interesados en lo que sus maestros les comunican?

Este ha sido y es el reto que hemos estado enfrentando en las instituciones que conforman el sistema educativo mexicano y, en general, el de todos los sistemas educativos latinoamericanos, con sus diferencias tanto económicas, como tecnológicas, políticas y sociales.

Por ello, en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa nos enfrentamos a los problemas de cómo lograr que miles de maestros de México y Latinoamérica dominen y sean capaces de usar las plataformas tecnológicas como instrumentos que les permitan impartir las clases que ellos han venido impartiendo en los salones de clases presenciales, cómo asegurar que los estudiantes estén interesados y comprendan las explicaciones de sus maestros.

Si bien por ahora hemos podido asegurar que la mayor parte de los profesores que han tomado nuestros cursos queden bien capacitados para trabajar con sus estudiantes, nuestro problema principal es la cantidad de profesores que tendremos que capacitar en un futuro próximo ya que seguramente habremos de atender a varios cientos miles de ellos. La solución que nos proponemos instrumentar consiste, por ello, en la capacitación no de los profesores frente a grupo, sino de aquellos que sean designados por las autoridades educativas de los gobiernos tanto nacionales como estatales y departamentales, para que ellos a su vez capaciten a los maestros de sus países y regiones, lo cual implica la solución de un nuevo problema para asegurar que el proceso se convierta en una capacitación en cascada, que sabemos están condenadas al fracaso.

La solución que pretendemos instrumentar es el crear un estándar de certificación para aquellos maestros interesados en la capacitación de sus compañeros. Solución que desde luego sabemos que implicara tiempos adicionales.

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años cumple la Red Escolar.

Es la comunidad formada por profesores, alumnos, padres, centros educativos de América Latina.

Sabiendo que el tiempo sigue corriendo y que es posible que para el momento en que los profesores estén en condiciones de impartir los cursos a distancia, esto ya no sería necesario, es importante que las autoridades educativas estén atentas al desarrollo de proyectos de esta naturaleza, tomando en cuenta el tiempo que ha tomado hasta ahora enfrentar la pandemia.

Concluyo este breve artículo, señalando que la enseñanza que nos ha dejado esta pandemia, es que no debemos ni podemos tomar tanto tiempo para actuar y decidir las acciones necesarias para enfrentarlas, dejando de actuar en forma reactiva ante ese tipo de eventos.

Enrique Calderón Alzati. Director general del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa

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