fbpx

Un 30% de jóvenes ha abandonado sus estudios por motivos económicos

Por necesidad de trabajar y conseguir ingresos o por dificultad para costearlos, un 30% de alumnos abandona sus estudios. Otro 5% abandona por problemas familiares y un 8% por falta de interés. El 57% deja los estudios al haber conseguido el nivel académico propuesto.
Diego FranceschMartes, 19 de enero de 2021
0

La mitad de jóvenes estudia y uno de cada tres trabaja. © OKSANA STEPOVA

El nivel de estudios alcanzado por los estudiantes españoles no implica necesariamente la finalización de la formación y hay un importante grupo de jóvenes que siguen estudiando, sea de forma exclusiva o compaginándolo con alguna actividad laboral o mientras buscan empleo.

En total, un 67% de los jóvenes afirman seguir estudiando, según una encuesta realizada por el Observatorio de la Juventud de la Fundación SM. Y lo hacen por distintos motivos, aunque fundamentalmente, porque consideran que un mayor nivel de estudios facilita el hecho de “conseguir empleo” (38%). Aspecto que puede estar relacionado con otra de las grandes razones, que es “ir a la universidad” (19%).

Casi una quinta parte de los jóvenes que siguen estudiando (el 23%) dicen que lo hacen “por gusto”, pero también hay un grupo importante que lo hacen por razones mucho más inespecíficas o no relacionadas con una decisión adoptada personalmente: un 8% afirma seguir estudiando por “no tener otra cosa que hacer” (el 4,4%, porque “no hay empleo” y el 3,6% porque “no sabe qué otra cosa hacer”). Y un nada desdeñable 9% de los jóvenes continúa sus estudios por motivos relativos a la influencia social o familiar (según el 5%, por insistencia del padre o la madre; el 1%, porque lo hacen las amistades, y el 1,6%, porque se supone que es lo que se espera de ellos).

Seguir estudiando por gusto

Continuar estudiando “por gusto” es mucho más frecuente entre las mujeres que entre los hombres, y también por encima de los 18 años, entre quienes han finalizado los estudios universitarios y en los dos extremos de la escala social (en las clases más altas y en las más bajas).

Entre los hombres y por encima de los 18 años (sobre todo a partir de los 25 años) es mayor la proporción de quienes dicen seguir estudiando principalmente para “conseguir un empleo”. También entre quienes tienen estudios superiores y entre jóvenes de clases medias-bajas.

Entre los hombres y por encima de los 18 años (sobre todo a partir de los 25 años) es mayor la proporción de quienes dicen seguir estudiando principalmente para “conseguir un empleo”

La motivación de “poder acceder a la universidad” es más frecuente entre las mujeres, por debajo de los 20 años (sobre todo entre los 15 y los 17), entre quienes cuentan con estudios secundarios y en las clases medias-altas. La influencia social o familiar destaca entre los hombres, entre los y las más jóvenes (15-17 años), con Primaria (en buena parte relacionado con la edad) y en las clases medias.

Motivos para dejar de estudiar

La otra cara de la moneda es la de los motivos que esgrimen los jóvenes que han decidido dejar de estudiar. Aunque existe un gran grupo (el 57%) que dice haber dejado los estudios al haber conseguido el nivel académico que se había propuesto, hay un importante 30% de jóvenes que declara que ha abandonado la formación académica por “problemas económicos”, que incluyen tanto la “necesidad de trabajar y conseguir ingresos” para vivir como la “dificultad para costear la formación”.

Menor, aunque no menos importante, es el 5% de los jóvenes que dicen haber abandonado los estudios por “problemas familiares” (“presión” del padre, la madre o la pareja, o por tener que asumir “responsabilidades familiares”) y solo el 8% ha decidido no seguir estudiando por “falta de interés”, porque “no le gusta” o porque entiende que “no sirve para nada”.

Entre las chicas y por encima de los 25 años es mucho más frecuente haber finalizado el máximo nivel de estudios deseado; lógicamente, también entre quienes tienen estudios universitarios y tanto más cuanto más elevada es la clase social a la que pertenecen.

Los chicos con estudios secundarios o de clases medias, bajas o muy bajas destacan en señalar problemas de índole económica para no continuar con los estudios (motivo que aparece en menor proporción entre los jóvenes de mayor edad), mientras que los problemas familiares son más destacados por las mujeres, los y las jóvenes de 15 a 17 años, entre quienes cuentan con estudios secundarios y en las clases medias-bajas.

La falta de interés es mucho más alta entre los hombres y en las edades inferiores; también en el grupo con estudios primarios y muy superior cuanto menor es el estatus social.

Aportaciones atribuidas al centro educativo

Independientemente de la gran variabilidad y las diferentes características de cada entorno académico, la impronta del centro educativo en el que se estudia o se ha estudiado es una realidad indiscutible, y así lo muestra el reconocimiento explícito que realizan los jóvenes de los diferentes aspectos que consideran que les han aportado en su Educación.

Fundamentalmente, señalan que el centro les ha aportado “Educación en valores” (el 68% de los jóvenes reconoce que bastante o mucha), “conocimientos útiles” (el 66%) y “aprendizaje para convivir democráticamente” (el 61%).

Entre el 55% y el 60% destacan haber recibido una “formación integral” y elementos para el desarrollo de su autonomía (el 57% en ambos aspectos), desarrollo de la “creatividad” (el 56%), adquisición de “capacidades críticas” (el 56%) y “motivación para la participación” (el 55%).

Un porcentaje también elevado de jóvenes, en el entorno o ligeramente por debajo del 50%, también señalan que el centro les ha aportado “motivación para el estudio” (el 50%), “preparación para el futuro” (el 49%), “habilidades artísticas y culturales” (el 49%), “capacidades deportivas” (el 46%) y conocimiento de la “realidad social o política” que, aunque se trata del aspecto menos destacado, lo resaltan un 45%.

Este reconocimiento, que es personal y subjetivo, arroja no obstante algunas diferencias según las características sociodemográficas de los jóvenes: el sexo y la edad no son grandes factores diferenciales a este respecto. Tan solo se observa una mayor preferencia por parte de los chicos respecto a la preparación para el futuro, y también un mayor reconocimiento de quienes tienen entre 15 y 17 años sobre el desarrollo de la autonomía, que se reduce mucho entre los de mayor edad. Y quienes cuentan con estudios de mayor nivel reconocen prácticamente todos los aspectos con mayor énfasis que el resto.

Importancia de formarse

Sea cual sea la situación actual o el nivel de estudios, existe un consenso amplísimo entre los y las jóvenes con respecto a la importancia atribuida a la educación y a adquirir competencia profesional. Casi la totalidad del colectivo (el 95%) atribuye mucha o bastante importancia a la Educación en general, porcentaje que es ligeramente más alto entre las mujeres, los y las jóvenes de mayor edad y quienes se posicionan ideológicamente en la izquierda.

También un porcentaje muy elevado (el 80%) atribuye una importancia alta o muy alta a la adquisición de competencia profesional, que se incrementa por encima de los 21 años y en las clases medias y altas.

El plus de haber alacanzado estudios universitarios

Los jóvenes con estudios universitarios destacan particularmente en señalar la adquisición de conocimientos útiles, el aprendizaje para convivir democráticamente, la formación integral, el desarrollo de la creatividad, las capacidades críticas y la motivación para el estudio. Sin embargo, siempre sin perder de vista que estamos ante una valoración muy subjetiva, estos jóvenes que han completado los estudios universitarios o equivalentes consideran menos que la media que el centro en el que han estudiado les ha aportado preparación para el futuro.

Sin embargo, quienes cuentan con estudios secundarios destacan especialmente en afirmar la Educación en valores, y los jóvenes con estudios primarios reconocen menos haber recibido motivación para la participación y más haber desarrollado habilidades artísticas y culturales.

Por otra parte, y también dentro de esa valoración subjetiva de esta encuesta, es destacable la sistemática mayor valoración de casi todos los aspectos entre los y las jóvenes que han estudiado en centros de titularidad privada.

Finalmente, entre quienes más valoran la importancia de la Educación y de la adquisición de competencia profesional es superior el reconocimiento de que el centro educativo ha aportado formación integral y motivación para el estudio.

Pese a todo ello, los jóvenes siguen visualizando un escenario de dificultades para su futuro y su proyecto de vida, especialmente para conseguir vivienda y trabajo.

Ocupación, salario y emigración

  1. La ocupación de los jóvenes es muy diversa y no resulta excluyente. Alrededor de la mitad del colectivo estudia y uno de cada tres trabaja, aunque ambas situaciones se entremezclan con muchos matices, y muchos jóvenes compaginan estudios con trabajo.
  2. Aunque la inmensa mayoría de los jóvenes que realiza algún tipo de actividad laboral lo hacen por cuenta ajena, parece existir una tendencia al alza en la preferencia del trabajo por cuenta propia.
  3. Entre las cuestiones que se plantean para elegir un trabajo destaca claramente el salario, pero también aspectos que tienen que ver con el ambiente laboral y el equilibrio personal, sobre todo entre las mujeres. La posibilidad de emigrar es una opción para un porcentaje muy elevado de ellos.
0