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La otra cara de la moneda: la realidad de los 'sisis' (estudian y trabajan)

Con un 19,9% de los jóvenes, España es el segundo país de la Unión Europea, por detrás de Italia, con la mayor tasa de jóvenes entre los 18 y los 24 años que ni estudian ni trabajan. Con el fin de dar visibilidad a los jóvenes que hacen ambas cosas analizamos su situación y reflexionamos sobre la situación laboral a la que se enfrentan.
Alba BartoloméMartes, 28 de septiembre de 2021
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Los jóvenes de entre 18 y 24 años son el grupo de edad que presentó más síntomas de ansiedad y depresión por la Covid-19. ADOBESTOCK

“Creo que lo suyo sería pretender que, quien de verdad quiera trabajar, tenga buenas oportunidades y condiciones para hacerlo”, reflexiona Samuel González cuando le pregunto su opinión sobre el porcentaje de ‘ninis’, jóvenes que ni estudian ni trabajan, en España.

El informe Education at a Glance 2021 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revelaba que España era el segundo país europeo con la mayor tasa de jóvenes entre 18 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Con un 19,9%, España superó en 2020 a Grecia, que se situó en el 19,3%, y solo quedó por detrás de Italia, con un 24,8%.

Un porcentaje excesivamente alto si lo comparamos con el de países como Alemania, Noruega o Suecia, donde el porcentaje de jóvenes ‘ninis’ está por debajo del 10%. La media de los países de la Unión Europea está en el 13,3% y la de la OCDE en el 15,1%. 

Dentro del porcentaje de ‘ninis’, el informe de la OCDE hace una diferencia entre desempleados e inactivos, que son los que ni estudian ni buscan trabajo, el 46% en España. Las causas suelen ser justificadas: cuidar a un familiar enfermo o dedicarse a las tareas domésticas. 

Jóvenes sisis

Los datos relativos a el número de ninis y de repetidores en Secundaria han acaparado los titulares de estas últimas semanas. Una realidad que convive con otra muy diferente, el gran porcentaje de jóvenes ‘sisis’, que luchan por encontrar un trabajo digno que les permita sacar sus estudios adelante. 

Samuel González, 23 años, es uno de los muchos ejemplos que encontramos. Mientras estudió Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid trabajó como cajero en el supermercado Aldi, dando clases de apoyo escolar, repartiendo publicidad  y como socorrista.

Me confiesa que ha pasado por tantos trabajos que le cuesta hasta acordarse. “Tengo un currículum que parece la lista de la compra”. Ahora tiene un trabajo temporal en una cadena de televisión y es autónomo, ha montado una productora junto a otros tres compañeros. 

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Existen jóvenes que compaginan sus estudios con trabajos en los que cobran casi por debajo del salario mínimo

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A los jóvenes que tengan que estudiar y trabajar a la vez les aconseja “que ahorren lo que puedan, que tengan paciencia y que no se dejen pisar”. Aunque el siempre ha compaginado estudios con trabajo entiende a la gente joven que no lo hace.  “Si tienes la oportunidad de dedicarte a tus estudios al completo, aprovechando al máximo el tiempo para formarte, siempre que no tengas complicaciones económicas, me parece estupendo”.

Sin embargo, asegura que la noticia no está en el número de jóvenes ninis o sisis que hay en España, sino  en la situación del mercado laboral de nuestro país. “Existen jóvenes que deben conciliar sus estudios con trabajos a 40 horas semanales cobrando casi por debajo del salario mínimo. De nada sirven estos datos si solo se cuenta la mitad de la historia”.

Conciliación

Samuel González pone voz a la realidad de muchos jóvenes españoles que no se sienten respaldados por la Administración y que se ven obligados a aceptar puestos de trabajo mal remunerados y que no les permiten continuar con sus estudios. 

“Es un hecho que si te metes en una plataforma de empleo y comienzas a buscar trabajos relacionados con tu formación hay un muy elevado porcentaje de vacantes que exigen experiencia. Si nadie me contrata, ¿cómo obtengo esta experiencia? Es la pescadilla que se muerde la cola”, reflexiona Samuel que insiste en que la solución está en que este tipo de cosas se regulen y en dar más ayudas a los jóvenes porque “no son suficientes”. 

Dice que no es un caso aislado y que sus compañeros y amigos también han tenido que “buscarse la vida”. A día de hoy, Samuel se siente “afortunado” porque después de cinco años “de trabajo en trabajo” se encuentra trabajando de lo suyo. “Encadeno contratos temporales, lo que no me da estabilidad ninguna y sigo trabajando en otros sitios al mismo tiempo, por si acaso”. 

Bienestar mental

Los jóvenes de entre 18 y 24 años son el grupo de edad que presentó más síntomas relacionados con ansiedad (34.6%) y depresión (42.9%) durante el confinamiento por la Covid-19, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid.

Estas cifras suponen casi el doble de las del conjunto, en el que uno de cada cinco españoles presenta síntomas clínicamente significativos de depresión (22.1%), ansiedad (19.6%) o estrés postraumático (19.7%). “Dado su momento evolutivo, esta pandemia supone una ruptura y amenaza directa a los proyectos vitales de los jóvenes como comenzar una carrera o la búsqueda de empleo, que en el caso de los más mayores están ya asentados”, reflexiona Carmen Valiente, investigadora de Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica y una de las responsables del estudio. Sin embargo, trabajar y estudiar a la vez también puede suponer una carga demasiado grande para una persona. 

“Afortunadamente considero que soy una persona con gran capacidad de gestión, mental y física, pero sí es cierto que he tenido rachas de mucho cansancio y he podido llegar a dejar que mi situación afecte a mis relaciones sociales y personales”, reflexiona Samuel, que añade que “no todo el mundo tiene el mismo aguante” y que ha llegado a ver amigos con problemas de ansiedad y con una salud mental débil.

“Me gustaría saber cuántos jóvenes que estudian y trabajan abandonan sus trabajos por depresión o estrés. Esos sí serían datos llamativos”, sentencia Samuel.

Inserción laboral de los jóvenes

  • La Comunidad de Madrid con la finalidad de facilitar el acceso al mercado laboral y fomentar la estabilidad de la contratación de las personas jóvenes inscritas en el fichero del Sistema Nacional de Garantía Juvenil que carezcan de experiencia laboral o sean personas jóvenes desempleadas de larga duración ofrece incentivos para el acceso al primer empleo e Incentivos para la conversión en indefinido.   
  • Para acceder a este programa hay que ser menor de 30 años, tener residencia en la Comunidad de Madrid, figurar como persona inscrita, en situación de beneficiaria, en el Fichero del Sistema Nacional de Garantía Juvenil y carecer de experiencia laboral o ser persona joven desempleada de larga duración.
  • La Garantía Juvenil es otro de los muchos programa europeos dirigidos a fomentar la inserción laboral de los jóvenes. Las empresas reciben bonificaciones e incentivos para contratar a jóvenes inscritos en Garantía Juvenil, así que los jóvenes en busca de empleo tienen muchas ventajas si  están apuntados a este tipo de programas.
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