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Montero critica que se llame beca a una ayuda para "consumir" Educación privada

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha pedido que no se "manosee" el término beca porque no se puede disfrazar como tal una ayuda destinada a que la gente "consuma servicios privados de Educación en la Comunidad de Madrid".
RedacciónViernes, 8 de julio de 2022
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La ministra Montero en los cursos de verano de la UIMP hace unos días.

Durante su intervención en los cursos de verano de la Universidad Complutense, la ministra ha explicado que toda la ciudadanía contribuye a las becas públicas para Educación con sus impuestos y que esas ayudas deben servir para «subir en el ascensor social» a quienes menos recursos tienen y no para «facilitar un negocio privado».

Previamente el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, que ha participado en el mismo curso, ha calificado de «regresivas e inadecuadas» las becas planteadas por el ejecutivo madrileño para familias con más recursos económicos.

El grupo parlamentario de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid ha anunciado esta mañana la presentación de un recurso potestativo de reposición contra la convocatoria de becas de Bachillerato del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. El motivo, según Unidas Podemos, es que estos «cheques regalo» suponen una «gigantesca transferencia» de recursos públicos que pueden ir «a familias pudientes y con alto nivel de renta», lo que supone una llamada más «a la privatización y al desmantelamiento de la Educación pública madrileña».

Más Madrid estudia vías legales contra las becas

Por su parte, la líder de Más Madrid, Mónica García, ha asegurado este jueves que desde su grupo están estudiando «vías legales» contra las becas «cayetanas» del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso por considerar que esta medida «atenta contra los derechos constitucionales». García ha hecho estas declaraciones después de conocerse que Unidas Podemos ha presentado un recurso potestativo de reposición contra la convocatoria.

«Más allá de los recursos que se puedan poner a la Consejería, estamos estudiando otras vías legales porque creemos que esta medida atenta contra los derechos constitucionales», ha indicado García. Además, ha opinado la presidenta regional que está volviendo a «hacer regalos a los ricos» porque la Educación «no necesita becas Cayetanas», sino «eliminar las tasas de la Formación Profesional o comedores sociales gratuitos».

Respecto a este asunto, también se ha pronunciado el portavoz socialista, Juan Lobato, quien aboga por una «denuncia política contundente» porque el Ejecutivo regional se ha dedicado, en el último año, a «aprobar beneficios» para las rentas más altas.

Ossorio justifica la existencia de estas becas

Por su parte, el consejero madrileño Enrique Ossorio ha justificado la existencia de estas becas en que “si yo en mi programa electoral digo que las voy a incrementar (las becas) y que quiero que más familias se beneficien de ellas, si no cambio los límites, nadie más se puede apuntar”, ha dicho el también vicepresidente madrileño, a lo que ha agregado que la «única manera» de cumplir con su programa era incrementar esos límites”.

Además, ha defendido que las familias de clase media son los que sostienen «el Estado de bienestar con su trabajo, con los impuestos que pagan»: «Creo que esas familias tienen derecho a que alguna vez alguien se acuerde de ellas, les dé una ayuda”, ha agregado.

Reacción de las patronales de enseñanza privada

La Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (Acade) ha emitido un comunicado en el que recuerda que el Artículo 27 de la Constitución reconoce el derecho de las familias a elegir el tipo de Educación que deseen para sus hijos, Educación que «se puede financiar de distintas formas: facilitando plazas gratuitas en centros públicos, subvencionando a los centros de enseñanza (sistema de conciertos) o mediante ayudas directas a las familias, para que escolaricen a sus hijos en los establecimientos que prefieran». Esta tercera forma «no solo es tan legítima como las dos anteriores, sino que además es la que verdaderamente contribuye a hacer realidad el derecho a elegir por parte de las familias una Educación obligatoria, gratuita y de calidad, que los poderes públicos deben garantizar», señala Acade.

Frente al modelo de concierto, donde es el centro el que recibe directamente la aportación económica, decidiendo el destino de la misma, el sistema de ayuda directa a la familia «permite que sea esta la que elija directamente el mismo y con ello el centro donde quiere escolarizar a sus hijos, haciendo real la libre elección de centro educativo del art.27 de la Constitución», señala Acade.

Finalmente, frente a las declaraciones realizadas al respecto, desea aclarar que los colegios «de cualquier titularidad, sea privada o financiados con fondos (públicos y concertados), se someten a los mismos controles de inspección». Asimismo, que las ayudas directas a las familias tienen un «sistema de control, obligatorio para cualquier tipo de centro, privado o concertado, que viene delimitado por las bases establecidas por las administraciones públicas y sin cuyo cumplimiento no se puede optar a ellas».

Por su parte, la Asociación de Colegios Privados e Independientes (Cicae) señala que apoya la decisión de la Comunidad de Madrid de «ampliar las oportunidades de los alumnos que, según criterios de renta, puedan acceder a becas de Bachillerato para cursar esta etapa no obligatoria en el colegio de su elección, teniendo en cuenta las opciones educativas que mejor se ajusten a sus necesidades». El Bachillerato –añade Cicae– es una etapa «muy especializada, el inicio a la continuación de los estudios en la Universidad o en la Formación Profesional». Afortunadamente, en la Comunidad de Madrid existe una oferta amplia y con estas ayudas se «abre el abanico de posibilidades de elección del estudiante», añade.

Aunque se pueda «debatir acerca del límite de renta marcado, el reparto de estas ayudas comenzará por quienes menos tienen, de menos a más, como en cualquier beca», aclara Cicae. «Los alumnos más beneficiados serán aquellos que, por las rentas de sus familias, tienen serias dificultades para realizar bachillerato en un colegio privado o concertado, aunque fuera la opción más adecuada a sus necesidades académicas», indica esta asociación.

Y añade que «nos resulta cuanto menos incoherente que representantes de la escuela concertada critiquen de forma exacerbada estas ayudas, cuando son sus familias las más beneficiadas y las que verán facilitado el acceso a estos colegios o su continuidad en ellos». Según los datos que manejan, menos del 20% de familias han podido solicitar la beca para acudir a los colegios de Cicae, por lo que resulta «evidente que el principal destinatario será el alumnado de los centros concertados», añade.

Para Cicae, «las ayudas directas a las familias por criterio de renta son más equitativas que el concierto, pues estos colegios están subvencionados con independencia de si sus familias tienen recursos altos o bajos». A esto se añade el «modelo tan extendido en la comunidad autónoma, que limita el acceso de las personas con recursos más bajos a estos centros». Y, además, dice Cicae, «los colegios concertados madrileños cobran a las familias cuotas por enseñanza en las etapas obligatorias, que ascienden de media más de 1.500 euros anuales».

Este hecho es «discriminatorio y está fuera de la legalidad», denuncia Cicae, pues la Educación «ha de ser gratuita en colegios sostenidos con fondos públicos». «Extender el concierto a Bachillerato, como demandan, serviría para continuar con esta doble vía de financiación, la de la Administración que cubre todos los gastos y la que se exige como copago a las familias», añade esta asociación de colegios privados. Por el contrario, «esta medida pone el dinero a disposición de la familia y no en la del titular del colegio. Estas ayudas no se conceden a los centros educativos, sino a las familias».

Finalmente, Cicae añade que «estas becas de Bachillerato ya existían en años anteriores, pero desde hace dos años solo podían acceder alumnos de colegios concertados». «Sorprende –añade esta asocaición– que durante este tiempo las escuelas concertadas no fueran tan críticas como lo son ahora». «Confiamos que logren entender que una sana competencia en una etapa tan privada en sus colegios como en los privados beneficia a las familias, que tendrán una ayuda para elegir la mejor educación para sus hijos, que es lo único verdaderamente importante», concluye.

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