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Universidades recortan en calefacción y luz para afrontar facturas millonarias

Las universidades madrileñas están recortando en horas de calefacción y luz para afrontar las facturas, que este curso doblarán o triplicarán las de años anteriores, y aunque la Consejería de Educación ha destinado 25 millones a repartir proporcionalmente entre las seis públicas, no será suficiente para cubrir el incremento del coste.
EfeJueves, 17 de noviembre de 2022
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La Universidad de Alcalá de Henares (UAH) estima que su factura energética ascenderá este año a 2,9 millones de euros y para 2023 sumará 7,4 millones, una diferencia de 4,5 millones en su contra. Además de abrir una licitación para instalar placas solares, la UAG ha desarrollado proyectos de actualización de calderas de calefacción y mejorado las cubiertas y aislamientos, además de continuar con su plan para sustituir las luminarias.

En abril, la Universidad Autónoma (UAM) puso en marcha la iniciativa «Desconecta la luz» para concienciar y avanzar en la máxima autosuficiencia, entre cuyas acciones destacan no usar calefactores individuales, reducir el tiempo de ventilación en invierno y no coger el ascensor en la medida de lo posible. La UAM ha incidido además en el ajuste horario del alumbrado exterior; la reducción del horario de calefacción y concentrar en menos edificios los servicios que se prestan en fines de semana o días no lectivos, entre otras. La previsión es que el gasto total del suministro eléctrico para la Autónoma en 2022 ascienda a 12,6 millones, lo que supondría un alza de 8,3 millones sobre el gasto en electricidad de 2021, que fue de 4,3 millones –un 196,67% más de gasto sobre el año anterior–.

Por su aprte, la Rey Juan Carlos (URJC) adaptará el horario de la climatización de edificios al uso real (aularios, bibliotecas…); encenderá la luz solo en las zonas que estén en uso o que no tengan suficiente luz natural, y reducirá la iluminación en zonas generales como vestíbulos y pasillos por la tarde-noche. Esta universidad calcula que pasará de un presupuesto de 3 a 8 millones de euros, y tiene en tramitación proyectos para instalar placas fotovoltaicas en varios campus y está en ejecución un nuevo sistema de climatización, que es más eficiente.

La Politécnica de Madrid (UPM), aparte de aplicar el real decreto ley de eficiencia energética, limitando las temperaturas máximas a 19 º, está renegociando las tarifas, instalando paneles solares y mejorando el aislamiento. Su factura se incrementará en unos 10 millones (de los 7,4 presupuestados, a los 17.246.500 que se estima sea la factura final este año).

En la Complutense (UCM) el gasto en energía en 2022 será similar al de 2021. A estas alturas en 2021 «gastamos igual en gas y electricidad. Unos 5 millones en total de enero a septiembre. A finales de año seguramente se incremente el gas, pero es asumible», explican a Efe.

Aportación de fondos

En la Comunidad de Madrid, «además de la partida que se abona a las universidades públicas para que paguen tanto a los profesores como los gastos e funcionamiento, para 2023 se ha establecido una cantidad extraordinaria de 25 millones de euros con motivo de la subida de los precios, la inflación, la electricidad y el alza de los combustibles».

A nivel nacional, el Ministerio de Universidades está conversando con el de Transición Ecológica para buscar soluciones, aunque casi el 80% de la financiación universitaria depende de las comunidades autónomas. Aún está pendiente una reunión entre estas carteras y los rectores y gerentes de las universidades para tratar la cuestión.

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) admite que habrá muchas dificultades para asumir la subida del precio de la energía y que las medidas de ahorro implementadas «solo servirán para minorar un impacto que puede alcanzar un incremento del 60% del coste inicialmente previsto», según fuentes de esta asociación.

El frío dificulta el desarrollo de las clases

El Consejo de Estudiantes Universitario del Estado (Ceune) afirma que hay facultades donde, debido a que los sistemas de climatización están desconectados por ahorro, «muchos profesores han optado por suspender las clases ya que las condiciones no son adecuadas para la docencia».

Se han producido casos, explican, donde el frío ha imposibilitado el correcto desarrollo de las clases y, por ejemplo, en los grados de Bellas Artes los estudiantes han visto dificultado su aprendizaje al no poder realizar las prácticas de pintura ya que los modelos se negaban a desnudarse para ser retratados o el frío no les permitía «mantener el pulso adecuado a la hora» de dibujar. «Situaciones similares se han dado en un amplio abanico de titulaciones, de diferentes grados de experimentalidad», asegura Ceune.

En Cataluña piden un plan de choque

En Cataluña, las ocho universidades públicas adquieren la energía de electricidad y gas a través del Consorcio de Servicios Universitarios de Cataluña, lo que les permite acceder a un precio tres veces inferior al de mercado. Temiendo que el precio de la energía se triplique o cuadruplique, las universidades catalanas han trasladado su preocupación a la Generalitat, a la que han pedido un plan de choque con fondos adicionales en el marco de la negociación del presupuesto de 2023.

En Andalucía, la Universidad de Huelva (UHU) ha puesto en marcha un plan de ahorro para reducir al menos un 20% de consumo energético respecto a 2021. Su rectora, María Antonia Peña, calcula que si se mantiene el mismo consumo, su factura pasará de un millón de euros a dos millones en 2023. «De alcanzarse esta previsión, la estabilidad económica de nuestra Universidad se vería gravemente comprometida»; de ahí la necesidad de adoptar medidas para reducir el consumo, ha recalcado Peña quien, al mismo tiempo, ha reclamado a la Junta una financiación adecuada que permita absorber estos incrementos.

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