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Volver a empezar... a comer sano

Mantener una alimentación adecuada es clave para la salud, y aprender a comer bien desde edades tempranas hace que sea más sencillo hacerlo a medida que se llega a la adultez. Sin embargo, no parece tan fácil.
RedacciónJueves, 24 de agosto de 2023
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Un niño posa, con las manos en los mofletes, delante de un desayuno de bollos y naranjas/FREEPIK.

Durante el verano, los helados, los batidos, el azúcar y las patatas se cuelan en la dieta diaria de los más pequeños. Si bien la vuelta a la rutina también conlleva una vuelta a una más estable, ¿hasta qué punto los niños comen bien?

Según el I Barómetro de ColaCao sobre Hábitos de Desayuno Infantil, solo el 11,7% desayuna bien antes de ir al colegio. Además, la Encuesta Nacional de Alimentación en la Población Infantil y Adolescente elaborada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición revela que no suelen consumir las cinco raciones diarias recomendadas de frutas y verduras, lo que puede acabar traduciéndose en obesidad, diabetes o complicaciones cardiovasculares.

Para que tus hijos consuman comida sana de una forma más fácil, los expertos de Cemp aconsejan:

1. Inspirarles. Los niños tienden a imitar comportamientos, con lo cual si ven que disfrutas de una comida sana, harán lo propio.

2. Introducir poco a poco nuevos alimentos combinándolos con otros que les gusten, buscando recetas deliciosas y saludables. A un niño le suele atraer más un pescado con patatas que una lubina con verduras. Si, además, se les presenta de una forma atractiva, divertida, con colores o formas, como en una sopa de letras, comerán mejor.

3. Dejar que los más pequeños sean los chefs. Si ayudan a preparar la comida, se sienten emocionados por probar sus propias creaciones.

4. A la hora de comer frutas o verduras, ofréceles varias opciones y que sean ellos quienes elijan. Por ejemplo, que decidan si tomar plátano o fresa, tomate o zanahoria.

5. Convertir opciones poco saludables en algo muy ocasional. Si ven que alimentos como los snacks altos en azúcares o grasas no suelen estar disponibles normalmente y solo los pueden consumir como premios o en fechas festivas, entenderán que hay que limitarlas.

6. Ser paciente y persistente. Cambiar y acostumbrarse a nuevos hábitos no es algo que se haga de la noche a la mañana. Dale tiempo a tu hijo y no dejes de esforzarte: conseguirás que coma más sano… ¡con paciencia!

7. Establecer unos horarios regulares para comidas y meriendas. Coger la costumbre de comer siempre a unas determinadas horas les hará más fácil adoptar una rutina.

A la hora de preparar desayunos y meriendas, aunque trates de combinar alimentos de forma que resulten atractivos, no olvides incluir elementos que proporcionen los nutrientes necesarios para fortalecer su sistema inmunológico. Puedes darles fruta, rollitos de jamón y queso, palitos vegetales, pan integral con aguacate, yogur con granola, tortilla de avena, barritas de cereales o galletas integrales.

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