Cinco errores y cinco aciertos de la película Napoleón
La película Napoleón, dirigida por Ridley Scott, es la cinta inspirada en la Historia de mayor éxito reciente: tras su estreno a fines de noviembre de 2023, le bastaron menos de dos meses para superar la barrera de los 200 millones de dólares en ingresos de taquilla. Algunos de sus errores y aciertos pueden servir al profesor para comentar aspectos del período histórico que refleja.
Santiago MataMartes, 20 de febrero de 2024
Resumimos cinco errores y cinco aciertos del filme de Ridley Scott, enlazando con algunas páginas en las que puede ampliarse la información:
- Napoleón no asistió a la ejecución de la emperatriz María Antonieta, que tuvo lugar el 16 de octubre de 1793: estaba luchando como capitán de artillería en Tolón, contra los realistas que habían tomado esa ciudad del sur de Francia.
- No disparó un cañonazo contra las pirámides ni regresó de Egipto por problemas matrimoniales, sino para afrontar la crisis del Directorio y el ataque de una nueva coalición internacional.
- En Austerlitz no se combatió en un lago helado, y tanto allí como en Waterloo no se utilizaron trincheras.
- Nunca cargó a caballo (a pesar de que así aparece el actor Joaquin Phoenix en el cartel de la película, por las escenas de las batallas de Borodino y Waterloo); tampoco se reunió Napoleón con el duque de Wellington, que le derrotó en Waterloo.
- No murió en una silla y de un ataque súbito, sino en la cama, tras una dolorosa enfermedad, cáncer de estómago según la autopsia (aunque no se descarta el envenenamiento).
Y cinco aspectos verídicamente reflejados que pueden destacarse:
- Exactitud de uniformes y trajes.
- Ordenó cañonear a la multitud en las calles de París en la insurrección de 1795, lo que sería decisivo en su promoción a comandante del ejército de Italia.
- Su dependencia emocional respecto a su primera esposa, Josefina, fue constante.
- Se coronó a sí mismo, aunque no fue una improvisación, como parece sugerir Scott.
- Mencionó en sus últimas palabras a Francia, el ejército y a Josefina.
No son errores. Son licencias. «Errores» serían si Ridley Scott no tuviera asesores históricos o desconociera que se está tomando licencias con la historia de cara a hacer más atractiva la historia, como resulta habitual en la industria audiovisual.