Abelardo de la Rosa: “No podemos continuar con directores escolares frustrados porque no haya candidatos”
Desde el inicio del encuentro, los máximos representantes de las asociaciones organizadoras destacaron la relevancia de dar visibilidad a los equipos directivos como agentes de cambio. Jorge Delgado, presidente de FEDEIP, reclamó “la mejora de las condiciones de aprendizaje de esta escuela”, lo que –según señaló– implica también “condiciones laborales dignas que reflejen la inmensa responsabilidad y competencias que tenemos”.
Planteó una reflexión directa que, según explicó, “siempre nos preguntamos: ¿Queremos tener docentes con funciones directivas o directores con funciones docentes?”
A juicio del presidente de FEDEIP, es urgente “invertir en el liderazgo educativo” y ofrecer “reconocimiento económico, condiciones laborales y carrera profesional” para quienes asumen esta tarea. Aseguró que sus demandas no son reivindicaciones corporativas, sino que constituyen “inversiones directas en la calidad de la educación pública”.
Toni González, presidente de FEDADI, también quiso subrayar el papel de los equipos directivos como garantes de la transformación educativa. “Nos reunimos aquí no solo como profesionales de la educación, sino como líderes comprometidos con el futuro de nuestros estudiantes”, afirmó. A su juicio, en un contexto de desafíos y cambios constantes, el liderazgo escolar debe entenderse como una fuerza colectiva: “Debe ser compartido, distribuido y construido por los usuarios”.
Por eso reclamó avanzar “hacia la profesionalización de la función ejecutiva”, que contemple “formación inicial y continua de calidad, procesos de selección y evaluación rigurosos, reconocimiento institucional y social, y condiciones que permitan ejercer el liderazgo con recursos propios”. Como concluyó, “el liderazgo no es un lujo, es una necesidad”.
¿Queremos docentes con funciones directivas o directores con funciones docentes?
"En nombre del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, Abelardo de la Rosa –secretario de Estado– trasladó el respaldo institucional a la labor directiva y reconoció que la dirección escolar “es una función de impulso de racionalización” que debe estar “conectada con los alumnos” y guiada por un liderazgo pedagógico eficaz.
En su intervención, destacó la necesidad de reforzar la calidad como principal garantía de equidad. “La mejor forma de fortalecer la educación pública en España es incrementar cada día su nivel de calidad”, defendió. Apostó por una escuela capaz de “democratizar la excelencia”, porque “democratizar la calidad, democratizar la excelencia es hacer el mejor servicio posible”.
Aludió a algunos obstáculos estructurales, como la sobrecarga burocrática: “El 60% del trabajo directivo se dedica a tareas burocráticas. Es demasiado”. En ese sentido, diferenció entre “documentación educativa” y “documentación por seguridad jurídica”, y advirtió que “la burocracia no puede ser nunca un obstáculo para el liderazgo”.
El secretario de Estado puso especial énfasis en la necesidad de equilibrar autonomía y acompañamiento institucional. “La autonomía sin apoyo institucional es abandono”, afirmó. Y añadió: “Ni el abandono ni la tutela son caminos adecuados. Tenemos el deber de equilibrar el respeto a la unidad de gestión con la necesidad de orientación institucional”.
Invitó además a “atreverse a innovar” desde los centros. “Muchas veces no hacemos cosas porque pensamos que la ley no lo permite. No es así. Las normas permiten muchas cosas. Casi me atrevo a decir que obligan, que impulsan”, señaló. A su juicio, es fundamental aprovechar los márgenes legales para experimentar con nuevas formas de organización, tiempos, espacios y metodologías. “Tenemos centros que ya lo hacen, con estructuras flexibles y eficaces”, apuntó, y animó a extender esa cultura innovadora como vía para afrontar los retos del presente.
El liderazgo no es un lujo, es una necesidad
"Durante su intervención, el secretario de Estado anticipó un nuevo Real Decreto que sustituirá al de 2014, con el objetivo de “adecuar la formación inicial y continua del ejercicio de la dirección a los nuevos retos”. El borrador, según indicó, “pretende fomentar el liderazgo horizontal y distribuido”, bajo la premisa de que “nadie dirige solo y quien tome decisiones a solas en un despacho se equivoca”.
De la Rosa hizo hincapié en que la dirección debe convertirse en un horizonte profesional atractivo: “No podemos continuar con direcciones frustradas porque no haya candidatos”, advirtió. Por ello, apostó por “facilitar e incentivar” el acceso a estas funciones como forma de progreso profesional.
La función directiva, insistió, debe ir acompañada de una formación específica que permita a los responsables “abrir los centros con optimismo y alegría”. Ese estado de ánimo —añadió— es clave para “transmitir la misión educativa con esperanza”.
El secretario de Estado cerró su intervención con una apelación directa a la diversidad como motor de cambio: “Hoy la diversidad es la nueva normalidad”, afirmó. Para que la inclusión educativa sea real —dijo—, no basta con políticas generales desde el Ministerio: “Las micropolíticas tienen que hacerse en los centros docentes. Solo así será una realidad y no un mero discurso político”.
El 60% del trabajo directivo se dedica a tareas burocráticas. Es demasiado
"El programa del Congreso combinó ponencias, mesas redondas, talleres simultáneos y espacios de intercambio de experiencias. Entre los momentos más destacados estuvieron la ponencia sobre inteligencia artificial y liderazgo (AI2LEAD) a cargo de María del Mar Camacho, y la intervención de Verónica Díez Girado, del INEE, sobre dirección escolar y autonomía docente en perspectiva internacional.
Las mesas de debate abordaron temáticas como las competencias directivas en Europa, la dirección al servicio de la comunidad educativa y la elaboración de un marco normativo estatal. Todas las actividades apuntaron hacia un objetivo compartido: construir una hoja de ruta para el fortalecimiento de la dirección escolar como motor de la mejora educativa.
Muchas veces no hacemos cosas porque pensamos que la ley no lo permite. No es así
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