Canarias garantiza la equidad educativa y apuesta por un banco público de libros

La Consejería de Educación impulsa la gratuidad del material curricular con una inversión inicial cercana a los 11 millones de euros.
Luisa RosarioMartes, 25 de noviembre de 2025
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La puesta en marcha del banco de libros supondrá una inversión inicial que la Consejería estima en torno a 11 millones de euros. © ADOBE STOCK

La implantación de la gratuidad de los libros de texto en Canarias marcará un punto de inflexión en el acceso a la educación obligatoria. La Consejería ha iniciado un proceso de transformación que busca situar al archipiélago entre las comunidades que ya han universalizado el acceso a los materiales escolares, no solo por motivos económicos, sino también como parte de una estrategia de equidad a largo plazo.

El consejero de Educación, Poli Suárez, subraya que el objetivo central es garantizar que todo el estudiantado disponga del material esencial sin depender de la situación socioeconómica de sus familias. Según explicó, la medida representa “la universalidad del acceso a la educación” y permitirá que “todos los chicos y chicas de Canarias puedan acceder a la herramienta indispensable para la educación obligatoria”. El nuevo sistema abarca desde 1.º de Primaria hasta 4.º de la ESO e incluye también la Formación Profesional Básica. Se estima que en el curso 2026-27 se beneficien casi 72.000 estudiantes de esta medida.

Una medida de equidad más que una respuesta a los resultados

Aunque no existe evidencia concluyente que vincule directamente la falta de libros con resultados académicos más bajos, la Consejería sí identifica la desigualdad en el acceso al material escolar como un factor estructural. El consejero recuerda que proporcionar los mismos recursos a todo el alumnado permitirá que “el esfuerzo de las familias sea más equitativo” y evitará que “ningún niño pueda verse perjudicado por no tener los materiales escolares a su disposición”.

La demanda, afirma, había sido trasladada de forma reiterada por asociaciones de familias y AMPAs, que reclamaban que la Administración asumiera los costes de los materiales curriculares, tal como ocurre en varias comunidades autónomas.

Un modelo inspirado en otras regiones, pero adaptado a Canarias

El diseño del banco público de libros toma como referencia experiencias consolidadas en Castilla-La Mancha, Andalucía y Navarra, aunque adaptadas al contexto canario. Hasta ahora, el archipiélago funcionaba con un sistema de subvenciones condicionadas a renta, que dejaba fuera a buena parte de las familias. La Consejería había elevado el umbral económico de acceso, pero aun así consideró insuficiente la fórmula, explica Poli Suárez.

Entendimos que no era suficiente. Teníamos que ir hacia el acceso universal, como tenían otras comunidades”, señala el responsable autonómico, que defiende la universalidad como la vía más coherente con el principio constitucional de gratuidad de la enseñanza obligatoria.

La puesta en marcha del banco de libros supondrá una inversión inicial que la Consejería estima en torno a 11 millones de euros. Las cuantías asignadas por alumno varían según el nivel educativo: en los primeros cursos de Primaria se renovarán anualmente, mientras que a partir de tercero los libros deberán mantenerse durante periodos de entre uno y cuatro años.

Lejos de considerar que la medida sea económicamente desproporcionada, el consejero la enmarca en una cuestión de prioridades: invertir en igualdad de oportunidades. La gratuidad, además, aliviará la presión económica de las familias en el inicio del curso. La medida, afirma, contribuirá a que dispongan de “una tranquilidad para gestionar mejor los inicios del curso escolar”.

Librerías de proximidad y educación en valores

La insularidad no supondrá un obstáculo para la implementación del plan. La Consejería prevé que la distribución del material se realice a través de librerías de proximidad, garantizando así el abastecimiento en municipios, barrios y zonas rurales del archipiélago. El consejero sostiene que, siempre que exista una distribución adecuada, “no tendría por qué haber dificultades”.

Más allá del impacto económico, el banco de libros introduce un componente formativo complementario. Poli Suárez destaca que su uso permitirá inculcar en el alumnado hábitos de responsabilidad y conservación del material común. Aspira a que el alumnado “vea los libros como algo valioso y necesario”, promoviendo valores de cuidado y respeto por los bienes educativos compartidos.

Con este proyecto, Canarias abre una nueva etapa en su política de equidad educativa, apostando por un modelo estable, sostenible y alineado con las prácticas más avanzadas en materia de gratuidad del material curricular, resume el consejero.

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