Gestión del tiempo en personas con altas capacidades

Si hay una tarea pendiente que debemos aprender a gestionar las personas con altas capacidades, es, sin duda, el tiempo. Son muchas las situaciones en las que el tiempo que establecemos para un proyecto, independientemente del área profesional en la que trabajemos, y la formalización inmediata de un ejercicio práctico no tienen por qué estar sincronizados según lo estipulado, basado en las expectativas que uno mismo ha depositado. Aquí es donde las personas con altas capacidades debemos comprender y analizar por qué ese patrón se repite y, en lugar de abrazar la frustración como metodología —lo cual representa un obstáculo—, buscar una solución y evitar caer en el abandono, como suele ocurrir habitualmente.

Trabajar la paciencia en las personas con altas capacidades puede convertirse en su mayor potencial humano y, con ello, en resultados que muchas veces no se han puesto en práctica, transformando esa posibilidad en una realidad incalculable. Es importante entender que, después de todo el esfuerzo realizado, se debe aplicar la misma dedicación a la gestión del tiempo, ya que vivimos e interactuamos de manera colectiva, donde numerosos grupos de personas dependemos unos de otros. Por ello, debemos trabajar no solo con una parte de lo que uno realice, sino con el todo, es decir, con un organigrama en el que existe una participación de otros sujetos, aunque su papel no haya desempeñado una función mayor que la que uno haya realizado.