Ignasi Camós: “El 70% de los alumnos nunca ha ido a una sala de cine”

En este nuevo episodio de 'La Charleta Educativa', Ignasi Camós, director general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), desgrana los orígenes, objetivos y retos del programa Cine Escuela, una iniciativa que aspira a insertar el cine en el núcleo de la experiencia educativa de los adolescentes españoles.
José Mª de MoyaMartes, 11 de noviembre de 2025
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“Ver una película en pantalla grande no puede ser una actividad extraescolar más”. Con esta declaración, el director general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Camós, sintetizó el espíritu del programa Cine Escuela durante su paso por La charleta. En una conversación distendida, pero profundamente comprometida con la educación y la cultura audiovisual, Camós desgranó los orígenes, objetivos y retos de una iniciativa que aspira a insertar el cine en el núcleo de la experiencia educativa de los adolescentes españoles.

En esta ocasión, para esta entrevista busqué la complicidad –y apoyo– de José María Aresté, director de Decine21 y del festival Educacine. Porque una cosa es que te guste el cine (como es mi caso) y otra, saber de cine.

Cine Escuela: el germen de una política pública

La idea, según explicó Camós, surgió a partir de una conversación informal entre el director de cine Pablo Berger y el ministro de Cultura en el contexto de la promoción de Robot Dreams hacia los Óscar. “En Francia tienen un programa público de llevar a jóvenes a los cines”, comentó Berger. Esa observación fue el punto de partida de un proceso que incluyó encuentros con el CNC francés (Centro Nacional del Cine) y adaptaciones del modelo galo al contexto español.

Durante el curso 2024-25 se llevaron a cabo tres proyectos piloto en Madrid, Hospitalet de Llobregat y Córdoba, dirigidos a alumnado de entre 14 y 18 años. Los resultados revelaron un dato preocupante: “el 70 % de los estudiantes que participaron en los pilotos nunca habían ido a una sala de cine”. El diagnóstico fue unánime: existe un déficit profundo de cultura audiovisual entre los jóvenes, en un momento paradójico en el que el acceso a contenidos visuales es más inmediato que nunca.

Una experiencia guiada desde la escuela

El programa no se limita al visionado. “Consiste básicamente en que el foco central sea ir a las salas a ver películas, pero a la vez vaya acompañado de una hora previa en la que los profesores enseñan cultura audiovisual muy genérica y básica”, explicó Camós. Tras la proyección, los estudiantes participan en un debate guiado sobre la película, sus temas y su forma. “Ver una película es un acto que genera pensamiento crítico”, afirmó.

Camós subrayó la importancia de implicar a los docentes como mediadores fundamentales para que el cine sea una experiencia significativa. Una de las mayores sorpresas fue la reacción del alumnado ante la propuesta de dejar de lado el teléfono móvil durante la sesión. “Incluso aplaudieron estar dos horas sin móvil viendo una película”, comentó, evidenciando que la experiencia inmersiva de la sala oscura sigue teniendo un potencial transformador.

Cine que atrapa, valores que interpelan

Uno de los desafíos del programa es seleccionar películas capaces de atrapar al público joven sin renunciar a su dimensión educativa. “La clave es que la película que vayan a ver les atrape, porque como no les guste, es difícil que quieran repetir la experiencia”, advirtió. En esta línea, subrayó la necesidad de evitar el cine percibido como “truño educativo” y apostar por películas con calidad narrativa y estética.

Los tres filmes empleados en los pilotos fueron: Robot Dreams, Santuarios (documental sobre el cambio climático) y El maestro que prometió el mar, sobre la represión franquista. Todas, según Camós, despertaron una reacción positiva entre los estudiantes. “Tenemos una variedad de cine en España que permite perfectamente atraer a los jóvenes y, al mismo tiempo, dejarles algo”.

En el debate sobre los valores y el adoctrinamiento, Camós fue claro: “Yo no creo en el adoctrinamiento; sí creo en transmitir valores”. Defendió el cine como herramienta para representar problemáticas reales sin imponer una única visión. “El consumo audiovisual debe transformarse en reflexión y diálogo”, afirmó.

El reto generacional y la apuesta cultural

El director del ICAA reconoció que la Generación Z presenta nuevos retos de atención y consumo. “La generación con mayor acceso al audiovisual tiene menos cultura audiovisual”, lamentó. Sin embargo, insistió en que es posible cambiar hábitos si se ofrecen experiencias significativas. “No pasa nada por estar dos horas viendo una película: eso también te enriquece”, comentó, apelando a la necesidad de desacelerar el consumo rápido y superficial.

Camós defendió que el cine debe competir en el imaginario juvenil con otras formas de ocio. “El éxito sería que dentro de 15 años muchos jóvenes dijeran: empecé con Cine Escuela, pero sigo yendo al cine porque me encanta”.

El programa, según adelantó, está todavía en fase de desarrollo, pero ya ha recibido el interés de más de 200 centros educativos. Para participar, los centros pueden escribir a cineescuela.icaa@cultura.gob.es. “No hemos hecho una campaña masiva, pero ya hay una respuesta muy positiva”, destacó.

Además de fomentar el hábito de ir al cine, Cine Escuela persigue reforzar el prestigio del cine español, que, según Camós, “tiene más proyección fuera que dentro”. “Pocas veces adoctrina, incluso en películas duras. Lo que hace el cine es representar realidades y dejarlas abiertas a la interpretación del espectador”.

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