Una conversión tardía inexplicable
Desde pequeña tenía claro que quería dedicarse a la enseñanza. Por eso se matriculó en la carrera de Magisterio y trató de aprovechar al máximo esos años para formarse lo mejor posible y tener así más posibilidades de encontrar trabajo al finalizar sus estudios: doble titulación en Educación Infantil y Educación Primaria, la mención de Música, el B2 de inglés y el de valenciano, la declaración eclesiástica de competencia académica y la capacitación necesaria para manejar con solvencia las tecnologías de la información y de la comunicación.
Y ahí no quedó la cosa, pues durante aquellos años universitarios conoció al que iba a ser su marido: un chico con inquietudes que resultó ser católico practicante y que fue el que la llevaría a su conversión. Pero lo más sorprendente de esta conversión es que ésta se produjera ya en la edad adulta, pues ella provenía de una familia católica, vivía en un pueblo con arraigadas tradiciones marianas y había estudiado toda su vida en un colegio de una prestigiosa congregación religiosa. Ver para creer y también para reflexionar sobre la labor que se está realizando en el seno de las familias creyentes, en las parroquias y en los colegios religiosos.
