Ciencia, altas capacidades y el test de inteligencia
Entiendo que haya personas que puedan tener dudas respecto a los test de inteligencia utilizados para medir los percentiles de una persona. Sin embargo, también comprendo que cuestionar unos test de inteligencia que han evolucionado gracias a expertos de diferentes campos del conocimiento –teniendo como referencia a los departamentos de las universidades más importantes del mundo, incluyendo la inteligencia militar, que fue de los primeros en identificar a individuos con mayores capacidades para optar a distintos puestos– es problemático. Si estos mismos críticos creen que no se puede medir la inteligencia humana con los mecanismos que tenemos hoy en día, pero no proponen absolutamente nada alternativo, permítanme decir que lo suyo es un ejercicio de ignorancia que no está sustentado por ningún soporte científico, a diferencia de lo anteriormente descrito, que sí cuenta con sus correspondientes bibliografías.
Estos mismos críticos son los que dicen «coeficiente intelectual» en lugar de «cociente intelectual». Tampoco es que hayan realizado una tesis doctoral refutando los test de inteligencia o que sean investigadores en este campo con un doctorado en la materia. Hay un hecho que los define a todos: se han sometido a los respectivos test de inteligencia y no les ha dado altas capacidades. No conozco a ni una sola persona con altas capacidades que me haya expresado que, a pesar de tener la condición, no crea en los test de inteligencia, sino que he escuchado esto solo de personas a quienes no les ha otorgado altas capacidades.
Estamos hablando de ciencia, donde se han llevado a cabo diversos estudios sobre estas cuestiones, los cuales evalúan diferentes tipos de inteligencia a la hora de realizar un test de inteligencia. Otra cosa muy distinta es que lo que vale para el año 2025 no será igual en términos de identificación que para el año 2087. Esto no quiere decir que los test que cambian con el tiempo no sean válidos, sino que se han encontrado herramientas para hacerlo de una manera más precisa. Los primeros coches construidos se desplazaban de manera similar a como lo hacen los de ahora, pero es obvio que se van añadiendo mejoras a medida que avanza la tecnología. Esto es exactamente igual que con los test de inteligencia.