Especial Premios Magisterio

Proyecto OAR-Train: el valor de una iniciativa público-privada orientada al bien común

En la XVII edición de los Premios Magisterio el Premio Especial metrodora para reconocer grandes iniciativas de colaboración público-privada en innovación educativa ha recaído en el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria, la Universidad Politécnica de Madrid y Aplicaciones Tecnológicas, que han desarrollado conjuntamente el proyecto de I+D+i OAR-Train. Hablamos con ellos.
MagisterioLunes, 1 de diciembre de 2025
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OAR-Train permite entrenar una habilidad crítica en radioterapia: el contorneo preciso de órganos de riesgo.

El proyecto de I+D+i OAR-Train se ha convertido en un referente en innovación biomédica y tecnológica aplicada a la formación de profesionales sanitarios, un pionero en los ámbitos de la radioterapia, la formación y la digitalización.

Lo ha logrado al desarrollar la primera herramienta formativa en línea para practicar el contorneo de órganos de riesgo, que permite al personal sanitario en formación practicar en un entorno seguro la delimitación de órganos de riesgo (OAR) en pacientes oncológicos, una tarea crítica en radioterapia donde cada milímetro marca la diferencia entre preservar un órgano sano o comprometer la eficacia del tratamiento. Con casos reales, retroalimentación experta y un sistema de comparación con resultados de especialistas que facilita el aprendizaje autónomo, la repetición flexible y el perfeccionamiento continuo.

Y lo ha hecho gracias al trabajo conjunto del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS), la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la empresa Aplicaciones Tecnológicas y el grupo educativo metrodora con la participación de su Centro de Excelencia metrodora FP-Cámara de Madrid.

Precisamente hablamos del desarrollo de OAR-Train y las posibilidades que abre con Carolina de la Pinta, médico especialista en Oncología Radioterápica del HURyC e investigadora del IRYCIS; María Elena Hernando, catedrática del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, y Pablo Bellido, responsable del departamento de Protección Radiológica y Física Médica de Aplicaciones Tecnológicas. Y hablamos también con Jordi Roche, presidente de metrodora education que nos explica por qué este proyecto ha sido seleccionado para el premio especial metrodora.

Carolina de la Pinta: «El proyecto surge de una necesidad clínica no resuelta»

¿Qué ha supuesto OAR-Train para el IRYCIS?
–El proyecto surge de una necesidad clínica no resuelta identificada por los profesionales del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Ramón y Cajal, la necesidad de mejorar las habilidades en la delimitación de estructuras para la planificación de tratamientos de radioterapia. Como todos los proyectos, nace de una idea y OAR-Train es la traducción y materialización de la idea convirtiéndolo en una realidad. Supone para el Instituto un éxito en innovación mediante colaboración público-privada desde el co-desarrollo de la herramienta hasta la puesta en el mercado del producto.

¿Cuál es el valor que aporta este proyecto? 
–Permite un entrenamiento reglado en un entorno seguro de profesionales de la oncología radioterápica en la delimitación de estructuras, esto facilita la formación y el desarrollo de estas habilidades necesarias para el desempeño de la profesión. Todo ello se traduce en una mejora en la calidad de los tratamientos y por tanto de la calidad asistencial.

¿Cree que son interesantes proyectos de colaboración público-privada como este? 
–Tras años de investigación, como médico, me he dado cuenta de que para que las ideas y proyectos lleguen a los pacientes y profesionales es necesario dar un paso más desde las instituciones de investigación, esto cuesta comprenderlo al principio por el tipo de formación que recibimos en mi caso como médico, pero tras superar esa barrera e impulsada siempre por ese deseo de que los proyectos no se queden «en un cajón» creo que la colaboración público-privada es fundamental. Desde el IRYCIS hay muchos proyectos de este tipo, en concreto, nuestro equipo tiene otro de estos proyectos que también ha permitido poner a disposición de los pacientes una solución a una necesidad clínica no cubierta hasta ahora.

María Elena Hernando: «Permite formar a los estudiantes con un amplio conjunto de casos, semejantes a los que encontrarán en los hospitales»

 ¿Cómo entra la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación en el proyecto?
–La colaboración de la ETSIT-UPM con el Servicio de Oncología Radioterápica se inició en el año 2020 en el marco de un convenio de cooperación educativa. Inicialmente el objetivo de la colaboración era desarrollar una herramienta de apoyo a una investigación puesta en marcha por la Dra. Carolina de la Pinta. Dicha investigación perseguía evaluar las diferencias en el contorneo de los tumores en la imagen médica entre profesionales de diferente nivel de experiencia. Estas herramientas desarrolladas con fines de evaluación se integraron más adelante en una herramienta para la formación en el contorneo dirigida a profesionales médicos. Aquella herramienta inicial, denominada CONTOURS, permitía realizar el contorneo de los tumores sobre las imágenes y además incluía funcionalidades como la asignación de cursos de diferentes niveles de dificultad, la posibilidad de que los profesores supervisasen el proceso de aprendizaje y que pudieran incluir nuevos casos de interés. CONTOURS también ha contribuido a la formación en el ámbito de la ingeniería, pues en la creación y validación del prototipo participaron dos alumnas del Grado de Ingeniería Biomédica en sus respectivos Trabajos Fin de Grado. Este trabajo de colaboración dio lugar a un registro de software en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual en el año 2023 (M-008459/2023).

El proyecto OAR-Train amplía el alcance de la herramienta de formación inicial, enfocándola hacia otro colectivo de profesionales, como son los técnicos de radioterapia, que deben adquirir competencias en el contorneo de los órganos sanos (OAR: Organs At Risk) para minimizar la dosis que reciban en el tratamiento de radioterapia.

Para la ETSIT-UPM, el proyecto OAR-Train ha supuesto la satisfacción de que se haya realizado la transferencia al tejido productivo a través de una fructífera colaboración con la empresa AT-Física.

¿Qué papel ha correspondido a la Escuela?
–La contribución de la UPM al proyecto actual OAR-Train se ha centrado principalmente en la transferencia del conocimiento adquirido en CONTOURS, colaborando en la definición de los requisitos de usuario y en el diseño del proyecto actual.

¿Cuál es el impacto de OAR-Train?
–Permite formar a los estudiantes con un amplio conjunto de casos, semejantes a los que encontrarán en los hospitales, y también permite a los docentes hacer un seguimiento objetivo de la adquisición de las competencias del estudiante.

¿Cómo valoran la colaboración público-privada?
–La colaboración público-privada es indispensable para que el conocimiento que se crea en los hospitales y las universidades pueda llegar a los ciudadanos y generar valor para las empresas de nuestro tejido productivo más próximo.

¿Están inmersos en algún proyecto de colaboración público-privada similar? 
–En el grupo de investigación (GBT-UPM) tenemos una gran actividad en proyectos relacionados con la formación en el ámbito médico, como es la creación de escenarios de realidad virtual (por ejemplo, quirófanos o reanimación cardiopulmonar en emergencias) o la creación de dispositivos de simulación de procedimientos médicos (por ejemplo, exploración de ultrasonidos en bebés prematuros, identificación y punción en hemotórax/neumotórax o simuladores para adquirir competencias en la cirugía de mínima invasión).

Pablo Bellido: «Aunar educación, tecnología, ciencia y práctica asistencial en un mismo proyecto ha sido realmente gratificante»

¿Cómo han vivido desde Aplicaciones Tecnológicas su participación en el proyecto OAR-Train?
–Para Aplicaciones Tecnológicas, OAR-Train ha supuesto un gran hito. Contamos con un departamento de I+D+i singularmente grande en relación con el tamaño de nuestra empresa, formado por perfiles multidisciplinares (ingenieros, especialistas en ciencia de datos, matemáticos, físicos, etc.). Sin embargo, el codesarrollo de OAR-Train ha sido nuestro primer proyecto en el ámbito de la radioterapia.

Habíamos colaborado antes con universidades y otros agentes, pero nunca en este ámbito y nunca tan estrechamente con especialistas clínicos y expertos del sector educativo. Aunar educación, tecnología, ciencia y práctica asistencial en un mismo proyecto ha sido realmente gratificante.

¿Cuál es el papel que han jugado desde AT?
–En la primera reunión del proyecto en el Hospital Ramón y Cajal nos encontramos con que llevaban tiempo trabajando la idea: tenían claro cómo imaginaban el producto y cuál debía ser su alcance, pero tecnológicamente solo existía una prueba de concepto que, aunque funcional, no era escalable ni estaba basada en tecnologías modernas. La idea nos pareció excelente y vimos que tenía un enorme potencial. Evaluamos los riesgos, identificamos los hitos necesarios y concluimos que valía la pena intentarlo.

Una vez iniciamos el trabajo, además de cubrir las necesidades previamente establecidas, también aportamos ideas que fueron perfectamente integradas por todos los miembros del equipo y que ayudaron a ampliar el alcance del proyecto.

La incorporación de expertos en diseño gráfico, marketing, desarrollo de software y física enriqueció enormemente la esencia del proyecto. Este tipo de perfiles, que no suelen encontrarse en entornos universitarios o científicos, son esenciales para transformar una idea en un servicio real.

En definitiva, hemos convertido una idea muy buena en un producto robusto, escalable y accesible para toda la comunidad, basado en tecnología moderna.

¿Qué implica el desarrollo de este producto?
–La radioterapia es un ámbito altamente tecnificado. Utilizar un acelerador de partículas para irradiar tumores de forma efectiva es una labor muy compleja que requiere profesionales muy bien formados. Además, la tecnología en este sector avanza muy rápido; es necesario mantenerse actualizado y formado de manera continuada.

Un elemento clave es poder aprender en un entorno seguro, donde puedan cometerse los errores propios del proceso de aprendizaje sin consecuencias para pacientes reales y sin presión asistencial. Esto obliga a que los centros de formación dispongan de herramientas que acerquen la práctica clínica al aula de la manera más realista posible. Sin embargo, casi no hay herramientas de este tipo, y existe el riesgo de que el alumnado solo reciba formación teórica en aspectos cruciales.

OAR-Train nace precisamente para acercar la práctica real al aula. Un conjunto amplio y significativo de casos clínicos reales, bien documentados y preparados con el aval de expertos, se pone a disposición de docentes y estudiantes para abordar la correcta delimitación de órganos de riesgo en la planificación de tratamientos de radioterapia. Este aspecto es clave, y, gracias a OAR-Train, puede trabajarse con una herramienta realista, accesible y respaldada por instituciones de prestigio.

El alumnado que haya podido practicar con la herramienta antes de incorporarse al entorno profesional, habrá realizado un acercamiento de mucha calidad a procedimientos que luego tendrán una incidencia directa en pacientes reales.

¿Qué significa para ustedes la colaboración público-privada?
–Es esencial en la sociedad actual. Los agentes públicos conocen de primera mano las necesidades del sistema y son una auténtica fábrica de ideas bien planteadas. Para que estas ideas no se queden en un cajón, es necesario que las empresas privadas participen en el desarrollo. La visión, los perfiles profesionales, la infraestructura y el “músculo” que aportan las empresas privadas son fundamentales para llevar a buen término un proceso de transferencia tecnológica.

OAR-Train es un caso de éxito y, gracias a ello, están surgiendo nuevos proyectos. Haber trabajado este proyecto ha creado un caldo de cultivo óptimo para que nazcan iniciativas similares. Hemos trabajado y seguimos trabajando muy a gusto, generando estas sinergias.

El proyecto OAR-Train ha sido reconocido con el Premio especial metrodora a Grandes Iniciativas en Colaboración Público-Privada para la Innovación Educativa, en los XVII Premios Magisterio. ¿Ha recibido alguna otra distinción?

–Esta es la primera distinción que recibe el proyecto y estamos muy orgullosos. Aunque llevamos ya tiempo en el codesarrollo, la fase de implantación en el mercado es muy reciente y en muy poco tiempo ya estamos recogiendo los frutos de nuestro esfuerzo conjunto. Esperamos muchos éxitos en el camino.

Jordi Roche: «OAR-Train supone un avance real, tanto educativo como asistencial»

¿Cómo han conocido este proyecto?
–Lo conocimos gracias a la relación tan estrecha que tenemos con el Hospital Universitario Ramón y Cajal y, en general, por nuestra cercanía al sector sanitario. De hecho, varios de nuestros profesores trabajan allí y han participado directamente en el desarrollo del proyecto, así que hemos podido vivirlo prácticamente desde dentro.

Además, tuvimos la suerte de que nuestro alumnado de metrodora FP fuera invitado a probar y validar el primer prototipo de OAR-Train. Es una herramienta pionera que permite entrenar, en un entorno completamente seguro, la delimitación de tumores y órganos de riesgo en pacientes oncológicos. Esa experiencia nos ha permitido entender muy bien cómo funciona y el valor que tiene para quien se forma… pero también para el sistema sanitario: mejora la preparación técnica, reduce errores y aumenta la seguridad del paciente. Eso lo hemos visto de primera mano.

¿Por qué han seleccionado el Proyecto OAR-Train para este reconocimiento?
–Queremos ayudar a dar la máxima visibilidad a esta innovación porque supone un avance real, tanto educativo como asistencial, y porque es un ejemplo magnífico de colaboración público-privada entre el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria, la Universidad Politécnica de Madrid y Aplicaciones Tecnológicas. Su compromiso, visión y su trabajo conjunto son realmente admirables.

OAR-Train encarna muy bien lo que entendemos por innovación educativa aplicada: combina investigación clínica, ingeniería biomédica y tecnología con un objetivo claro de mejorar la formación y la práctica sanitaria. Permite entrenar una habilidad crítica en radioterapia, como es el contorneo preciso órganos de riesgo, y eso tiene un impacto directo en la calidad del tratamiento y en la seguridad del paciente. Al final, mejora la formación de los profesionales y refuerza el propio sistema sanitario.

Además, es un proyecto muy alineado con los ejes estratégicos de metrodora: excelencia académica, empleabilidad, digitalización, innovación y humanización. Haber participado en su validación nos ha permitido comprobar personalmente su potencial. Y el respaldo recibido por la Comunidad de Madrid y la Cámara de Comercio de Madrid, en el lanzamiento del proyecto, demuestra el valor que tiene como iniciativa público-privada orientada al bien común.

OAR-Train

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