Los padres buscan recetas, fórmulas para educar a sus hijos y, sobre todo, esperanza, ejemplos y empatía. Adrianey Arana apuesta en el libro por una actitud de sentido común, paciencia y optimismo en la formación de los hijos, con un lenguaje ameno y contemporáneo. Educar a los niños con estos patrones contribuye a crear un entorno de equilibrio y estabilidad durante su desarrollo. Porque es posible tratar a los niños como «personas normales, porque eso son: niños y personas normales, que al final es lo mismo. Es más normal ser niño que complejamente mayor».