Tras vender un millón de copias con el primer título, la segunda parte de My Baby vuelve a proponer el cuidado de un bebé, ahora desde los 15 meses.
La apuesta de Nobilis de crear un juego que acercara a los niños al desarrollo de un bebé desde sus primeros días de vida, fue todo un desafío en el primer título de My Baby. A la hora de plantear este tema tan delicado en un juego, los creadores debían aportar sensibilidad y gran inspiración para no distorsionar el sentido de cuidar a una criatura de pocos meses, sobre todo porque en la reducida pantalla de la Nintendo DS se buscaba cierto realismo. Así se consiguió un simulador muy estudiado para los niños, con una mecánica sencilla para asimilar de forma clara cómo divertirse con responsabilidad, o lo que es lo mismo jugar a hacer crecer un bebé con los necesarios mimos y atenciones.
Esa experiencia vuelve con más energía si cabe en esta secuela. Ahora se trata de seguir la evolución del bebé a partir de los 15 meses, y éste ya anda, es más inquieto, hace una que otra trastada y quiere absorberlo todo como una esponja. Está en la edad de aprender y el jugador se lo va a enseñar: hablar, bailar, saltar, subir las escaleras… Siempre con mucho cariño e interactuando continuamente con él de manera intuitiva. El bebé responde a todos los estímulos dados (caricias, frases tiernas…), bien a través del micrófono y el lápiz táctil de la Nintendo DS o con el control de Wii, plataforma incorporada a esta nueva versión para satisfacer, con más movimientos y animaciones, a un público de edad algo superior al de la portátil, pero siempre niños. Aunque se juega algo distinto en cada consola, los fundamentos de amor, dedicación y paciencia con el bebé son los mismos. Cuando debe vestírsele con ropa nueva se ha de comprar en la tienda, hacer lo propio con juguetes o decorar su habitación con flores o animalitos. Y por supuesto alimentarle a su hora debida, bañarle e incluso contarle un cuento antes de que cierre sus ojitos hasta el día siguiente.
Como la vida misma. Esta simulación de la vida real resalta el carácter didáctico de My baby, aproximándose al entorno inmediato de los niños dentro de sus familias. Como destaca la pedagoga Melania Ballesteros, “puede ser utilizado como un recurso de apoyo en situaciones parecidas a la llegada de un hermanito al hogar; por la realización de un juego simbólico o imitativo sobre las acciones que los papás hacen en casa con el nuevo integrante de la familia ”. No obstante también el juego fomenta la afectividad en nuestra relación con los demás. Si a esto sumamos que ofrece un catálogo de situaciones y reacciones basados en hechos reales y cotidianos, que el pequeño personaje que va creciendo en pantalla despliega una variedad de registros en gestos y lenguaje para robarle el corazón al más pintado, y que a través de sabios consejos prácticos de una puericultora y una pediatra el jugador puede asimilar fácilmente su papel de padrazo o madraza, nos encontraremos con un bonito título lleno de buenas intenciones. Hasta una lagrimita podrá arrancar cuando el bebé protagonista diga por primera vez: ‘te quiero’. z
Tras vender un millón de copias con el primer título, la segunda parte de My Baby vuelve a proponer el cuidado de un bebé, ahora desde los 15 meses.
JOSÉ Mª FILLOL
Tras vender un millón de copias con el primer título, la segunda parte de My Baby vuelve a proponer el cuidado de un bebé, ahora desde los 15 meses.
La apuesta de Nobilis de crear un juego que acercara a los niños al desarrollo de un bebé desde sus primeros días de vida, fue todo un desafío en el primer título de My Baby. A la hora de plantear este tema tan delicado en un juego, los creadores debían aportar sensibilidad y gran inspiración para no distorsionar el sentido de cuidar a una criatura de pocos meses, sobre todo porque en la reducida pantalla de la Nintendo DS se buscaba cierto realismo. Así se consiguió un simulador muy estudiado para los niños, con una mecánica sencilla para asimilar de forma clara cómo divertirse con responsabilidad, o lo que es lo mismo jugar a hacer crecer un bebé con los necesarios mimos y atenciones.
Esa experiencia vuelve con más energía si cabe en esta secuela. Ahora se trata de seguir la evolución del bebé a partir de los 15 meses, y éste ya anda, es más inquieto, hace una que otra trastada y quiere absorberlo todo como una esponja. Está en la edad de aprender y el jugador se lo va a enseñar: hablar, bailar, saltar, subir las escaleras… Siempre con mucho cariño e interactuando continuamente con él de manera intuitiva. El bebé responde a todos los estímulos dados (caricias, frases tiernas…), bien a través del micrófono y el lápiz táctil de la Nintendo DS o con el control de Wii, plataforma incorporada a esta nueva versión para satisfacer, con más movimientos y animaciones, a un público de edad algo superior al de la portátil, pero siempre niños. Aunque se juega algo distinto en cada consola, los fundamentos de amor, dedicación y paciencia con el bebé son los mismos. Cuando debe vestírsele con ropa nueva se ha de comprar en la tienda, hacer lo propio con juguetes o decorar su habitación con flores o animalitos. Y por supuesto alimentarle a su hora debida, bañarle e incluso contarle un cuento antes de que cierre sus ojitos hasta el día siguiente.
Como la vida misma. Esta simulación de la vida real resalta el carácter didáctico de My baby, aproximándose al entorno inmediato de los niños dentro de sus familias. Como destaca la pedagoga Melania Ballesteros, “puede ser utilizado como un recurso de apoyo en situaciones parecidas a la llegada de un hermanito al hogar; por la realización de un juego simbólico o imitativo sobre las acciones que los papás hacen en casa con el nuevo integrante de la familia ”. No obstante también el juego fomenta la afectividad en nuestra relación con los demás. Si a esto sumamos que ofrece un catálogo de situaciones y reacciones basados en hechos reales y cotidianos, que el pequeño personaje que va creciendo en pantalla despliega una variedad de registros en gestos y lenguaje para robarle el corazón al más pintado, y que a través de sabios consejos prácticos de una puericultora y una pediatra el jugador puede asimilar fácilmente su papel de padrazo o madraza, nos encontraremos con un bonito título lleno de buenas intenciones. Hasta una lagrimita podrá arrancar cuando el bebé protagonista diga por primera vez: ‘te quiero’. z
La apuesta de Nobilis de crear un juego que acercara a los niños al desarrollo de un bebé desde sus primeros días de vida, fue todo un desafío en el primer título de My Baby. A la hora de plantear este tema tan delicado en un juego, los creadores debían aportar sensibilidad y gran inspiración para no distorsionar el sentido de cuidar a una criatura de pocos meses, sobre todo porque en la reducida pantalla de la Nintendo DS se buscaba cierto realismo. Así se consiguió un simulador muy estudiado para los niños, con una mecánica sencilla para asimilar de forma clara cómo divertirse con responsabilidad, o lo que es lo mismo jugar a hacer crecer un bebé con los necesarios mimos y atenciones.
Esa experiencia vuelve con más energía si cabe en esta secuela. Ahora se trata de seguir la evolución del bebé a partir de los 15 meses, y éste ya anda, es más inquieto, hace una que otra trastada y quiere absorberlo todo como una esponja. Está en la edad de aprender y el jugador se lo va a enseñar: hablar, bailar, saltar, subir las escaleras… Siempre con mucho cariño e interactuando continuamente con él de manera intuitiva. El bebé responde a todos los estímulos dados (caricias, frases tiernas…), bien a través del micrófono y el lápiz táctil de la Nintendo DS o con el control de Wii, plataforma incorporada a esta nueva versión para satisfacer, con más movimientos y animaciones, a un público de edad algo superior al de la portátil, pero siempre niños. Aunque se juega algo distinto en cada consola, los fundamentos de amor, dedicación y paciencia con el bebé son los mismos. Cuando debe vestírsele con ropa nueva se ha de comprar en la tienda, hacer lo propio con juguetes o decorar su habitación con flores o animalitos. Y por supuesto alimentarle a su hora debida, bañarle e incluso contarle un cuento antes de que cierre sus ojitos hasta el día siguiente.
Como la vida misma. Esta simulación de la vida real resalta el carácter didáctico de My baby, aproximándose al entorno inmediato de los niños dentro de sus familias. Como destaca la pedagoga Melania Ballesteros, “puede ser utilizado como un recurso de apoyo en situaciones parecidas a la llegada de un hermanito al hogar; por la realización de un juego simbólico o imitativo sobre las acciones que los papás hacen en casa con el nuevo integrante de la familia ”. No obstante también el juego fomenta la afectividad en nuestra relación con los demás. Si a esto sumamos que ofrece un catálogo de situaciones y reacciones basados en hechos reales y cotidianos, que el pequeño personaje que va creciendo en pantalla despliega una variedad de registros en gestos y lenguaje para robarle el corazón al más pintado, y que a través de sabios consejos prácticos de una puericultora y una pediatra el jugador puede asimilar fácilmente su papel de padrazo o madraza, nos encontraremos con un bonito título lleno de buenas intenciones. Hasta una lagrimita podrá arrancar cuando el bebé protagonista diga por primera vez: ‘te quiero’.
Valores pedagógicos
– Es interactivo, permite el aprendizaje por ensayo y error.
– Tiene pautas de juego claras, lo que aumenta la comprensión del niño, facilita su juego y su autoestima al lograr resultados “eficientes”.
– Es motivador, ya que se acerca al entorno próximo de muchos niños y familias.
– Es didáctico, aporta nuevos contenidos, nuevos aprendizajes: hitos del desarrollo evolutivo, acciones necesarias para cubrir las necesidades básicas de los niños y sobre todo valores.
– Importancia de la afectividad en nuestra relación con los demás.
– Fomenta la responsabilidad del niño.
por Melania Ballesteros, pedagoga del grupo de centros infantiles Chiquitín
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