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Los niños miran con esperanza al objetivo de una cámara

El rostro de un niño ha sido siempre una de las mejores formas de expresión de la realidad captada por el objetivo de una cámara fotográfica. Precisamente bajo ese título, ‘Niños´, ha visto la luz un libro de relatos gráficos que nos ofrece una visión esperanzadora sobre la infancia, a través de situaciones y vivencias cotidianas.
Miércoles, 10 de enero de 2001
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Autor: María José LÓPEZ

Se han paseado por los cinco continentes en busca de una instantánea que ofreciese al mundo una esperanza: esperanza en los niños y en el mañana. “He visto su corazón, su ilusión y su gentileza”, comentó la fotógrafa Cristina Rodés durante la presentación de Niños, el libro que ha publicado en colaboración con Eduardo Rubio. Para este fotógrafo, los viajes “nos han aportado una serie de vivencias muy interesantes que nos han hecho sentir obligados a devolver a los niños lo que ellos nos han dado”.

Durante más de 30 años esta pareja de profesionales ha visitado y convivido con las gentes de 130 países y el resultado “no es un libro pesimista; demuestra que aún en el Tercer Mundo la infancia no deja de ser feliz porque tiene imaginación e ilusión para pasar por encima de las barreras que representan el dolor, el exilio…”, comentó el periodista y pensador Alberto Oliveras.

Con los beneficios obtenidos por la venta de este libro patrocinado por la Obra Social de Caja Madrid se pretende apoyar a la Fundación Vicente Ferrer en su tarea de llevar la igualdad a otros países y luchar por los derechos humanos de los más indefensos.

El representante de Vicente Ferrer en España, Joan Aragó, reconoció que “abrir ese libro es un aire fresco, una alegría de vivir día tras día. Estas imágenes son un reflejo de las personas que las han hecho; están tomadas desde su encuadre, no hace falta leer el pie de foto para saber de dónde vienen”.

Desde 1994, la Fundación lucha principalmente por lograr el desarrollo social y económico de una de las comunidades más desprotegidas del sistema de castas hindú, los dalits. Para ello gestiona un proyecto de desarrollo integral en Anantapur (India), que acoge todas las áreas sociales: Educación, sanidad, mujer, vivienda, discapacitados y ecología. Se trata de una auténtica transformación social que no busca soluciones inmediatas sin continuidad, sino la permanencia en un área, la adecuación del proyecto a las necesidades de la comunidad y la autosuficiencia de ésta.

Durante todos estos años de trabajo, la Fundación Vicente Ferrer ha conseguido una red sanitaria efectiva al alcance de 1.400 pueblos; la escolarización de 66.000 niños y niñas cada año; el fomento de la igualdad social de las mujeres; la integración laboral y social del colectivo más marginado, los discapacitados; las infraestructuras necesarias para luchar contra la desertización…

Esta realidad hace honor al lema que mueve los resortes de esta ONG: “La pobreza no está para ser entendida, sino para ser resuelta”.

 

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