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Una experiencia de altos vuelos

El municipio de Arnuero (Cantabria) reúne unas condiciones medioambientales y paisajísticas que el CP “San Pedro Apóstol” ha aprovechado para idear un sólido proyecto de Educación Ambiental
con las cigüeñas como protagonistas.
Miércoles, 31 de enero de 2001
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El territorio de la localidad de Arnuero (Cantabria) está inmerso en un espacio natural protegido y con un área de marismas declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), cuya conservación depende en gran medida de la participación local.

El CP “San Pedro Apóstol”, de Castillo Siete Villas, estableció mediante un programa de Educación Ambiental las pautas necesarias para conseguir que la gente del pueblo se implicase en la conservación del entorno. Asimismo, pretendió que las actividades que realizasen los alumnos tuvieran la vocación de trascender el ámbito del Colegio y, a su vez, promoviesen el interés del contexto adulto próximo a los niños.

Los escolares fueron en todo momento los verdaderos protagonistas, lo cual determinó los objetivos marcados por el grupo coordinador: facilitar el conocimiento de los valores del municipio y la comarca; sensibilizar y despertar una actitud crítica ante los problemas ambientales; promover la adquisición de principios que estimulen la participación de los escolares en la protección y mejora del medio ambiente; estimular entre los alumnos nuevos hábitos y conductas más acordes con la conservación de su entorno.

Contenidos de la maleta

En principio se partió de la idea de llevar unas cigüeñas lesionadas al centro, con la intención de ponerlas en libertad una vez recuperadas, para buscar soluciones a las, a veces problemáticas, relaciones entre el hombre y los animales.

Para acercar a los alumnos al lugar en que viven, la cigüeña que se adoptó como mascota, Kira, mostró a los miembros del centro el entorno natural y paisajístico del municipio (la ría del Ajo, la marisma de Joyel, el monte del Cincho…). También se procuró enseñar a los jóvenes a valorar las formas tradicionales de vida, como medio para recuperar una cultura en declive. Por último, se introdujeron unos hábitos de conducta desarrollados a través de los diferentes problemas ambientales (locales, regionales y globales), al tiempo que se planteaban soluciones.

Para llevar adelante este ambicioso proyecto, un equipo formado por maestros y colaboradores externos al centro se organizó por ciclos y áreas y elaboró los materiales que se iban a aplicar en el aula.

El Programa se diseñó mediante el desarrollo de tres fases o etapas, adecuadas a la edad y nivel de los alumnos:

1ª Fase: Kira va a llegar. La finalidad de esta etapa es informar e introducir a los alumnos en el Proyecto, y para ello se recurrió a: información por parte de los docentes; colocación de carteles en el aula; preparación para recibir y apadrinar a la cigüeña, mediante un concurso de dibujo, y elección del nombre de la mascota.

2ª Fase: Kira está con nosotros. En esta fase se llevó a cabo el verdadero trabajo de aprendizaje y concienciación de los alumnos en torno a los problemas ambientales. Para el desarrollo de las diferentes unidades didácticas se estableció una metodología lo más motivadora posible, de manera que el trabajo resultase agradable.

Los maestros de Educación Infantil, por ejemplo, se propusieron, por una parte, trabajar de forma global todos los ecosistemas del entorno y, por otra, que las actividades respetasen la estructura de trabajo diario en las aulas (rincones, talleres…). Todos estos supuestos eran necesarios para no caer en la realización de actividades puntuales sin conexión con el quehacer diario.

El siguiente paso fue confeccionar cinco cuadernillos temáticos: Historia de Tac, la cigüeña (Introducción); Vuela con Tac y descubre el bosque (El Cincho); Chapotea con Tac en la marisma (Marisma de Joyel); Recoge, recicla, reutiliza (Problemas ambientales); ¡Hola! Soy Beto (Desequilibrio Norte-Sur).

Como elemento motivador y nexo de unión de todas las actividades se utilizó una marioneta-cigüeña de tamaño natural. Los trabajos desarrollados en los cuadernillos han potenciando al aspecto lúdico y participativo, y estaban encaminados a observar y descubrir, a localizar y comprobar, a comparar y analizar, a reproducir y fabricar, a inventar…

Como colofón a lo trabajado en los cuadernillos, se realizaron diversas actividades puntuales al igual que el resto del Colegio, entre las que destaca la salida al entorno, planeada como un viaje realizado ‘con ojos de cigüeña’: buscando posibles peligros, observando aves, descubriendo basureros, sintiendo el ambiente fresco del bosque y el húmedo de la marisma, acercándose al paisaje dunar o buscando entre el patrimonio monumental de la zona un buen sitio para que aniden las cigüeñas…

Por último, como comprobación de todo lo estudiado, se plasmaron en un gran mapa del municipio los ecosistemas que lo componen, elaborándolos con materiales recogidos, con producciones propias, maquetas, fotografías, etc., en los que los chicos pudieron entrar, tocar, pisar y… crear.

3ª Fase: Kira se va. En esta parte se incluye la liberación de cigüeñas y una exposición final de los diferentes trabajos del Proyecto. Y para terminar la elaboración del cuento, para lo cual se tuvieron en cuenta las aportaciones que los alumnos de los diferentes ciclos habían realizado. En este relato, y con el fin de que fuese lo más entretenido posible, se incluyeron algunos juegos como La cigüeñuca, La rueda de la marisma y Las huellas del bosque.

Fin del viaje

La realización de este proyecto ha sido valorada por todos los participantes como muy positiva, pues se ha conseguido una importante cocienciación con el problema medioambiental. Incluso se consiguió que la idea trascendiese a los padres y vecinos del lugar, lográndose una alta participación en las actividades abiertas. Además, algunas de las propuestas que se han introducido con el proyecto perduran en el centro (recogida de pilas, de alimentos…).

Equipo de trabajo
CP “San Pedro Apóstol”
Tel.: 942 63 72 44. 

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