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¿Hay carta para mí?

No es justo que las generaciones que se están forjando a golpe de teclado se pierdan una de las formas de expresión y comunicación más antiguas: la carta. Sobre todo... si son de amor.
Miércoles, 14 de febrero de 2001
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Sin negar la ventajosa rapidez de la comunicación a través de Internet, no deberíamos desatender otros aspectos básicos de las formas de relación entre las personas, pues no es de recibo que las generaciones futuras olviden las inmensas posibilidades creativas y expresivas del intercambio epistolar.

Las experiencias que se recogen en este taller pretenden servir para dar a conocer a nuestros alumnos la belleza que puede encerrar un sobre (cartas de amor o de amistad) o la fuerza propagandística que es capaz de desplegar una carta publicada en prensa. Se trata, en definitiva, de aprender a esperar al cartero y de recuperar el hábito de escribir cartas o tarjetas en más ocasiones que las navideñas.

Objetivos a la carta

El principal objetivo de esta experiencia, que se llevó a cabo con los alumnos de 4ºA de ESO del IES “Montes de Cabañeros” (Ciudad Real) en el área de Lengua Castellana, es el de acercar al adolescente al mundo epistolar. Y no sólo como espectador (lectura de cartas literarias), sino también como autor (producción de distintos tipos de cartas, desde las personales a las abiertas).

Pretendemos con ello aunar enseñanzas literarias y lingüísticas, apoyándonos en el desarrollo de algunas de las capacidades a que se refiere el artículo 19 de la Ley Orgánica 1/1990 de 3 de octubre de Ordenación General del Sistema Educativo: “Comprender y producir mensajes orales y escritos”, “interpretar y producir mensajes que utilicen códigos artísticos” y “relacionarse con otras personas rechazando discriminaciones sociales, sexuales, etc.”. Este último aspecto se fraguó con la inscripción en un programa de correspondencia epistolar y carteándonos con el IES “Carles Vallbona”, de Granollers.

Además, se persiguen otros objetivos, enmarcados en los generales del área de Lengua Castellana y Literatura: conocer la carta como medio de expresión escrita; distinguir entre literarias y no literarias y, dentro de éstas, entre personales, de relaciones sociales, comerciales, circulares y abiertas; redactar cartas de distintos tipos, adecuándolas a la situación comunicativa del autor (de amistad o de opinión y queja en la prensa); y conocer la utilidad del intercambio epistolar en la sociedad actual.

Los contenidos de esta experiencia se fijaron en torno a diversos conceptos, como la definición de carta, las clases que existen, su utilidad como medio de expresión escrita y literaria, los recursos lingüísticos y la estructura utilizada.

Para ello, se emplearon una serie de procedimientos tales como reconocer la estructura de una misiva, emprender la lectura y redacción de algunas de ellas, y analizar los recursos lingüísticos que le son propios.

Durante la primera sesión estudiamos cuál era la estructura de la carta y agrupamos todas las que fueron llevadas a clase por la profesora: cartas de opinión publicadas en prensa, de amistad y de amor, invitaciones de boda, agradecimientos, respuestas (no reales) a ofertas de trabajo, peticiones de catálogos o de material, circulares enviadas por un banco o un establecimiento, etc. Por último, estudiamos los recursos lingüísticos y las fórmulas empleadas en la escritura de cartas.

El primer ejercicio de creación consistió en la redacción de una carta de opinión para enviar a un periódico –lo que nos sirvió para recordar cuáles son las secciones de este medio–, analizando si pertenecían a la parte informativa o a la de opinión. También se puede realizar algún ejercicio de respuesta a una oferta de empleo de un diario, adjuntando el curriculum vitae del alumno.

Durante el desarrollo de la unidad didáctica, el Departamento de Lengua Castellana y Literatura del centro organizó un Concurso de Cartas de Amor, en el que se inscribieron casi todos los alumnos. Puesto que ya conocíamos uno de los problemas principales para nosotros (el léxico y los recursos lingüísticos), decidimos buscar modelos entre los textos que se habían escrito en la Literatura, para lo cual organizamos una exposición de cartas literarias de amor o desamor.

Entre las seleccionadas se encontraban la Carta de Filis a Demofonte (Heroidas, de Ovidio), representativa de la Antigüedad Clásica; la Carta del Caballero de la Triste Figura a Dulcinea del Toboso (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Cervantes); la Carta del Caballero Danceny a Cecilia de Volanges y la del Vizconde de Valmont a la Presidenta Tourvel (Las Amistades Peligrosas, de Choderlos de Laclos), propias del siglo XVIII francés; la misiva de Lord Byron a Augusta, propia del romanticismo inglés; la Carta de Óscar Wilde a Alfred Douglas (acerca del amor homosexual); la Canción Querida Milagros, del grupo El Último de la Fila, sobre un soldado que está en la guerra.

De esta muestra epistolar fuimos seleccionando expresiones que reflejaban afecto, fórmulas de despedida, apelativos, etc. y poco a poco la inspiración fue plasmándose en los cuadernos escolares. Las cartas de amor de los alumnos unas veces repetían los clichés de la Literatura, otras, innovaban con nuevas formas de expresión.

A modo de despedida

Después de realizar estas actividades, la clase se mostró más dispuesta a usar la correspondencia epistolar como forma de comunicación, participando con gran entusiasmo en el Programa de Correspondencia Epistolar Escolar organizado por Correos.

La experiencia resultó satisfactoria para la profesora, pues pudo comprobar los resultados del taller en la impaciencia con que eran esperadas las cartas procedentes del instituto de Granollers. La pregunta con la que ahora se empiezan las clases de lengua la formulan los alumnos: “¿Hoy hay carta?”.

Recursos lingüísticos para la práctica epistolar

Los recursos lingüísticos utilizados por los alumnos en sus producciones fueron los siguientes:

Saludo:
–Hola, amor mío.
–Querido Mark.
–Amado mío.
–Hola, Miguel.
–Mi querido amor.

Apelativos:
–Amor mío.
–Amigo.
–Oh, amor.
–Vida mía.
–Mi amor.
–Cariño mío.

Sus sentimientos:
–Los días son interminables cuando no estás tú.
–Necesito de ti como beber y comer.
–No existe una palabra para ti, porque decirte “bella” es poco.
–Como soy tu sol, tú eres mi luna; por eso se explica que nunca estemos juntos.
–Te escribo mientras el papel se humedece con mis lágrimas, aun sintiéndome solitaria como en un desierto abrasador.
–Como sale el sol y se oculta todos los días, mi amor se levanta y duerme contigo.
–Hasta creo que la luna me sonrió cuando, dirigiéndome a ella, pronuncié tu nombre en alto y se hizo el eco más allá del río.
–Sin ti soy como un paisaje sin colores o como un pájaro sin alas, que se siente prisionero en la vida y que jamás tendrá una plena libertad.

Despedida:
–Te quiero. Pedro.
–Adiós, amor mío, un beso.
 

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