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La lucha contra los trastornos mentales en los niños empieza por conocerlos

Cerca de 3.000 alumnos navarros, escolarizados en Educación Primaria, han sido elegidos para estudiar la prevalencia de los trastornos psiquiátricos en la población infantil. A raíz de las conclusiones obtenidas en esta investigación, se podrán planificar unos recursos sanitarios y educativos que propicien el diagnóstico y el tratamiento precoz de muchos casos.
Miércoles, 7 de febrero de 2001
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Autor: María José LÓPEZ

Por primera vez en España, un amplio estudio investigará en las escuelas La prevalencia de los trastornos psiquiátricos en la población infantil de 6 a 11 años de edad. Para ello, serán objeto de análisis una muestra constituida por cerca de 3.000 chicos de la Comunidad Foral de Navarra que estén escolarizados en centros públicos, privados y en colegios de Educación Especial.

El proyecto, que está financiado por el Gobierno de Navarra y que cuenta con el apoyo del Grupo Solvay Pharma, permitirá conocer las enfermedades mentales que más afectan a los pequeños y descubrir si la prevalencia del trastorno psiquiátrico en la población infantil en esta Comunidad es similar a la media europea (en torno al 10-20 por ciento).
También servirá para poder planificar en Navarra unos recursos sanitarios de salud mental y educativos que propicien que estos trastornos puedan ser diagnosticados y tratados de forma precoz, lo que ayudaría a mejorar notablemente el pronóstico de la mayoría de ellos.

Trastornos más comunes

Gracias a esta investigación será posible saber cuál es la prevalencia real de muchos trastornos psiquiátricos que, en la actualidad, son motivo frecuente de visita al especialista. Este es el caso de los trastornos obsesivo-compulsivos o TOC, de la ansiedad por separación, las fobias específicas o sociales, el pánico y la agorafobia, el trastorno por estrés postraumático, la ansiedad generalizada, el déficit de atención e hiperactividad, el trastorno negativista desafiante y los trastornos de conducta.
El Proyecto de Investigación se desarrollará en dos fases y la metodología empleada se basa en cuestionarios y entrevistas a padres y profesores acerca de los comportamientos del niño.

El objetivo de esta manera de proceder es ampliar la información y conocer la repercusión que tienen, en la vida del niño y de la familia, los síntomas de los trastornos psiquiátricos. Las respuestas facilitadas por los adultos serán evaluadas y analizadas por psiquiatras infantiles con dilatada experiencia, quienes definirán, en cada caso concreto, si existe o no algún desajuste mental infanto-juvenil.

La investigación se completará con otros dos cuestionarios dirigidos a los padres: uno sociodemográfico (nivel socieconómico de la familia, edad y nivel de estudios de los padres, número de hermanos y ruptura familiar), y otro de utilización de recursos sanitarios (si el niño ha precisado atención médica o psicológica en algún momento, y si recibe atención y tratamiento).

Entre el equipo de prestigiosos especialistas que llevarán a cabo este estudio, que verá la luz en 2002, se encuentran Manuel Martín, psiquiatra y director médico de la Clínica Padre Menni (Pamplona); Robert Goodman, del hospital Maudsley’s (Londres); y Javier Royo, psiquiatra infantil del Hospital de Día Infanto-Juvenil del Servicio Navarro de Salud, entre otros.

Desarrollo en dos etapas

Primera fase: Consiste en un Cuestionario de Capacidades y Dificultades (SDQ) a los padres y a los profesores de los más de 3.000 niños seleccionados.

Las 25 preguntas, fáciles de cumplimentar y disponibles en euskera y castellano, están relacionadas con problemas de conducta, hiperactividad, síntomas emocionales, problemas de relación y de comportamiento prosocial del niño.

Segunda fase: Se pasará la Encuesta sobre Desarrollo y Bienestar de Niños y Adolescentes (DAWBA), un instrumento de valoración psicopatológica que consiste en la realización de una entrevista estructurada a los padres –hecha por trabajadores sociales– y en la cumplimentación de otro cuestionario por parte del profesor.

Esta fase sólo se llevará a cabo entre los niños que, tras el primer cuestionario, hayan sido clasificados como casos probables, el 50 por ciento de los que se crean posibles casos, y el 15 por ciento de aquellos que no hayan superado el punto de corte.

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