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Para bucear entre las páginas de un libro como pez en el agua

A los alumnos se les suele resistir alguna materia que otra, pero existe una en particular en la que no deben estar pez: la convivencia y respeto al resto del grupo. El profesor puede inducirles a picar el anzuelo.
Miércoles, 7 de marzo de 2001
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La lectura del relato Nadarín, escrito por Leo Lionni y traducido por Ana María Matute, es una de las actividades protagonistas del Día Escolar de la Paz y la No Violencia en el Colegio Público “Garcilaso de la Vega”, de Madrid. A través de este relato, se pretende mejorar la convivencia y enseñar a los alumnos de primer ciclo de Primaria a valorar la necesidad de colaboración y respeto dentro de un grupo.

¿Estás pez en valores?

La jornada comienza con la lectura del texto, haciendo especial hincapié en la entonación, las pausas, los gestos… mientras suena de fondo la Suite nº 3 de Haendel (música acuática). Al tiempo que se va leyendo, el profesor puede mostrar a los alumnos las ilustraciones del libro.

Cuando se llega a la frase “Estaba asustado, solo y muy triste”, se debe hacer una parada y preguntar a los niños: “¿Cómo continuaríais vosotros la historia?”. A continuación, y dependiendo del nivel lectoescritor de los chicos, se puede instar a que inventen un final por escrito o a que lo relaten oralmente (en el caso de los chicos del primer curso de Primaria).

Cuando todos hayan terminado, se leerá en voz alta y comentará cada una de las respuestas. De este modo, se podrá terminar de leer la historia y, al concluir, se preguntará a los chavales: “¿Qué solución buscó Nadarín?” (Nadar todos juntos para ahuyentar al gran pez… lo que dará pie a comentar cómo colaborando entre todos encontraron una solución pacífica y no violenta). Es fundamental resaltar la importancia de cada uno en el grupo y que cada persona cumpla la función de la que es responsable tanto en la familia, como en el colegio, el equipo…

Los niños elaborarán en un folio peces coloreados de rojo, que posteriormente serán recortados. El profesor indicará un tamaño aproximado y éste, o uno de los niños, pintará su pez de negro, representando a Nadarín. Después se pegarán todos los peces en un papel continuo puesto en la pared, formando uno grande, y se coloreará el fondo con pinceles y témperas. Durante la realización de estas tareas se incidirá en el respeto por el trabajo de todos.

Morderán el anzuelo

La lectura del texto Nadarín ofrece múltiples actividades ad hoc como los juegos psicomotores. En el patio o gimnasio del colegio, se puede pintar en el suelo un gran pez y meterse todos en él (el profesor será el ojo). Una vez que estén todos dentro, el grupo practicará de manera simultánea diversos movimientos (adelante/atrás, izquierda/derecha, uno, dos o tres pasos…) y a una orden dada. Para ello, hay que ponerse de acuerdo y darse cuenta de la importancia de colaborar en conjunto.

Otra tarea interesante puede ser la elaboración de un cómic a partir de un folio que se doblará siguiendo las instrucciones del profesor. Tras poner el título y enumerar las viñetas, se realizarán los dibujos y el texto (se presupone un conocimiento de las técnicas mínimas del cómic: secuencias, bocadillos…).

Los alumnos que hayan terminado todas estas actividades podrán elaborar peces y figuras marinas (medusas, algas…) en plastilina, que más tarde se expondrán en una mesa junto al mural.

En la evaluación de este proyecto se valorará el grado de participación e implicación de los alumnos en las distintas sesiones y la actitud colaboradora, tanto en las actividades realizadas como en las tareas que conllevan el uso de material, su reparto, uso en común, recogida… En definitiva, hay que lanzarse al agua y nadar todos juntos para llevar las ilusiones a buen puerto.

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