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Los colegios, en la muerte de Camilo José Cela

¿Quién es Camilo José Cela para un niño de diez años? MAGISTERIO logró colarse en una clase de Primaria para saber que opinan los alumnos de la muerte del escritor.
Miércoles, 16 de enero de 2002
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Jueves 17 de enero, Madrid. En una mañana soleada y no muy fría la noticia de la muerte de Camilo José Cela nos pilló a todos un poco por sorpresa. La clase de 5º A de Primaria del CP “Pintor Rosales” de Madrid hizo un alto en su clase de Matemáticas para comentar la noticia y comprender la importancia del reciente suceso.

Con el permiso de la tutora de este curso, María Teresa Martín, quisimos escuchar las opiniones de los escolares de este centro, que, aunque aún no estudian Literatura, pusieron sus conocimientos a prueba.

La primera reacción en esta improvisada tertulia fue la de asegurar que “murió porque ya era un poco viejo”, según señaló May, una niña procedente de Líbano e interesada por la literatura española. Otro alumno, Daniel, quiso llegar un poco más allá y aclaró al resto del aula que “como era más bien mayor, con lo de la gripe no le funcionaban bien los pulmones”.

Genial escritor

Alberto, uno de los alumnos, recogía el sentir de toda la clase al señalar que “hemos perdido, y es una pena, uno de los mejores escritores”. Otra niña, María, apuntó además que “a este señor le dieron el Premio Nobel”, mientras que Felicidad afirmó que las obras de Cela “cuentan cómo vivía la gente después de la guerra”. Las mentes de los niños comenzaron a maquinar deprisa y eran varios los que pretendían intervenir para decir títulos de las obras más reconocidas de Camilo José Cela. Uno de ellos, nacido en Guadalajara, subrayó que el autor describe en una de sus obras una comarca de esta provincia. Aporta más información al resto apostillando que “allí hay mucha miel”.

La tutora, para no liar demasiado a los niños, les explicó que la obra de “este genial escritor es una descripción de la situación de la postguerra española, de la pobreza, y un retrato de las gentes sencillas y de carácter rural”. Les comentó que para que un autor obtenga el Nobel no debe escribir un buen libro, sino que lo que se premia e toda su trayectoria literaria.

Para completar la explicación, María Teresa les aclaró las diferencias que existen entre el Premio Nobel y el Cervantes para que los alumnos comprendieran la importancia y mérito de haber ganado ambos premios.

Tacos no

Aunque la profesora les comentó brevemente la biografía de Cela, los niños no estaban muy seguros de dónde había nacido. Las respuestas hacían que Cela fuera bien manchego, biencastellanoleonés, aunque sólo fuera en la mente de los pequeños.

Pero como es natural, más que su vida y obras, en la clase recuerdan mejor al Cela controvertido y polémico. Un alumno afirmó que el escritor “era fuerte, serio y, a veces, se le escapaban tacos”. Las risitas entrecortadas de los demás compañeros respaldaban esa opinión. Inmediatamente otro puntualizó que “si no hubiera dicho tacos sería mejor pero como es buen escritor se le perdona”. Otros, en cambio, no lo tenían demasiado claro y decían que “era calvo, bajo y un poco gordo. En las películas yo lo veía así”.

Por otro lado, la jefa de estudios del centro, Ana María Gil, explicó que en los próximos días tendrían lugar diversas actividades en recuerdo del escritor, un autor del que no guarda un recuerdo demasiado grato porque, en su época universitaria, “tuve que traducir toda la obra Viaje a La Alcarria al francés”. 

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