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La reforma del CAP topa con los intereses de las universidades

Autonomía universitaria sí, pero, ¿sin límites? El MECD pretende, de momento sin éxito, sacar adelante un nuevo decreto para reformar los estudios del Curso de Aptitud Pedagógica (CAP). En la imagen, Roberto Salmerón y José Luis Negro en la biblioteca del CDL, en Madrid.
Miércoles, 13 de febrero de 2002
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Que el CAP necesita una reforma es algo más que evidente. Cada año miles de licenciados obtienen un título que abre las puertas de los centros de enseñanza concertados y privados sin que el mercado laboral pueda absorber la la amplia oferta de docentes. Sin embargo, ¿están cualificados estos profesores para enfrentarse a unas aulas cada vez más complejas?

En la actualidad el CAP varía sustancialmente ya que cada universidad tiene plena autonomía en su desarrollo y así, mientras un estudiante de la Universidad de Salamanca (USAL) puede obtener el título en tan sólo dos meses a través de un curso presencial y sin ningún tipo de exámenes otras, como la Universidad Complutense de Madrid (UCM) establecen un CAP a distancia de un año de duración donde los estudiantes pasan un examen tipo test, acuden a un seminario de un sólo día y realizan las prácticas en un centro (buscadas por ellos mismos).

Así las cosas, y acabando este año de nuevo la prórroga que regula el CAP el MECD se ha propuesto renovar el Plan de estudios del Curso de Aptitud Pedagógica porque “docente no puede ser cualquiera”. Para ello, el director del Instituto Superior del Profesorado, Isidoro González, propone “un sistema de créditos que puedan obtenerse en el segundo ciclo de todas las carreras a través de asignaturas optativas específicas de Pedagogía y Didáctica”.
Sin embargo, no todos parecen estar conformes con la idea y algunas comunidades autónomas como Murcia o La Rioja ya han expuesto al Ministerio su oposición al proyecto.

Prácticum

Una de las ventajas de esta iniciativa, según González, es que “permitiría un acceso relativamente directo a la función pública docente”, ya que tras obtener los créditos necesarios durante la carrera, los aspirantes a funcionarios tendrían que realizar el examen de acceso a la Administración y un período práctico de un curso académico de duración en el que cada candidato tendría tres tutores.

Estas prácticas tutoradas se realizarían tanto en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), un trimestre en cada ciclo, como en el Bachillerato el último trimestre del curso académico. Así, al acabar el período práctico los aspirantes calificados de aptos quedarían incorporados a la función pública docente sin ningún otro tipo de trabas.

Criterios homogéneos

El nuevo sistema de formación inicial de los profesores no implicaría, por tanto, eliminar el sistema de oposiciones sino adelantarlas, de tal modo que la selección de los aspirantes se realizaría antes de cursar el nuevo CAP.

CDL, un colegio muy profesional

El Colegio de Doctores y Licenciados (CDL) es un colegio profesional abierto a todos los docentes. Vigente desde el 23 de enero de 1899, el CDL (que engloba a 29 CDL repartidos por toda la geografía nacional), realiza innumerables acciones que superan la actividad de un colegio profesional en sí. Actualmente, además de cursos de formación para responder las necesidades de los profesionales el CDL organiza seminarios y congresos. Buen ejemplo de ello será el que se celebre en Salamanca entre los próximos 4 y 6 de octubre con el fin de acercar la Educación a la sociedad.

Según el presidente del CDL, José Luis Negro, “es una corporación de derecho público cuyo fin básico es el compromiso deontológico con la sociedad”. El objetivo clave es, por tanto, ordenar la profesión de modo que su ejercicio suponga un bien social.

Para cualquier docente estar colegiado supone pertenecer, con las connotaciones psicológicas positivas que la palabra profesor tiene, a un grupo social, a un ámbito profesional, donde se tratan problemas comunes y se tienen servicios porque, aunque el fin básico es el bien común, para lograr un espacio sociológico que haga posible trabajar en esa línea es necesario defender la profesión y defender a los profesionales, objetivos subsidiarios del principal, pero también objetivos operativos del Colegio. “El colegiado tiene a su disposición asesorías jurídicas y fiscales, biblioteca y mediateca pedagógicas y didácticas, una oficina de empleo, y todo lo que se puede lograr con un colectivo de quince mil titulados”, apunta José Luis Negro.

Además, el CDL concede una especial importancia a la formación del profesorado ya que consideran que la autoformación de los profesionales es el mejor modo de mejorar la calidad de la enseñanza y es por ello la línea en la que más esfuerzos realizan hoy por hoy. Para Negro, “todos contribuimos en mutuas corrientes para programar las actividades de nuestra formación, porque el colegio somos todos”.

Salmerón: “Otra prórroga sería tan aberrante como que la formación de los docentes sea a distancia”

—¿Debería reformarse el CAP?
—El tema es espinoso, hay intereses creados de todo estilo. Todos los intentos desde hace 20 años han chocado con muros de incomprensión así que soy muy pesimista al respecto. Los profesores necesitamos además de una formación en nuestras especialidades, formación en los aspectos pedagógicos, didácticos, etc., que no se logra en las facultades.
El CAP no forma. Es sólo la vía para cubrir nominalmente esa necesidad. Por ejemplo, se están examinando en Madrid miles de alumnos y aprueban todos.

—¿Qué le parece el modelo propuesto por el MECD?
—El modelo del ISFP para que en el segundo ciclo de los estudios universitarios se oferten entre los créditos de libre configuración que los estudiantes pueden elegir asignaturas de Didáctica y Pedagogía es muy interesante. Pero claro, están las facultades de Educación, los IPEs, y hay departamentos de muchas facultades que también tienen competencias en el CCP.

—¿Apoyarían esta idea?
—Por supuesto. Pero es una idea rechazada por los Departamentos de didácticas especiales de las Facultades de Educación, que se oponen a que esa carga lectiva quede en las facultades clásicas.

— ¿Habría que prorrogar la normativa actual?
—Los planes de las escuelas de Magisterio son provisionales desde finales de los 70. Es decir, que lo provisional en España se hace ley por la vía de la prórroga. Es hora de avanzar en la profesionalización. No hay ningún problema para poner en marcha desde el MECD un marco global de actuación en el que luego los individuos y las universidades puedan moverse y desarrollarlo. Además, cuando algunas universidades lo pongan en marcha el resto no tendrá otro remedio que seguirlas.

—¿Y si no lo desarrollan?
—Es cierto que si, por ejemplo, la UCM y otras con gran peso no lo ponen en marcha pues a lo mejor renquea un poco.Pero hay que decir que la situación actual es aberrante. Otra prorroga de manera provisional por otros dos años es tan demencial como que la formación profesional de los que van a ser profesores sea a distancia. 

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