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El bingo con más ritmo llega a las clases de Música

En el IES número 10 de Elche (Alicante), el profesor de Música utiliza el popular juego del bingo como herramienta para introducir a los alumnos al lenguaje musical de un modo lúdico.
Miércoles, 13 de marzo de 2002
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A partir de este curso, he decidido impartir mis clases de Música, en el IES numero 10 de Elche (Alicante), sirviéndome del juego del bingo para motivar a mis alumnos.

Nuestro particular juego es utilizado de dos formas: el Bingo Rítmico Musical y el Bingo Melódico Musical. Tanto en uno como en otro, el material básico que necesitamos es el siguiente:
—Las cartulinas de juego.
—Cartones más pequeños que, formando una baraja, equivalen a las bolas del bingo tradicional.
—Cartoncitos que se utilizarán para tapar los esquemas cuando se localicen en las cartulinas de juego.

Confección del bingo

La primera de las modalidades, la del Bingo Rítmico Musical, se compone de una serie de 41 cartulinas blancas de 25×16 centímetros. Una de sus caras posee tres filas y tres columnas, resultando nueve celdas. Además, cada celda lleva en uno de sus extremos un pequeño número que sirve para identificar el esquema de que se trata.

En total, hay una primera serie de 39 esquemas rítmicos de cuatro pulsaciones cada uno, compuestos por diferentes combinaciones de negras (dibujadas en color negro), dos corcheas barradas (en color rojo), y el silencio de negra (en forma de “Z”, y de color verde). De esta forma, la combinación del esquema número 1 está formada por negra-negra-negra-negra, la del número 2 la componen dos corcheas barradas-negra-negra-negra, y así sucesivamente, procurando que ninguno comience por silencio de negra, para evitar la imprecisión de su significación sonora.

Por otro lado, la parte posterior de la cartulina lleva un número en color negro, que determinará las combinaciones rítmicas de que consta.

En un pequeño cartón de 11×8 centímetros van dibujados cada uno de los diferentes esquemas, numerados según las combinaciones rítmicas de que esté compuesto, y el conjunto de todos estos cartones forma la baraja anteriormente señalada.

Además, hay una segunda serie de cartulinas de juego (de la 42 a la 57), compuestas, igualmente, por nueve esquemas rítmicos entre los que se incluyen, además de las figuras ya conocidas, la blanca (de color azul), dentro de un esquema de cuatro pulsaciones, con lo que se crean 19 esquemas rítmicos más.

El otro tipo de juego, el Bingo Melódico Musical, posee los mismos componentes que el anterior, pero sus cartulinas de juego sólo tienen dos filas y tres columnas, por lo que la dificultad es mucho mayor. En este caso, el ámbito utilizado es MI (“m”), SOL (“s”) y LA (“l”). Estas letras, colocadas debajo de cada figura, se convierten en una melodía y posibilitan varias combinaciones sobre un mismo ritmo.

Comienza el juego

El desarrollo de la partida es idéntico en ambos casos. Lo primero que hacemos es repartir una cartulina a cada jugador y pequeños cartoncitos para ir tapando las casillas. El profesor de Música irá interpretando con la flauta dulce los distintos esquemas en el orden en que queden después de ser barajados. Según avance el juego, cantará línea aquel jugador que consiga ser el primero en tapar tres celdas en fila. Después se seguirá hasta conseguir tapar las nueve celdillas y cantar bingo. A los ganadores de ambos premios se les regalarán objetos que los mismos alumnos aportan para ello, como bolígrafos, pegatinas o gorras.

José Ramón CARBONELL 

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