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El paro en la enseñanza del día 29 se perfila como una huelga política

Padres, alumnos, intelectuales, instituciones... Todas las fuerzas vivas de la sociedad tienen algo que decir a favor o en contra de la huelga general de la enseñanza. En la imagen, Isabel Couso, secretaria general de Educación y formación Profesional.
Miércoles, 23 de octubre de 2002
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A menos de una semana para la celebración de la huelga general en la enseñanza el ambiente entre la comunidad educativa está más que caldeado. Los docentes han salido mayoritariamente a favor de las medidas incluidas en la Ley de Calidad, según avalan las encuestas realizadas por ANPE y el Colegio de Doctores y Licenciados (ambas publicadas en este periódico). Sin embargo, ya a finales de septiembre más de 15.000 firmas avalaron el manifiesto “Una Educación de calidad para todos”, en contra de dicho proyecto de Ley
Lo más curioso es que entre todos los que suscribieron dicho documento, además de padres, profesores, alumnos y asociaciones vinculadas a la enseñanza, se encuentran también escritores, actores, músicos y políticos.

Caras famosas

Desde el secretario general del Partido Socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, (que según se prevé asistirá también a la principal manifestación convocada en Madrid coincidiendo con la huelga general de la enseñanza), hasta escritores como José Saramago y José Luis Sampedro; cantantes como Cristina del Valle o Luis Eduardo Aute; y actrices como Pilar Bardem, María Asquerino o Beatriz Carvajal, firmaron dicho manifiesto.

Cuestión política

Pero que la huelga general en la enseñanza del próximo 29 de octubre es una cuestión política no se le escapa ya a nadie. De hecho, el portavoz de la Comisión de Educación y Cultura de Convergència i Unió, Ignasi Guardans, explicó a MAGISTERIO, que “contrariamente al discurso oficial del Ministerio de Educación, desde CiU comprendemos el malestar que hay en buena parte del sector educativo respecto a la ley de Calidad, aunque no apoyamos la huelga como nunca lo hacemos”.

Más rotundos se muestran desde filas socialistas. La portavoz del PSOE de Educación en el Congreso, Amparo Valcarce, afirma que “asistiremos a la huelga porque nos hemos comprometido y está más que justificada, ya que lo que está en juego son dos modelos de política educativa: la del PP, totalmente antisocial, y la del PSOE y la Plataforma en Defensa de laEnseñanza Pública, que apuesta por la defensa de los centros públicos y la mayor dotación de recursos humanos y económicos para la enseñanza”.

Valcarce fue tajante además a la hora de valorar el paso de la LOCE por la Cámara Baja y afirmó que “no vamos a permitir que se debatan las más de 1.300 enmiendas parciales contra la Ley de Calidad en un solo día como quiere el PP. Les hemos advertido de que si intentan revivir el proceso de la LOU se van a quedar solos y se van a encontrar con un rechazo aún mayor”.

Por su parte, desde el Ministerio de Educación y Cultura (MECD), se afirma que “no hay ninguna razón para convocar una huelga general en la enseñanza porque los profesionales están pidiendo a gritos las reformas planteadas”.

Movilizaciones masivas

Desde algunos sindicatos se alerta de lo fácil que es movilizar a los estudiantes ante un asunto como la reforma de la Educación donde lo que menos cuenta es la posición de los profesionales. Para Gonzalo García-Aguayo, profesor de Bachillerato de CSI-CSIF, “las soflamas contra la Ley de Calidad son perfectamente previsibles, dada la índole de un sindicalismo y de los partidos de procedencia similar, que necesita decir lo que quieren oír sus simpatizantes de toda la vida” .

Según García-Aguayo “se habla, además, de movilización y de frentismo, donde la clave del éxito estriba en que esas asociaciones y esos alumnos, a los que podemos llamar ‘trabajadores pasivos’, actúe como piquete para que nadie vaya a clase y los profesores se ahorren unos euros, al no tener necesidad de quedarse en casa, ya que en sus centros no habrá trabajo”. Fuentes de este sindicato alertan además de la existencia de”fantasmales asociaciones de alumnos que tienen las espaldas cubiertas al tener sus locales en sedes de CCOO”. Desde otros sindicatos como ANPE y USO lamentan que no se tenga en cuenta lo realmente importante que es, a su juicio, “la mejora que va a suponer para los docentes”. 

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