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Esculturas geométricas

Aprovechar los recursos geométricos que pueden rescatarse en las esculturas de tu propia ciudad es la propuesta matemática del Instituto “Anna Böttger” de Villa Gesell, en la provincia argentina de Buenos Aires.
Miércoles, 16 de octubre de 2002
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Explorando otras formas de pedagogía fuera de nuestras fronteras, Internet puede ser un gran aliado. Un claro ejemplo de ello es la página web del Instituto “Anna Böttger” de la ciudad de Villa Gesell, situada en la provincia de Buenos Aires, Argentina.

Si atendemos al área de Matemáticas, cabe destacar la experiencia sobre las esculturas emplazadas en la mencionada ciudad. Y es que desde el año 2000 Villa Gesell posee una serie de esculturas al aire libre, tanto a lo largo del Boulevard Silvio Gesell como en otros lugares estratégicos de la ciudad.
Los docentes pueden realizar junto con sus alumnos un paseo que incluya un recorrido por estas esculturas. Además, con el material que ofrece la Dirección de Cultura, pueden hacer un reconocimiento de las obras y conocer el mensaje que el escultor quiso transmitir.

Observar y reproducir

Posteriormente, se pueden tomar dos esculturas y trabajar en el ámbito de la clase y ejercitar la observación de los niños. Para ello, se deben descubrir las líneas en la realidad que nos rodea. Éstas se manifiestan tanto en la sombra de la escultura como en la inclinación de esa sombra sobre el suelo, en los cortes y en los encastres.

También se puede trabajar una forma curva al lado de una línea recta. Asimismo, otra posibilidad la ofrece el ritmo, esto es, una serie de elementos en sucesión que constituyen las líneas verticales, horizontales y oblicuas, tomadas en perspectiva o frontalmente. En realidad, todo sirve: líneas horizontales o verticales, la geometría escondida y las formas triangulares, cuadradas o circulares.

Los alumnos pueden hacer reproducciones en miniatura de las esculturas observadas, sobre todo de aquellas que tienen formas geométricas bien definidas. Estas reproducciones se pueden hacer con arcilla o con cartón, trabajando las formas básicas prismáticas y tetraédricas. De este modo, el alumno no sólo adquiere destreza manipulativa, sino que también trabaja la medida y la escala, así como la proporción.

Recursos geométricos

Esta experiencia se basa en el aprovechamiento de los recursos geométricos que pueden rescatarse en una escultura que se observa. Y es que a diario pasamos con indiferencia frente a las formas cotidianas. De hecho, nuestros ojos y tacto ya están acostumbrados a esos volúmenes vivientes que nos roban el espacio o, como mínimo, lo comparten.

Sin embargo, un volumen es el otro, es el yo, es la casa que habitamos, el mundo civilizado, el del consumo, es una suma de volúmenes inertes, más o menos necesarios, pero con belleza para atraer.
Los seres de la naturaleza poseen su belleza espontánea, sus formas recónditas o su eternidad atrayente, y el ojo suele ignorarlo, dado que lo muy visto se desgasta.

El artista plástico, nuevo artífice, rehace lo hecho, imitativamente o mediante un acto de interpretación, aunque lo imitativo o el arte reflejo no deja de ser también, en el momento que es arte, interpretativo.

Escultura y movimiento

Generalmente la imaginación popular supone que una escultura –y más aún una estatua– es algo inmóvil y rígido, y que no hay nada más inmóvil que una estatua. Sin embargo, toda escultura busca transmitir algo, como, por ejemplo, la impresión de movimiento, la imitación de las formas naturales, la exaltación de la masa volumétrica, la pesadez y la dureza o la dimensión volumétrica ligera y ágil.

La evolución de la producción escultórica gana en intensidad expresiva y en calidad estética en la medida en que se desprende de su sujeción al modelo representado (o imaginado) y se hace más autónoma. Lo que nos atrae en estas obras es lo que tienen de espontaneidad y de fundamentación para introducirnos en las formas geométricas volumétricas poco trabajadas en las clases de Matemáticas.

Las huellas nerviosas y rápidas del modelado le confieren a las formas una energía vital que les anima. De este modo, la forma orgánica se desorganiza y casi se descompone con los gestos repentinos que la modelan, como si fuese un trabajo abocetado, rompiendo la continuidad de la superficie y variando el juego de las curvas y los ángulos.

En todo caso, la relación con el espacio es activa y dinámica, y con el espectador es rica en estímulos y sensaciones; desde luego, siempre bajo el predominio de la emotividad. En resumen, se trata de unas obras escultóricas muy interesantes y de buena calidad, propicias para la observación y trabajo de los niños.

Cuentos

Los alumnos del Instituto “Anna Böttger” de Villa Gesell también han realizado una antología de cuentos infantiles para los más pequeños. Se trata de un trabajo final del área de Lengua y Literatura, elaborado en el transcurso del período de una década: 1991-2001.

En este libro los alumnos se han encargado de los textos y de las imágenes. Y es que la utilización del cuento dentro del aula permite evaluar competencias lectoras, tanto lingüísticas como de imágenes: el reconocimiento de subgéneros narrativos; distinguir el narrador del personaje; la reconstrucción en la lectura de un sentido no explícito, y el ejercicio de la imaginación y de las diversas entonaciones de la oralidad. Además, se establece un proceso comunicativo entre el sujeto que elabora el cuento y el que lo lee.

Instituto “Anna Böttger”
Villa Gesell(Argentina) 

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