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Los peques toman el Thyssen

El Thyssen-Bornemisza abre las puertas a los más pequeños gracias a un taller que, en palabras de Rufino Ferreras, coordinador educativo del centro, es la “cara bonita, lo más grato del museo”. Y es que actividades como éstas son las que despiertan la creatividad de los futuros artistas.
Miércoles, 27 de noviembre de 2002
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Hay que remontarse a junio de 1995 para encontrar los inicios de un programa didáctico pionero, en aquel entonces, en los museos españoles. Bajo el lema Visita la Colección con tu hijo y disfruta como un niño, esta actividad no sólo tuvo una gran acogida, sino que se ha seguido desarrollando a lo largo de los últimos años, y encima, con mucho éxito. Su principal objetivo, acercar el museo al público infantil. La estrategia, fomentar la participación activa de los niños. No en vano, el programa de visitas-taller para familias del Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta el museo como un lugar de aprendizaje y un espacio lúdico al mismo tiempo.

Familias y colegios

En un principio las visitas tenían lugar sólo los domingos. Sin embargo, el éxito de la primera andadura motivó una ampliación en horarios y público. De este modo, las familias podían acudir al taller también los sábados. Y, lo más importante de todo, nacía –exactamente, en octubre de 1996– un nuevo programa, el de visitas-taller para los colegios, en el que participan cada año unos 9.000 niños. Uno y otro programa comparten metodología.

Dirigido a escolares de 1º a 6º curso de Primaria –esto es, con edades comprendidas entre los 6 y 12 años–, esta experiencia se vale de ocho itinerarios en su labor educativa: La naturaleza; Juegos y espectáculos; La ciudad; Hombres y mujeres; La imaginación del artista; La música; ¿Para qué sirve?; y Pasear dentro de un cuadro.

Cada uno de estos recorridos consta de seis cuadros que los niños analizan sin prisa y acompañados por monitores especializados. Se trata de que estos últimos ofrezcan pistas sobre cada pintura, si bien deben ser los niños los verdaderos protagonistas del descubrimiento de la obra de arte. Por eso, se establece un diálogo en el que el monitor sólo orienta, nunca impone una lectura fija.

En cambio, lo que sí hacen los monitores es promover en todo momento la participación de los chavales, procurando a la vez la colaboración de los adultos que les acompañan. Se pretende que el niño aprenda activamente, desarrolle su capacidad de observación, análisis y reflexión ante la obra de arte, y que los mayores vean cómo hacer que los niños disfruten y aprendan visitando el museo.

“Los chicos se sorprenden de ser ellos los que interpretan la pintura. No importa lo que digan. Cada uno debe descubrir el cuadro a su manera”, asegura Rufino Ferreras, coordinador de desarrollo educativo del museo.

Rufino también considera que el recorrido de un niño por un museo siempre es diferente al de un adulto: “Los pequeños ven, físicamente, de forma distinta que los mayores”, lo que significa que “el niño nunca globaliza el cuadro. Es decir, si tiene delante un paisaje ve un árbol, un río, una montaña… y después de verlo todo llega a la conclusión de que está viendo un paisaje”.

Expresión plástica

Pero la ruta de los alumnos no termina en la exhibición de cuadros, pues tras la visita en sala el grupo acude a un taller para participar en una actividad plástica que tiene que ver con el itinerario que, dependiendo de su edad, acaban de recorrer.

En este taller se llevan a cabo distintas actividades, desde pintar un cuadro mezclando pintura con detergente hasta realizar un grabado. Todo ello para dar rienda suelta a la expresividad de los niños, una vez que han visto la obra de los artistas. Y es que el taller refuerza el aprendizaje, asienta en la memoria lo visto en las salas y permite desarrollar su creatividad.

Pequeño Thyssen on line

El amigo cibernético es toda una ayuda para el Thyssen en su empeño de estrechar lazos entre niños y museo. Prueba de ello es el Pequeño Thyssen, un canal que, dentro de la web del museo (www.museothyssen.org), pretende educar y divertir, para lo que cuenta con cuatro secciones: Aventuras en el Museo Thyssen, donde Guido, una mascota virtual, acompaña a los pequeños por las salas del museo en la entretenida aventura Guido contra el Señor de las Sombras; Para saber más, con información sobre las obras; Galería de arte, a través de la cual el internauta puede exponer sus pinturas; y Laboratorio, donde hay propuestas que el niño se puede descargar. 

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