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“¡Deporte y diversión, en el Soto mogollón!”

Trabajar la Educación en Valores desde la asignatura de Educación Física. Es lo que se propuso un profesor del CEIP “Jorge Juan y Antonio Ulloa” (Sevilla) con los Encuentros Multideportivos.
Miércoles, 29 de enero de 2003
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En nuestra asignatura, la Educación Física, nos encontramos con un grave problema que a veces desvirtúa el sentido mismo de lo que enseñamos, y es el exceso de competitividad que genera en nuestros alumnos cualquier actividad que realicemos, y mucho más si se trata de un deporte. A veces se marca tanto este carácter que convierte a la propia actividad en secundaria, imponiéndose, por encima de todo, el resultado.

Buenos propósitos

Quise dar una respuesta a todo este maremágnum competitivo-agresivo desde el único sitio que podía: mis clases de Educación Física. Me propuse que una vez al año los niños de mi colegio tuvieran la oportunidad de jugar sin pensar en el resultado, sino sólo en divertirse, recuperando así aspectos importantes del juego, como es conocer a otra gente, disfrutar del espacio en que se desarrolla el juego, compartir, aprender juegos nuevos y convivir. No habría medallas, ni ganadores ni perdedores. Si había premios o regalos, serían para todos, aunque el mejor premio iba a ser la cantidad de cosas que les aportaba la actividad en sí misma.

El primer año nos juntamos cinco colegios; el segundo, nueve. Debido al carácter lúdico, de compartir, de convivir, de la experiencia, decidimos que se llamara “Encuentros”. Pensamos que si le llamábamos Olimpiadas o Miniolimpiadas, sin querer estaríamos fomentando la competición, y así lo iban a entender nuestros alumnos. Los encuentros serían multideportivos. Casi todos los juegos y deportes fueron practicados por los alumnos en sus centros durante las semanas anteriores a los encuentros.

En cuanto al sitio de celebración, decidimos hacerlo en el Soto de Móstoles (Madrid), un parque natural en el que hay todo tipo de espacios abiertos, lo que también nos permitía trabajar otros temas como el respeto a la naturaleza, al entorno, la protección de los espacios naturales, y enseñar que la diversión y la destrucción no van unidas.

Ambiente de convivencia

Ya teníamos cubiertos algunos objetivos: jugar por jugar, desarrollo de habilidades en el entorno natural, adquirir nuevas experiencias motrices, disfrutar de los juegos populares… Ahora nos quedaba crear un ambiente de convivencia entre todos, conocerse y compartir. Para ello, los equipos estaban compuestos por niños de los diferentes colegios, eso sí, cada uno con la camiseta del color de su colegio. Pero no conformes con este grado de convivencia y conocimiento, decidimos que en clase realizaríamos unos pins representativos de cada colegio, que cada niño debería intercambiar con los demás a lo largo de la jornada.

En cuanto a la hora de la comida, no queríamos que fuera un momento en el que se rompiera la unión antes trabajada, y pensamos que fuera compartida.
Al final, y como evaluación, las caras y las experiencias de nuestros alumnos. Nadie se acordó del resultado ni nos preguntaron por un premio.

Juegos para todos

Nos preocupó ofrecer una serie de juegos y deportes que por su carácter y sus reglas no fomentaran el resultado. Así, recuperamos los deportes populares de gran atractivo para los niños y un tanto desconocidos para muchos de ellos: soga, canicas, petancas, chapas, combas… También pensamos en los alternativos en torno a una red (voley) o a un instrumento, la raqueta (indiacas). Asimismo, quisimos que estuvieran presentes juegos propios de las actividades en la naturaleza, como la orientación, los juegos de pistas o la mountain bike.

Para motivar a todos los alumnos en la participación de estos Encuentros Multideportivos, lo primero que teníamos que hacer era crear un eslogan divertido y pegadizo que conociesen y que fuera como un “grito de guerra” que nos hiciera entrar en la actividad con energía, y se nos ocurrió aquello de “¡Deporte y diversión, en el Soto mogollón!”. Además, a la voz de este grito, hecho por un profesor, haríamos los cambios de un juego a otro.

Horacio MANGAS
CEIP “Jorge Juan” (Sevilla) 

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