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Mi patio se llenó de colores

El equipo de profesores de Educación Infantil del CP “San Gregorio” de Galapagar (Madrid) decidió un día que ya era hora de mejorar la imagen del patio. Todos los alumnos se pusieron manos a la obra.
Miércoles, 5 de febrero de 2003
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Nuestro patio estaba en situación precaria. Aunque contaba con una extensión suficiente, dentro de él no se había efectuado ninguna reforma ni acondicionamiento desde hacía años. Se trata de un patio de arena de granito con desniveles (uno de ellos salvado por un muro) y cuatro grandes piedras a la vista. Está separado de las aulas por un pequeño solado de baldosas a modo de acera y cercado por un muro con rejas metálicas sin pintar. En el centro del mismo se mantenía una antigua estructura de madera muy deteriorada por el uso y la intemperie.

Al inicio del curso, tras detectar esta necesidad, surgió la idea de realizar un proyecto para desarrollar los siguientes aspectos:

—Pintado del muro, rejas y cuatro grandes piedras que surgen del suelo de forma natural.
—Acondicionamiento de la estructura de madera.
—Compra de juguetes de patio: toboganes plásticos, triciclos, balancines…
—Instalación de neumáticos usados para hacer circuitos…
—Creación de dos parterres o zonas verdes.

Planificación

En las reuniones de ciclo decidimos empezar pidiendo la colaboración del ayuntamiento ya que es el encargado de mantener el centro en buen estado. Después solicitamos la ayuda del ministerio y, en la medida y labores que pudieran, agradeceríamos la aportación de las familias.

Nos reunimos con cada uno de los sectores y todos se ofrecieron a colaborar según sus posibilidades: el ayuntamiento aportó la pintura necesaria y el ministerio, por su parte, se comprometió a ofrecernos una ayuda económica.
Convocamos una reunión con los padres y madres que voluntariamente quisieran y/o iban a poder participar en el proyecto. Se agruparon en diferentes equipos según sus preferencias: pintura, albañilería, jardinería y recursos varios. Se decidió que en un muro dibujaríamos motivos florales y en el otro plasmaríamos las cuatro estaciones del año. Se asignó un espacio concreto a cada clase y grupo de madres y elaboramos una lista con el material necesario para empezar.

Actividades

—Los muros: se realizaron plantillas en cartón de los motivos florales y se dibujaron directamente los bocetos de las cuatro estaciones. Esta actividad fue realizada por los padres, madres y los niños.
—Las jardineras: se compraron varias jardineras rústicas que los niños pintaron de colores vivos. Los padres plantaron arizónicas dentro y delimitaron los parterres con ellas. Para construirlos se realizaron dos vaciados del terreno en las zonas del patio que habíamos designado, se rellenaron con turba y, al final, todos juntos (padres, profesores y niños) sembramos flores y arbustos en ellos.
—Los neumáticos usados: los profesores fuimos a recogerlos de un taller cercano, los niños los pintaron de colores y los padres se encargaron de fijarlos en el suelo formando circuitos.
—La estructura de madera: las madres lijaron, pintaron y barnizaron cada una de las partes de la misma, convirtiéndola en un lugar mágico y lleno de color donde los niños ahora pueden escalar, gatear, refugiarse… sin ningún peligro.
—Las piedras de granito que surgen en el suelo de forma natural fueron convertidas en simpáticos animales: una mariquita gigante, un dinosaurio, un cocodrilo, una tortuga y una gran serpiente multicolor. El diseño lo realizamos los profesores y entre todos se materializó.

Para completar nuestra tarea compramos en tiendas especializadas en juguetes al aire libre columpios, un balancín de plástico con forma de animal y otro de hierro con dos asientos, toboganes de colores en plástico duro, triciclos, cubos, palas, rastrillos…

Algunos padres aportaron juguetes que sus hijos ya no utilizaban en casa y que, sin embargo, en el patio del colegio podían ser útiles todavía: un todoterreno y una motocicleta.

Fiesta final

Para poner punto y final al proyecto decidimos celebrar una fiesta. Queríamos inaugurar el patio y mostrar nuestro agradecimiento a todos los que nos habían ayudado, tanto a nivel económico como personal. Los niños escribieron y decoraron las invitaciones que enviamos a los padres, al resto de profesores del colegio, al inspector, a la concejalía del ayuntamiento…

La prensa local también estuvo allí para que todo el pueblo pudiera conocer el resultado final de nuestro trabajo. Todos lo pasamos fenomenal ese día jugando en el patio y tomando golosinas y refrescos.

Objetivos

—Contribuir a mejorar el aspecto exterior del colegio, haciéndolo más llamativo y motivador.
—Estimular la imaginación y la fantasía de los niños al hacer posible el desarrollo de diferentes juegos con los elementos nuevos del patio.
—Potenciar la participación de los padres en las actividades escolares, favoreciendo así la relación entre los propios padres, a la vez que entre padres, profesores y alumnos.
—Fomentar en los niños hábitos de cuidado y respeto hacia los árboles y las plantas.
—Facilitar el juego creativo y el desarrollo psicomotor de los alumnos.
—Elevar su autoestima, valorando positivamente sus diseños, realizados para la decoración de las paredes, piedras, neumáticos, etc.

Evaluación del proyecto

El tiempo que duró nuestro proyecto fue un éxito, para qué negarlo.
Todos los participantes lo vivimos con emoción, las actividades resultaron divertidas y la realización de las diferentes tareas se esperaba con impaciencia. Un día tocaba hacer plantillas, dibujar y pintar en las paredes, otro limpiar neumáticos y colorearlos, a la semana siguiente dábamos vida a las piedras y sembrábamos plantas…, todo para conseguir que nuestro patio se convirtiera en un lugar alegre y lleno de color.

Resultó muy gratificante también conseguir que las familias se comprometieran y participasen, modificando horarios en alguna ocasión porque sus trabajos les impedían pasar las tardes con nosotros. Para los niños resultó una experiencia enriquecedora ver a su padre y/o a su madre trabajar junto a ellos y los profesores dentro del colegio.

Esta experiencia ha servido para darnos cuenta de cómo entre todos, colaborando cada uno en la medida de nuestras posibilidades, podemos conseguir que las cosas cambien a mejor y cómo toda la comunidad educativa puede ofrecer una Educación, en este caso ambiental, mejor para nuestros alumnos e hijos.

Equipo de Educación Infantil
CP “San Gregorio”
Galapagar (Madrid) 

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