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Taller de biblioteca: “Érase una vez ...”

La EI “El Tomillar” (Madrid) ha pretendido fomentar la lectura entre sus alumnos a través de una biblioteca, en la que los niños se dejan llevar por la magia y la fantasía de los cuentos, y además se los pueden llevar a casa para leerlos con sus padres.
Miércoles, 26 de marzo de 2003
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Son tres los aspectos fundamentales para conseguir la compleja tarea de la animación a la lectura: tiempo, espacio y una adecuada metodología.

—Tiempo: el cuento ha sido utilizado en muchos casos para ocupar pequeños momentos en la vida de la escuela, lo que se llama momentos “fleco”. De esta manera transmitimos que el cuento no tiene gran valor, que sólo sirve para ocupar espacios muertos.
—Espacio: cuando un adulto se sienta a leer un libro, busca un lugar agradable, silencioso, cómodo, luminoso, etc. Nuestra biblioteca debe cumplir con todas estas condiciones; de esta manera preparamos al niño para recibir el cuento y le enseñamos de manera implícita que lo que vamos a hacer es de suma importancia.

Metodología

Dividimos la experiencia en tres grandes bloques:

—Antes de la lectura: sin duda uno de los puntos de mayor importancia es el papel del educador, ya que de éste va a depender que el cuento llegue o no al niño. Cuando me planteo qué libro voy a leer, en primer lugar pienso qué es lo que quiero transmitir: valores como la amistad o la solidaridad, sentimientos y emociones como el miedo, el amor, etc. Una vez decido lo que pretendo trabajar, me lanzo en busca del cuento, y es fundamental que me conmueva y emocione, puesto que si el adulto disfruta de lo que está leyendo, indudablemente el niño lo percibirá y se implicará también.

Pero no podemos olvidar que los verdaderos protagonistas son los niños. Por este motivo vienen a la biblioteca en grupos de 5 ó 6 para que así puedan tener una atención más individualizada, permitiendo crear un ambiente cálido y acogedor en la biblioteca. En la primera sesión comentamos qué es una biblioteca y cuáles son las normas que se deben cumplir y por qué. Después hacemos un carné que nos servirá a lo largo del curso para hacer los préstamos de los cuentos.

En la motivación radica la clave del éxito del taller de biblioteca. Para los niños no existe nada más motivador que la sorpresa, la fantasía; en definitiva, la magia. Dependiendo del cuento, pienso qué clima quiero crear. Son infinitas las fórmulas que podemos utilizar para contar un cuento, todas aquellas que seamos capaces de imaginar. Por ejemplo, cuando les leo un cuento que trata el miedo, apago la luz, enciendo una vela “mágica” y les arropo con la colcha con lunas “para contar los cuentos de noche”.

Antes de comenzar el cuento, les preguntamos:
1. ¿Cómo es el cuento? Cada niño va diciendo las cualidades físicas del cuento.
2. ¿Qué historia nos va a contar? Desarrollamos la hipótesis lectora; desde los datos que nos ofrece la portada y el título, el niño ha de inferir y anticipar qué ocurrirá en él.
3. Finalmente, hacemos una memoria bibliográfica.

—Durante la lectura: el educador deberá cuidar la entonación, los silencios, el contacto visual e invitarlos a participar en aquellos párrafos que sean de carácter repetitivo o acumulativo a lo largo del cuento. Cada persona tiene su propio estilo a la hora de contar un cuento y esto enriquece la narración. Cuidaremos también que todos los niños puedan ver sin dificultades las ilustraciones del cuento.

—Después de la lectura: entre todos comprobamos nuestras hipótesis lectoras y a partir de aquí hablamos sobre lo que nos ha transmitido el cuento. Después, reconstruimos la historia con el “hilo de contar y no acabar”.
En la zona de la mesa realizamos la actividad plástica utilizando diferentes técnicas. El objetivo es que hagan una representación mental de lo que han escuchado y lo plasmen sobre el papel. Posteriormente, los niños eligen el cuento que se llevarán a casa; esta elección está intrínsecamente relacionada con la vida emocional del niño; cada uno elige el cuento que le ayuda a resolver posibles conflictos emocionales. Por ello considero muy importante dejar que el cuento lo elijan los niños, puesto que somos conscientes de que es de gran ayuda. Después, cada uno introduce el cuento en una bolsa que servirá para llevarlo a casa, en la que dejamos una carta dirigida a los padres con las indicaciones de uso.

Por último, los padres acuden al taller a recogerlos. Ellos, ilusionados, les cuentan lo que ha pasado en el taller. De esta forma, las familias se ven implicadas en las vivencias que los niños han tenido.

Evaluación

Hacemos tres tipos:
—Inicial: partimos de las ideas previas de los niños, de sus sentimientos, de lo que les ocurre, etc.

—Procesual: nos servirán los registros de asistencia, las fichas de los cuentos y fundamentalmente el diario en el que se recoge lo que los niños dicen a lo largo del taller, así como la valoración y observaciones de la educadora.

—Final: el dato más importante es la actitud que demuestran nuestros niños, siempre deseosos por saber cuándo le corresponde a su grupo ir a la biblioteca.

Yolanda GÓMEZ SÁNCHEZ
E.I. “El Tomillar” 

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