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¡Fuera las malas hierbas!

Al curso 96-97 se remontan los primeros pasos de una experiencia, la que año a año lleva a cabo el madrileño CP “V Centenario”, dedicada a trabajar el huerto para que, de este modo, los pequeños de Educación Infantil vivencien el ciclo vital de las plantas y valoren la naturaleza.
Miércoles, 9 de abril de 2003
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Un aula de niños de tres años, otra de cuatro y dos de cinco son las implicadas en la iniciativa que, curso tras curso desde 1996, realiza el madrileño centro de San Sebastián de los Reyes “V Centenario” entre los pequeños de Educación Infantil, con objeto de que se familiaricen con el trabajo del huerto. Un huerto que se situó dentro del patio escolar en un lugar que ya anteriormente había sido utilizado para este fin, pero que en ese momento no estaba siendo aprovechado.

Objetivos

Los motivos que llevaron a realizar la experiencia fueron el de vivenciar el ciclo vital de las plantas, así como valorar la importancia de la naturaleza en nuestra vida.

En cuanto a los objetivos que se intentan conseguir a través de este proyecto, destacan, dentro del área de Autonomía e Identidad Personal, los que siguen:
— Descubrir y utilizar las propias habilidades motrices, sensitivas y expresivas en la vida cotidiana.
—Tomar la iniciativa, planificar y secuenciar la propia acción para resolver tareas sencillas o problemas de la vida cotidiana, aceptar las pequeñas frustraciones y manifestar tendencias a superar las dificultades buscando en otros la colaboración necesaria.

En el área del Medio Físico y Social, los fines son:
—Observar y explorar el entorno físico-social, planificando su acción en función de la información recibida, constatando sus efectos y estableciendo relaciones entre la propia actuación y las consecuencias que de ella se derivan.
—Valorar la importancia del medio natural y de su calidad para la vida humana manifestando hacia él actitudes de respeto y cuidado, e interviniendo en la medida de sus posibilidades.
—Observar los cambios y modificaciones a que están sometidos los elementos del entorno, pudiendo identificar algunos factores que influyen sobre ellos.

Dentro del área de Comunicación y Representación, los objetivos se concretan en:
—Leer imágenes como una forma de comunicación y disfrute, descubriendo e identificando los elementos básicos de su lenguaje.
—Utilizar las diversas formas de representación y expresión para evocar situaciones, acciones, deseos y sentimientos, sean de tipo real o imaginario.
Por último, los objetivos didácticos se centran en que los niños conozcan el ciclo de las plantas; establezcan y cumplan sus responsabilidades en el cuidado del huerto; y trabajen cooperativamente.

Actividades para todos

Las actividades llevadas a cabo para la preparación y realización del terreno cultivado son:
—Arrancar las malas hierbas, remover y preparar la tierra con su abono.
—Planificar los materiales que se necesitan: bandejas, vasos de yogur, tierra turba, abono, semillas, regaderas, palos, rastrillos…
—Salida al vivero para comprar las semillas, tanto de hortalizas (cebollas, lechugas, zanahorias, rábanos y pepinos) como de flores (petunias y alelíes).
—Hacer los semilleros (cebollas, lechugas, pepinos, petunias y alelíes).
—Hacer surcos en la tierra y plantar las zanahorias y los rábanos.
—Regar todos los días lo plantado.
—Confeccionar un librito de las semillas, donde se dibuja y se escribe lo que se ha sembrado y se pegan las semillas, con el fin de observarlas y de distinguir una de otra.
—Confeccionar letreros para poner en el huerto y el jardín.
—Apuntar en el calendario la fecha en que sembramos y ver cuánto tarda en salir.

Las actividades se llevan a cabo a partir de marzo. Como se pretende que participen activamente los niños de las cuatro aulas, se gradúa la dificultad según la edad, haciendo un mayor énfasis en unos procesos o en otros a tenor de sus posibilidades. Eso sí, siempre se intenta respetar en todos los grupos los mismos pasos para empezar la labor hortícola.

El inicio de la actividad comienza en la asamblea. En ella se escuchan las ideas previas que tienen los pequeños sobre lo que es el huerto, lo que crece en él, quién lo cuida, cómo se cuida, etc. Esto es importante en pro de la motivación. Durante días se habla del tema gracias a nuevas aportaciones procedentes de las casas y lo que a tal fin prepara la tutora.

Al cabo de unos días se sugiere la pregunta: ¿por qué no hacemos un huerto en el patio? La idea es acogida con entusiasmo en todas las aulas, con lo que se empiezan a generar nuevos interrogantes: qué necesitamos, dónde lo conseguimos y qué podemos plantar.

¡A sembrar!

Para iniciar el proceso de siembra se prepara la tierra, arrancando las malas hierbas, removiéndola a fin de oxigenarla y añadiendo abono. Posteriormente, los niños de cinco años van a un vivero para comprar las semillas que se van a utilizar y, de paso, oír algunos consejos de los jardineros.

Las semillas compradas se reparten en las diferentes clases y se comentan las diferentes formas de plantación: las zanahorias y los rábanos se plantan directamente en el suelo (haciendo previamente unos surcos para facilitar el riego) y el resto de las semillas se plantan previamente en un semillero, pasándolas posteriormente al huerto. Para regar el huerto y los semilleros se establecen turnos.

Belén GONZÁLEZ GALINDO
Josefina UGART SÁNCHEZ
Mª José PÉREZ CABALLERO
CP “V Centenario”
San Sebastián de los Reyes  

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