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Jóvenes “picassos” trabajando en equipo

El murciano IES “Francisco Salzillo” ha transformado desde hace varios años la clase de Plástica en un taller de Plástica. Se trata de aplicar una metodología y un enfoque distintos a favor del arte.
Miércoles, 30 de abril de 2003
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Los alumnos de ESO del IES “Francisco Salzillo”, situado en la localidad murciana de Alcantarilla, han sido testigos de cómo la clase de Plástica se ha transformado en un taller de Plástica. Este cambio, que se remonta a varios años atrás, encierra una metodología diferente y un enfoque distinto.
Y es que la clase conlleva determinados matices de organización, homogeneidad y actividades propuestas de forma más o menos general a todos los alumnos. Por su parte, el taller es algo más libre; los alumnos encuentran en él los materiales necesarios para realizar sus obras y, en general, el ambiente es más relajado, hasta se diría que lúdico. Sin duda, todo esto se nota en los resultados.

Grandes maestros

A lo largo de los años en los que se ha llevado a cabo el taller, se ha venido promoviendo con los alumnos la realización de proyectos plásticos en torno a los grandes maestros modernos de la pintura.

Picasso, Braque, Juan Gris, Matisse, Paul Klee y otros artistas suelen estar presentes de forma permanente en el taller a través de sus cuadros. De hecho, en contacto con la obra de estos grandes pintores, los chavales aprenden a dibujar, a mezclar colores y, al mismo tiempo, disfrutan de la influencia del buen arte, más elocuente que muchos discursos.

Un aliciente añadido al trabajo es que todos los cuadros resultantes de estos proyectos plásticos, debidamente enmarcados por los mismos alumnos, serán luego colgados en las distintas dependencias del centro –aulas, pasillos y despachos–, con lo que en unos cuantos años el instituto se verá convertido en un auténtico museo pedagógico, repleto de obras pictóricas realizadas en diferentes tamaños –pinturas, grabados, cerámica y relieves– por los propios estudiantes, que sienten luego la satisfacción de saber que quedará, durante muchos años, al menos un pequeño recuerdo de su paso por el centro.
Al principio del presente curso, el profesor Ignacio García García, promotor de esta experiencia, propuso el plan de trabajo en el taller de Plástica a los alumnos de 4º de ESO, que le miraron con ojos atónitos, entre asombrados y perplejos.

Pero hoy los resultados son palpables y están colgados en la sala de exposiciones del centro: casi una veintena de cuadros, pintados sobre tableros de aglomerado de 90 x 60 centímetros, a todo color, algunos con textura incorporada y todos barnizados y enmarcados por los propios alumnos.

Fases del taller

Este curso, los cuadros de los chavales giran en torno a obras de los grandes maestros del arte del siglo XX: Picasso, Matisse y Paul Klee. Sin duda, en estos cuadros hay algo más que simples copias realizadas con pinturas plásticas; hay mucha ilusión y esfuerzo para conseguir el tono exacto, la pincelada controlada, la veladura ajustada al efecto de transparencia, el aprendizaje agradable…
El proceso que siguen los alumnos del taller viene planteado en varias fases definidas y sucesivas:

—Formulación de los equipos de trabajo, normalmente por parejas, por afinidad y a elección de los propios estudiantes.
—Selección del motivo o cuadro a trabajar, tras una presentación de las propuestas por parte del profesor, normalmente apoyada con diapositivas.
—Preparación del soporte, casi siempre tablero de aglomerado, con una capa de pintura blanca a rodillo o brocha grande.
—Dibujo del motivo, sea con el método de la cuadrícula, de los ejes, o por cualquier otro método.
—Trabajo con los colores, que normalmente son pinturas plásticas de tipo industrial, de fácil manejo y mezclado, fáciles de conseguir y de gran rendimiento.
—Barnizado de las obras, una vez terminadas, usando para ello látex diluido.
—Enmarcado de las obras por parte de los alumnos, ya que el taller cuenta con un nutrido armario de herramientas de todo tipo.
—Montaje de una exposición de todas las obras en un pasillo del centro habilitado como sala de exposiciones.

Es ya tradicional en el taller organizar una fiesta en clase para celebrar el final del proyecto en un ambiente divertido y participativo.

Motivación

Todos los alumnos saben y aceptan de buena gana desde el principio que sus obras van a pasar a engrosar la colección de cuadros del instituto. Por ello, es éste el que hace frente a los gastos de los materiales –tableros, pinturas, barnices, listones, etc.– previstos para cada proyecto, y de todo aquello que los chavales necesiten incorporar a sus trabajos.

Los resultados han sido más que satisfactorios. Una vez más se ha podido comprobar la importancia de la motivación en el trabajo escolar, y, en este caso, qué mejor incentivo para los alumnos que el hecho de saber que sus obras tienen una utilidad cercana y durarera. Al mismo tiempo, el centro se convierte, gracias a los cuadros, en un recinto más agradable, más habitable y, en consecuencia, más humano.

Ignacio GARCÍA GARCÍA
IES “Francisco Salzillo”
Alcalntarilla (Murcia)  

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