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Tecnología: descender sin llegar a la cumbre

La Asociación de Profesores de Tecnología de la Comunidad Valenciana, integrada en la Plataforma estatal, se siente “engañada” por el tratamiento que esta asignatura recibe en la Ley de Calidad. “Habrá una desbandada”, apuntan.
Miércoles, 28 de mayo de 2003
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“Antes de que la Tecnología se haya desarrollado e implantado en el Sistema Educativo, la Ley de Calidad la ha dado un mazazo por pensar que no es más que manualidades y no un área de pensar y crear”, asegura José López, presidente de la Asociación de Profesores de Tecnología de la Comunidad Valenciana (APTCV), entidad integrada en una plataforma de toda España que recoge las sensibilidades de un colectivo. Unos docentes que opinan que “desde el punto de vista social, hay que ver si la Administración quiere que sigamos siendo un país importador de tecnología o, por el contrario, una sociedad creativa”.

La cuestión es que este colectivo se siente engañado por el MECD y gran parte de las comunidades autónomas por lo que supondrá para ellos la LOCE. Hay que recordar que esta asignatura era la gran novedad de la LOGSE y que en los últimos años lo que ha hecho ha sido aumentar en cuanto a currículos y plantillas. Sin embargo, se quejan los docentes, cuando ya se alcanzaba una cierta estabilidad y experiencia, el MECD ha reducido su importancia, oponiéndola al concepto de Humanidades.

De esta manera, relatan al unísono José López y Enric Torres, miembro a su vez de la Junta Directiva de la APTCV, Tecnología con la LOCE quedará “obligatoria en primero y segundo de ESO, en tercero sólo en el itinerario científico-tecnológico y en cuarto, sólo en el Tecnológico”. Además, desde tercero de ESO “se asocia el área de Tecnología a unas Matemáticas A con contenidos más sencillos que las Matemáticas B y, por tanto, en el itinerario Tecnológico el alumnado se encontrará con la casi absoluta imposibilidad de cursar estudios universitarios científicos o técnicos”, comentan. Es decir, que este itinerario será el que recoja a los estudiantes que no quieran estudiar ya que vinculan enseñanzas más “sencillas” que a los otros itinerarios.

Esto, a su vez, señala Enric Torres, también puede ser un elemento de discriminación entre la escuela pública y concertada como demuestra un informe de la Comunidad Valenciana que señala que sólo el 17 por ciento de los centros concertados “impartirían el itinerario tecnológico” lo que para estos centros privados supone, por un lado, seleccionar de algún modo a los alumnos “más listos” y, por otro, ahorrar en el coste del puesto escolar ya que el área de Tecnología requiere de unos materiales que encarecen la asignatura.

Esto se debe a que la gran parte de los centros concertados tienen dos unidades de ESO y la ley prioriza o al menos permite implantar los itinerarios Científico y Humanístico en cuarto de ESO, relevando el Tecnológico sólo a centros públicos.

Pero donde estos docentes se consideran además burlados es en los Bachilleratos, ya que pese al título de modalidad de Tecnología, cabe la posibilidad de que el alumno únicamente estudie una optativa de Tecnología Industrial en segundo de Bachillerato si opta por la rama Técnico-profesional, y ninguna, pese al nombre, en la Científico-Técnica.

Así pasa, relata Enric Torres, en el IES “25 d’abril” de Alfafar (Valencia), un centro de nueva creación que ha adelantado la implantación del nuevo ordenamiento. Esto se debe a la doble opción que tienen los alumnos en el primer curso de tener una jornada lectiva semanal de 32 ó 33 horas. Así, en lugar de elegir una optativa de modalidad –lo que le obligaría a elegir Tecnología si en la obligatoria de modalidad elige Dibujo Técnico– el estudiante se matricula en una optativa del centro, ya sea informática, idiomas, etcétera, que son de tres horas en lugar de cuatro.

En segundo curso, en la opción Científico-Técnica pasa tres cuartos de lo mismo, aunque la jornada en este caso es invariable a 32 horas lectivas semanales.

Por eso, este colectivo opina que la LOCE “ha roto los esquemas porque nos sentimos defraudados porque el sistema educativo no promociona la Tecnología como otras materias de conocimiento. Creemos que la Tecnología, por el contrario, conlleva un conocimiento del entorno en el que el alumno en algún momento se va a integrar”, señala José López.

Desequilibrio autonómico

Sin embargo, estos profesores saben que nadan contracorriente en un contexto en el que se apunta que el retorno de las Humanidades es la solución contra el fracaso escolar. Consideran que desde la Administración no se invierte en áreas que por el contrario en el sistema universitario, como pasa con los ingenieros superiores, son altamente valorados por la sociedad. Por eso, “creemos que puede haber una desbandada si colocan el área como una optativa, ya que no tendremos continuidad. Para el colectivo, esto es un fraude”.
No obstante, la Asociación distingue la situación del colectivo por comunidades autónomas, ya que en manos de las autonomías está el diseño de las optativas y gran parte del currículo, por lo que son determinantes y, a su juicio, “está creando un desequilibrio”. Un apoyo de futuro que no tiene nada que ver con el partido político gobernante.

Positivamente, Enric Torres muestra un mail enviado por un compañero suyo de la Comunidad de Madrid con el listado de materiales remitidos por la Consejería de Educación madrileña. “Y nosotros, en cambio, vemos contenidos que son imposibles de llevar a la práctica en clase porque no contamos con el material correspondiente”, apunta Torres.

En Cataluña, por su parte, se apoya al área de Tecnología desde la Universidad como demuestra que los centros realizan exposiciones con los proyectos desarrollados en las aulas en las mismas universidades.

O en Extremadura, donde el gobierno autonómico “ha apostado decididamente con un sistema informático de libre acceso, Linux, para todos los centros y formación informática para todo el profesorado”.

En cambio, en negativo, estos docentes destacan la Comunidad Valenciana (en la que imparten clase) donde, reconoce Enric Torres, “en mi centro hay una especie de impuesto revolucionario voluntario para que en Tecnología se pueda comprar material. Compramos este material solamente para hacer lo que aparece en los libros de texto y que, sin embargo, no está en la dotación del centro. Por eso, aunque dé vergüenza, hay que pedir dinero a los alumnos y padres. Porque quien no lo haga, no puede hacer proyectos de calidad en Tecnología”. José López corrobora esta aseveración.

Porque hasta la fecha, aseguran estos docentes, en las clases se desarrollaban proyectos de manera muy práctica, algo que según los contenidos apuntados por el MECD puede cambiar. “Han sesgado la posibilidad de hacer proyectos. La tecnología no es ni mucho menos trabajos manuales. Cuando estábamos consolidando una manera de trabajar, cambian los contenidos basados en conceptos y divididos por temas sin conexión entre sí”.

Nuevas tecnologías

En estos contenidos ha saltado la polémica por las críticas del profesorado de Informática que de algún modo han visto que el currículo de Tecnología ha recogido lo que son las nuevas tecnologías y, por lo tanto, materia de Informática.

Sin embargo, apunta el presidente de APTCV, “Informática para nosotros es una herramienta como el dibujo y no queremos polemizar en este punto”.
Lo que pasa es que “cuando desde el MECD se habla de nuevas tecnologías, se miente y engaña porque luego lo que realmente hacen es ampliar el horario de Filosofía”.

Un ejemplo de esto son las Aulas de Infocole puestas en marcha por la Conselleria de Educación valenciana, “a las que por falta de tiempo e incluso lejanía física, todavía no he subido en todo el curso”, reconoce Enric Torres. De hecho, según un estudio aparecido en prensa, “sólo el 11 por ciento del profesorado valenciano con acceso a estas aulas utiliza de manera regular Infocole”. Sin hablar del dinero que hace falta para las licencias de software (de ahí la importancia de la iniciativa de Extremadura) o de programas propios de Tecnología, “que nos los tenemos que hacer nosotros”, señala Torres.

“Existe un desconocimiento de la Tecnología en la sociedad, incluso en el propio centro. Por ejemplo, en alguna ocasión que he llevado un proyecto desarrollado por un alumno a la sala de profesores, algún docente me ha preguntado si realmente eso lo había hecho un alumno. Porque Tecnología es una área de pensar y crear y que a la larga, sale barata para la sociedad”, concluyen estos profesores valencianos. 

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