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Jaque a Paris

¿Qué puede ser más didáctico que estudiar la guerra de Troya, su desarrollo, a partir de una representación teatral sobre un tablero gigante de ajedrez, con figuras humanas y en movimiento?
Miércoles, 18 de junio de 2003
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Como profesor de Latín y Griego desde hace 16 años, y aficionado al ajedrez desde antes incluso de entrar en contacto con el mundo clásico, leí con extraordinario interés y curiosidad un número de la revista de ajedrez Jaque que incluía un artículo titulado “La Ilíada inmortal”, y en el que se recreaba el final de la Guerra de Troya aprovechando una partida de ajedrez.

En esa misma revista se recogían experiencias de ajedrez viviente. Entonces empecé a pensar en la posibilidad de representar en el centro, el IES “Airén” de Tomelloso (Ciudad Real), un enfrentamiento entre griegos y troyanos, aprovechando una partida de ajedrez.

Además de ampliar los recursos y materiales para nuestras clases de Griego y Cultura Clásica, objetivo que siempre perseguimos, aprenderíamos al mismo tiempo ajedrez, Literatura y Mitología Griega y, combinando el “prodesse et delectare”, difundiríamos la cultura clásica entre todos nuestros potenciales alumnos de la ESO.

Antecedentes

En el curso 1999-00 organizamos una sesión de simultáneas en el gimnasio del instituto, con motivo de la Semana Cultural que cada año se organiza en el mes de abril. En dicha sesión, el GM Karen Movsiczian se enfrentó a 30 jugadores provenientes de los distintos centros de la localidad.

Asimismo, durante el curso 2000-01, también durante la Semana Cultural, realizamos por primera vez un ajedrez viviente. Aprovechábamos para ello una partida ya jugada y cuyos movimientos se iban mostrando sobre el gran tablero formado al efecto en el gimnasio del centro.

Durante el curso 2001-02 el reto era aún mayor: se daba la coincidencia de que el Departamento de Latín y Griego se había propuesto como organizador de la Semana Cultural del centro, sugiriendo además como tema monográfico de la misma “El mundo clásico”. Así que el ajedrez viviente de este año debería tener relación, cómo no, con la cultura grecorromana.

La Ilíada sobre el tablero

No era difícil encontrar un enfrentamiento bélico en la Antigüedad Clásica: la guerra del Peloponeso, las guerras Médicas, las guerras Púnicas, la guerra civil entre César y Pompeyo… y la guerra de Troya. Claro. Este enfrentamiento, mitad historia mitad leyenda, con sus precedentes de luchas entre dioses y ese final lleno de astucia, en el que participaban la estrategia y el valor de los griegos, era el que mejor podía adaptarse a una partida de ajedrez, donde existiría, claro está, lo que en el argot ajedrecístico se llama “sacrificio de caballo”.

La similitud entre las partes de una partida de ajedrez (apertura, medio juego y final) y la división del teatro clásico (exposición, nudo y desenlace), que podemos rastrear en el conflicto entre griegos y troyanos, acompañada de un texto adecuado que fuera ilustrando al mismo tiempo los movimientos-momentos destacados de la partida-guerra, facilitaría la aplicación didáctica de la actividad.

Nos pusimos manos a la obra. En el primer trimestre, los alumnos de 2º de Bachillerato de Humanidades aprendieron las reglas básicas del ajedrez, poniendo en práctica dichos conocimientos en partidas que fueron jugando entre ellos. Mientras, los alumnos de ESO participaban en la actividad “Ajedrez en los Recreos”. En el segundo trimestre, los alumnos de Griego de 2º de Bachillerato leyeron en casa la Ilíada de Homero, realizando un trabajo evaluable para la segunda evaluación.

Llegado el mes de abril, se juntaron los alumnos de 2º de Griego con los de la ESO para completar las 32 piezas que necesitábamos. A continuación, se seleccionó la partida que se iba a representar, buscando un caballo que se adentrara en las líneas enemigas y que se sacrificara para obtener la victoria final. Se distribuyeron los lugares de salida y los personajes principales en la partida.

Se fueron preparando la indumentaria y las piezas troqueladas que luciría cada miembro del ajedrez viviente y, por otra parte, los alumnos de Griego de 2º empezaron a preparar las dos escenografías que se introducirían antes y en el transcurso de la partida: “El juicio de Paris” y “El caballo de Troya”.
Por último, se seleccionó la música adecuada para dichas escenografías, así como para cada momento especial de la partida, y la pieza que sería el fondo musical durante toda la partida.

Antecedentes del proyecto

Desde el curso 1997-98 habíamos introducido en el centro, como actividad lúdica para los recreos, un taller de ajedrez con un inicio teórico en el que repasaríamos las reglas del juego y una parte práctica que culminaría en la celebración de un torneo durante el tercer trimestre. Nos apoyábamos, para proponer la inclusión de esta actividad en el Plan de Mejora para el Ocio y Tiempo Libre en el centro, en las mismas afirmaciones, no por conocidas suficientemente repetidas, que empleó Coalición Canaria en la moción que presentó en el Senado a fin de introducir el ajedrez como asignatura obligatoria en la enseñanza Primaria y optativa en Secundaria, a saber:
—El ajedrez ejercita la mente.
—El ajedrez tiene una amplia capacidad formativa.
—El ajedrez constituye una sana ocupación del tiempo libre.

También fundamentamos nuestra propuesta con las capacidades que Rudik, Diakov y Petrovsky concluían en un estudio psicométrico de 1925 que desarrollaba el ajedrez: atención, concentración, imaginación, memoria, voluntad de vencer, dominio de sí mismo, espíritu de decisión, lógica matemática, creatividad, inteligencia, organización y gusto por las lenguas extranjeras.

El material utilizado para la experiencia “La Ilíada sobre el tablero” fue el siguiente:
—Papel continuo sobre el piso del gimnasio para realizar el tablero y cartulinas blancas y negras para cada pieza.
—Equipo de mezclas y CD y casetes.
Como sugerencias, una vez realizada la experiencia, señalamos las siguientes:
—En lugar de un gimnasio, sería recomendable utilizar un pabellón con gradas, sobre todo por la visión en perspectiva del tablero y las piezas.
—La experiencia del ajedrez viviente puede mezclar este juego-deporte con cualquier contenido, preferentemente humanístico, que se quiera transmitir a un gran grupo: época medieval, guerras, el Quijote…

Julián ESTESO SEPÚLVEDA 

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