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Y sopló, sopló, sopló...

Las maestras de Educación Infantil han de luchar todos los días de su vida profesional por uno de los mayores retos en los pequeños: la adquisición de las habilidades del lenguaje y comunicativas.
Miércoles, 11 de junio de 2003
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A lo largo de nuestra experiencia docente como maestras de Educación Infantil nos hemos ido dando cuenta de que los alumnos suelen presentar dificultades relacionadas con el lenguaje (articulación, expresión, atención, respiración…) derivadas de distintas causas. Algunas de ellas podrían ser el ambiente sociofamiliar desfavorecido, malos hábitos como el abuso del chupete, niños de integración, desconocimiento del idioma…

Consideramos importante estimular el lenguaje desde edades tempranas, puesto que es en los primeros años donde asientan las bases de su desarrollo lingüístico.

Actividades

Hemos recopilado de nuestro trabajo en el aula diversas actividades que pueden ayudarnos a compensar dificultades y mejorar el uso del lenguaje. Exponemos cómo poder trabajarlo durante una jornada.

En la entrada del aula comenzamos con una canción para saludarnos y darnos los buenos días: “Hola, ¿cómo estáis hoy por la mañana? Estamos todos bien cantando está canción”. Después se pregunta a cada niño cómo está; de esta manera, le das pie a que cuente experiencias del día anterior, inquietudes, preguntas, etc. Trabajamos así el diálogo, la atención y el turno de palabra.
A través de fotografías agrupadas en distintas categorías (escultura, monumentos, paisajes…) el niño adquiere nuevo vocabulario. Esta misma actividad se hará con carteles que contengan palabras de partes del cuerpo, partes de la casa o frutas. Con todos estos conceptos se puede trabajar la construcción de frases, la creación de historias, y separar con palmadas las sílabas de cada palabra. También serán válidas las grabaciones con ruidos y sonidos para favorecer la discriminación auditiva.

Mejorar la respiración

De una forma menos dirigida y más lúdica se pueden hacer ejercicios para mejorar la respiración con pompas de jabón. Otros ejercicios para trabajar la respiración serían:

—Utilizando el cuento de Los tres cerditos, jugar a soplar como el lobo para tirar las casitas hechas de papel (paja), cartón (madera) y plastilina (ladrillo).
—Inspirar con una pajita para coger los pequeños trozos de papel y también para desplazarlos.
—Hacer un dibujo soplando con una pajita sobre una gota de témpera líquida.

Adivinanzas, trabalenguas, poesías, rimas, refranes, retahílas, etc., son actividades que enriquecen la capacidad de atención, memoria, vocabulario, y la expresión de los niños.

A partir de los cuentos, ya sean inventados o conocidos, estimulamos la creatividad del niño empleando algunas técnicas de Rodari, como el binomio fantástico, ensalada de fábulas, qué pasaría si…, terminar el cuento con un final inventado por los niños, trastocamiento fantástico, etc. E incluso podrán dramatizar el cuento y mejorar así su expresión oral.

Todas estas experiencias se trabajarán de manera global durante las jornadas y darán cabida a otras actividades, ya que es el lenguaje la principal fuente de expresión y comunicación del niño con el medio.

Raquel ARENAS, Sonia HERRERO y Áqueda PELAYO 

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