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¡Cáscaras!: Experihuevos

Los pequeños se sintieron por un momento como verdaderos investigadores gracias a los experimentos que realizaron primero en la escuela y después en la
IV Feria de Madrid por la Ciencia.
Miércoles, 4 de febrero de 2004
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El misterio de las cáscaras, ¿qué hay detrás? La observación, la ciencia y la investigación en Educación Infantil han encontrado su sitio en el proyecto ¡Cáscaras! Experihuevos. Los alumnos dieron sus primeros pasos como “investigadores” mientras los profesores animamos y reforzamos su participación, estimulando su curiosidad y captando su interés.

El primer lugar donde se desarrolló la actividad fue la escuela, pero el verdadero reto era trabajar en un espacio distinto del entorno habitual, la Feria. Cada alumno, de forma particular, pudo realizar las acciones necesarias que le permitieron el descubrimiento de las causas y los efectos de sus intervenciones, lo que les puso en situación de experimentar hasta conocer.

Los niños, unas veces solos y otras en grupo, descubrieron y construyeron sus aprendizajes desde la colaboración y el apoyo de los iguales. Se sintieron verdaderos “científicos”, buscando explicaciones a diferentes hechos a los que hasta ahora no habían prestado atención.

Pica, pica, pollito

Para el desarrollo de esta actividad necesitamos huevos de gallina fecundados, una incubadora casera y registros de control de volteo y temperatura. En la incubadora se podían observar los huevos fecundados y su mantenimiento. Éstos están marcados con códigos de número y color para facilitar el volteo.

También es importante que dos veces al día los giren para que reciban calor por todos los lados. A continuación, instalamos la incubadora para relacionarla visualmente con el medio natural en el que se incuban los huevos (el nido) y, finalmente, la observación de un pollo, nacido hace mes y medio en la incubadora, cierra la actividad. En cuanto a los objetivos, son:

—Potenciar la observación y experimentación como fases fundamentales en Infantil.
—Conocer de forma directa cómo nace un ser vivo.
—Entender el funcionamiento de una incubadora y participar de forma activa en su mantenimiento, utilizando instrumentos propios del proceso científico.

Para que la actividad sea un éxito, es importante elegir los huevos fecundados en granjas especializadas, ya que el éxito del nacimiento, nunca llega al cien por cien.

Huevos con arte

Para esta actividad, necesitamos papel continuo oscuro, cartulinas cortadas a distintos tamaños y formas, huevos batidos, cáscaras, hueveras de plástico, brochas y pinceles. Lo primero fue confeccionar la paleta medieval usando una huevera en la que mezclamos huevo batido con los pigmentos elegidos, consiguiendo distintos colores. Pintamos sobre una base de cartulinas de colores añadiendo las cáscaras, formando un collage con las obras realizadas.

No hay que barnizar los trabajos con la témpera ni utilizar pegamento, ya que el huevo se convierte en un barniz y pegamento natural. Los objetivos son:
—Permitir la experimentación y el contacto con el elemento central del proyecto: el huevo, al elaborar la paleta medieval.
—Crear un cuadro plástico colectivo, resultado de la suma de cada producción creativa individual.

Se trata de experimentar con nuevos materiales en la expresión plástica y constatar los excelentes resultados que pueden obtenerse.

Evaluación de la actividad

Toda la comunidad educativa de Zaleo quedó impregnada de una cultura científica que continúa manteniendo y desarrollando. La observación sistemática permitió mantener viva y dinámica la acción educativa. Las demandas de los niños fueron tenidas en cuenta y eso favoreció el estímulo de su curiosidad y la captación de su interés. Lo que se pretendía con este proyecto era potenciar la observación, fomentar el uso de la terminología científica, la realización de experimentos y mostrar cómo se pueden trabajar los contenidos científicos en la escuela.

Si hubiera que destacar algo de este proyecto, sería precisamente su alta carga innovadora dentro de la metodología de Educación Infantil, enfatizando sobre todo en los siguientes puntos:

—Es posible poner en marcha un proyecto que implique e interese a niños de tres años hasta adultos.

—Hay que romper esquemas sobre las posibilidades de los alumnos de Educación Infantil.

—Que la participación de toda la comunidad educativa es fundamental para el éxito de este proyecto.

Gregoria BATALLA, Ana DÍAZ, Bernardo FUENTES, Ma Jesús TORRES
E.I Zaleo (Madrid) 

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