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¡Silencio! Se rueda

En el malageño CEIP “Fuente Nueva” la cámara de video se ha convertido en un elemento imprescindible en el aula. Los escolares protagonizan películas y valoran la importancia de las Nuevas Tecnologías.
Miércoles, 3 de marzo de 2004
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Hace poco tiempo, en una reunión entre varios amigos, uno de ellos se dedicó a grabar con una video-cámara nuestra charla informal, nuestros gestos, los detalles que le llamaban la atención. Nadie se inmutó por ello y realmente ignoramos la cámara, pero sacamos una serie de conclusiones que también pueden aplicarse en la enseñanza escolar:

—Existe una cantidad de aspectos que no vemos y la cámara sí ve.
—La cámara objetiviza la vida.
—La cámara nos delataba los detalles de nuestro modo de gesticular, de ser, de ver o de hablar.

El vídeo en el aula

No es un tema baladí que una cámara esté en el aula de modo permanente como un recurso didáctico más. Y no sólo porque podemos realizar unos vídeos de vez en cuando grabando un teatrillo, una fiesta o una canción. Sobre todo, la utilidad del vídeo está allí donde está la vida y la reflexión sobre ésta.

Actualmente, la expresión oral es un tema olvidado en nuestras escuelas, y una cámara puede ser un impulso para este tipo de comunicación, ya que podemos grabar exposiciones orales de los niños y luego verlas y discutirlas. Además, es una actividad que les encanta y que es muy rentable didácticamente.

Las primeras experiencias fueron muy curiosas: desde el niño al que no se le entiende nada, hasta el que se pone muy nervioso y no es capaz de articular palabra delante de la cámara.

Cuentos en vídeo

La plástica y la música se funden en el vídeo como una experiencia artística global. Aprovechamos esta característica para dibujar sobre un tema, escanear los dibujos e importarlos a una iMovie. Además, buscamos una música adecuada como fondo que reforzara el tema tratado. También otro método puede ser el de grabar directamente los dibujos y montarlos, dando como resultado unos músico-movigramas geniales.

En clase hemos hecho varias grabaciones de este tipo, y siempre les ha encantado a los niños, al timepo que les ayudadaba, por un lado, a disfrutar de un modo más analítico de la música, y por otro, a disfrutar con la expresión artística.

Una añeja experiencia

Hace unos años las cámaras de vídeo todavía no eran accesibles, pero teníamos una serie de sencillos medios técnicos y alguna idea de la importancia de lo que entonces llamábamos “Educación cinematográfica”. Nos planteamos el rodaje de un pequeño corto con los niños durante una semana como una experiencia de trabajo plástico, en definitiva, de lenguaje total.

La preparación del guión y la historia empezó un mes antes. Los niños se inventaron varias historias y finalmente se escogió El niño vagabundo. Pero el guión tenía que grabarse, por lo que un equipo se encargó de realizar un guión técnico durante la semana previa. Hecho el guión, se escogieron los intérpretes y otras funciones necesarias como la de claquetista, secretaria de rodaje o producción. Todo estaba preparado y finalmente iniciamos el rodaje. Durante una semana estuvimos entrando y saliendo del colegio para rodar en la calle o en el campo.

Después de este intenso rodaje, revelamos los negativos, para lo que tuvimos que usar una moviola de celofán donde montar algunos trozos. Finalmente, llegó el turno al doblaje y tuvimos que doblar las voces en la clase grabando con un improvisado micrófono.

Lo importante fue la semana que vivimos con los niños, en la que aprendieron a utilizar la imagen en movimiento como trabajo de expresión artística totalmente vivo.

El vídeo de la paz

En la actualidad, solemos realizar una actividad de canto escolar como complemento a las clases de Música. Utilizamos un par de horas del recreo a la semana, ya que se trata de una actividad voluntaria que finalmente se ve recompensada con la grabación en vídeo de las canciones que van aprendiendo.

Otra de las actividades que propusimos fue la grabación de una dramatización sobre el tema de la paz. Así que elaboramos un guión, lo ensayamos con el grupo y lo rodamos en varias sesiones con una cámara analógica.

Nuestros medios técnicos no son muy grandes, ya que en el colegio solo tenemos un solo iMac Dv, una videocámara digital In/Out y una grabadora de CDs, pero resultan más que suficientes para realizar las actividades. De hecho, en un trimestre tenemos más de una hora y media de vídeo ya producido y editado a base de pequeñas películas, desde festejos navideños a películas del taller de vídeo.

En definitiva, estas experiencias nos han llevado a plantear nuevas formas de creatividad en el aula.

El valor de la imagen en movimiento

El filósofo griego Heráclito lo clarificó hace mucho tiempo: “Todo se mueve”. Todo en la Naturaleza se mueve, palpita, tiene ritmo y vid, y por eso la música nos conmueve porque existe con nosotros, vive con nosotros, nos acompaña en nuestro vivir y se une a nuestro ritmo natural. Con el cine y el vídeo ocurre lo mismo porque son tiempo, son música y ritmo, además de imagen.

Parece que la escuela se olvidó de este aspecto y tuvimos a los niños siempre demasiado quietos en el aula, ignorando que somos cuerpo en movimiento. La escuela se olvidó de que somos naturaleza, de que somos movimiento y de que tenemos un cuerpo que palpita.

El vídeo nos pone en bandeja la expresión artística más viva, la más global y total, pudiendo integrar todos los medios, y si conseguimos que no sólo analicen un vídeo con ojos críticos, sino que participen en su creación y poco a poco puedan abordar todo el proceso de creación de pequeñas películas o de reportajes, entonces estaremos enseñando con un lenguaje acorde a nuestro tiempo, con su lenguaje. En resumen, estaremos dándoles la palabra adecuada al mundo que nos ha tocado vivir.

Ninguno de estos nuevos medios anula los anteriores; eso sí, los complementa y dará lugar a una nueva situación, ya que nuestra escuela cambia para dar paso a estos medios. El vídeo debe ser tan cotidiano o más que la tiza en el aula del siglo XXI.

Tiza, papel, vídeo, ordenadores, Internet… Todo vale en esta escuela de hoy. Los nuevos medios integrarán a la tiza y al papel, y no al revés. La tiza y el papel seguirán siendo útiles, pero ya ha pasado la época de su exclusividad. Son un medio más de apoyo en determinados momentos para conceptualizar algunas cosas, pero la escuela y la vida nueva viene de la mano de los otros medios.
Pese a lo que a primera vista pudiera parecer, el maestro es más imprescindible que nunca. Se necesitan profesores que encaucen valores y actitudes, que sean guías, que estimulen procesos y que saquen de cada uno lo mejor de él mismo. En definitiva, que acompañen al alumno en su descubrimiento de las Nuevas Tecnologías.

Ramón Honorato MARTÍN
CEIP “Fuente Nueva”
San Pedro de Alcántara (Málaga) 

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