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Más de 1.000 millones de niños, sin protección

El informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2005, que recientemente hacía público Unicef, pone de manifiesto que más de la mitad de los niños del mundo sufren graves privaciones debido a la pobreza, la guerra y el VIH/SIDA.
Miércoles, 2 de febrero de 2005
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Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

Francisco González Bueno, presidente de Unicef-Comité Español, y Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación, fueron los encargados de presentar en Madrid este documento que, bajo el título de La infancia amenazada, examina tres de los factores más generalizados y devastadores que ponen hoy en día en peligro a la infancia: VIH/SIDA, los conflictos y la pobreza.

Y es que este informe señala que más de 1.000 millones de niños no disfrutan del desarrollo y la protección que en 1989 prometía la Convención sobre Derechos del Niño, el tratado de derechos humanos aprobado casi universalmente.En este sentido, La infancia amenazada hace hincapié en la incapacidad de los gobiernos para cumplir las normas de la Convención, lo que causa un perjuicio permanente a los niños e impide a su vez el progreso hacia los derechos humanos y el avance económico.

“Hay demasiados gobiernos que toman decisiones deliberadas y con conocimiento de causa, que en realidad perjudican a la infancia. La pobreza no surge de ninguna parte; la guerra no estalla por ninguna razón; el SIDA no se propaga por sí solo. Todo esto son decisiones nuestras. Cuando la mitad de los niños del mundo crecen hambrientos y con mala salud, cuando las escuelas se han convertido en blancos de guerra y poblados enteros se quedan vacíos debido al SIDA, no hemos conseguido cumplir las promesas que habíamos hecho a la infancia”, ha declarado Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef.

No en vano, a pesar de que casi todos los países del mundo han adoptado una serie de normas para la protección de la infancia, el Estado Mundial de la Infancia 2005 indica que más de la mitad de los niños del mundo sufren graves privaciones que ponen en peligro su infancia, al mismo tiempo que retrasan el desarrollo de los países. Además, según pone de manifiesto este informe, los niños experimentan la pobreza de una manera diferente a los adultos y los indicadores tradicionales relacionados con los ingresos o el consumo no logran captar la forma en que la pobreza afecta realmente a la infancia.

El documento ofrece un análisis de las siete privaciones básicas que sufren los niños y que influyen de manera fundamental en su futuro. En colaboración con los investigadores de la London School of Economics y de la Universidad de Bristol, Unicef concluye que más de la mitad de los niños del mundo en desarrollo sufren privaciones graves de uno o más de los bienes y servicios esenciales para la infancia:
—640 millones de niños carecen de una vivienda adecuada.
—500 millones de niños no tienen acceso al saneamiento.
—400 millones de niños no consumen agua potable.
—300 millones de niños carecen de acceso a la información (televisión, radio y periódicos).
—270 millones de niños no tienen acceso a servicios de atención a la salud.
—140 millones de niños –la mayoría de ellos niñas– nunca han acudido a la escuela.
—90 millones de niños no tienen acceso a una alimentación básica.

La publicación también revela que la pobreza no es exclusiva de los países en desarrollo: en 11 de 15 países industrializados, de los cuales había datos comparables disponibles, la proporción de niños que vivían en hogares de bajos ingresos durante los últimos diez años había aumentado.

En definitiva, superar la diferencia que existe entre el ideal de la infancia y la realidad es una cuestión de elección. Según Bellamy, “la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño fue un momento de lucidez del mundo, que reconoció que el progreso humano solamente puede alcanzarse cuando todos los niños tienen una infancia sana y protegida”. 

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