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La escuela infantil, por la diversidad

La Atención a la Diversidad se lleva realizando en la EI “Marionetas” de forma sistemática, con normalidad, pero no exenta de dificultades, desde el mismo día en que abrió sus puertas, allá por 1987.
Miércoles, 21 de septiembre de 2005
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En septiembre de 2003 dimos un paso más en el proceso de Atención a la Diversidad, es el que denominamos “Atención Singular Prioritaria”. ¿Qué significado tiene esta expresión? ¿Y por qué la hemos asumido? Eso es lo que vamos a relatar a continuación. La primera razón era muy sencilla, a los nueve niños con Necesidades Educativas Especiales que ya eran habituales había que sumarles dos. La segunda era más compleja y responde a las preguntas cómo son estos niños y qué, cuándo, cómo y quiénes podemos trabajar con ellos.

El primer niño procedía de otra escuela infantil que sólo trabajaba el primer ciclo. Es un niño autista, con gran hiperactividad y asombrosa facilidad para huir y esconderse del adulto y con una agilidad envidiable para subirse a los lugares más inauditos, tanto dentro de la escuela como fuera de ella.

Del otro niño sabíamos su edad, que no había estado escolarizado previamente en ningún sitio y que en ese mismo verano le habían diagnosticado como Síndrome X Frágil. Los datos que nos llegaban eran muy difusos; nosotros no habíamos oído hablar de dicho síndrome; el equipo de Atención Temprana nos daba algunas pistas como falta de sociabilidad, agresividad, hiperactividad, ausencia de lenguaje oral o de límites, y la madre, nuestra única referencia familiar, nos comentaba con una naturalidad asombrosa que “ya os enteraréis cuando venga, tiene la cabeza como una piedra y hace lo que le da la gana, a mí me tiene aburrida y la casa está destrozada”.

Para facilitar la difícil adaptación que en esos primeros días se hizo patente de forma tan alarmante, decidimos revisar los objetivos que realmente nos habíamos marcado, ya que todo lo que se había planificado previamente no había servido para nada y lo que comenzamos a hacer a partir de ese momento era toda una incógnita.

Comenzamos por cambiar horarios, redistribuir al personal de apoyo, adaptar espacios alternativos, traer material didáctico apropiado y motivador, buscar asesoramiento y formación en esta nueva situación y prepararnos mentalmente y psicológicamente para afrontarla, tanto a nivel personal como de equipo. A día de hoy, año y medio después, hemos conseguido adaptar los objetivos generales a esta singularidad prioritaria.

Resolver conflictos

El primer niño objeto de nuestra atención ahora se encuentra tranquilo con sus compañeros de clase, realizando sencillas actividades dirigidas, saliendo al patio a jugar, pasear y corretear entre los árboles, subiéndose, al igual que sus compañeros, a las estructuras diseñadas para ello y respondiendo positivamente, en la mayoría de las ocasiones, a las sugerencias, indicaciones y limitaciones que se le ponen.

El segundo niño entra cada mañana tranquilo a la escuela en busca de su educadora, a la que saluda dándole un beso antes de dirigirse a su “panel agenda” para elegir la actividad que le toca hacer en ese momento. Continúa sin hablar, pero ha logrado expresar y comprender claramente todas las indicaciones que hemos diseñado para él con una mezcla de lenguaje oral y de signos. Es capaz de comunicar su desacuerdo en muchas de las decisiones que se le trasmiten, iniciando una pequeña rabieta que completa con un montón de gestos muy expresivos, pero termina asumiéndolas tras escuchar las explicaciones del adulto.

M. A. MARTÍNEZ VILLAR
EI Marionetas
(Torrejón de Ardoz, Madrid) 

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