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La policía vuelve al colegio... por nuestra seguridad

Más de 3.100 agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en concreto, agentes de policía (y de la guardia civil en las zonas rurales), se movilizan desde el 10 de enero en el entorno de los centros escolares para luchar contra el tráfico de drogas a pequeña escala y contra el propio consumo de estupefacientes entre los escolares en los alrededores de los centros educativos.
Miércoles, 11 de enero de 2006
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Autor: Marta SERRANO

Así lo anunció el ministro del Interior, José Antonio Alonso, la semana pasada en una rueda de prensa en la que justificó la puesta en marcha de este dispositivo de “protección específica” para los menores en la precocidad del inicio en del consumo de drogas que se sitúa en los 14 años.

El titular de Interior explicó que el plan complementa a otro que entró en vigor el 2 de enero de este mismo año y que está centrado en la vigilancia de las zonas de ocio y de diversión. Ambos dispositivos, que funcionarán en toda España, en principio, a lo largo de los próximos dos años, se pusieron en marcha ya en forma de programa piloto con el inicio del curso escolar y al comprobar que los “camellos” buscaban sus víctimas entre los escolares adolescentes.

Horario ininterrumpido

El objetivo es conseguir que la enseñanza y la formación de los niños y los jóvenes se realice en un entorno de convivencia seguro y saludable, ya que el consumo de estas sustancias se está traduciendo en el aumento del número de menores que demandan tratamientos contra la adicción. Las operaciones se centrarán en los entornos de las escuelas en todos los horarios con afluencia de niños y jóvenes, es decir, tanto durante el tiempo de formación reglada, como en el horario reservado a las actividades extraescolares o al descanso escolar.

Los planes también incluirán operaciones preventivas mediante el uso de agentes de la Policía Local uniformados. Además, para potenciar la prevención, la disuasión y la represión, se establecerán mecanismos de colaboración con los responsables de los centros docentes y se impulsará la captación de información.

Dicha información servirá para elaborar Mapas de Puntos de Riesgo específicos, tanto de zonas escolares como de lugares de ocio y diversión con el que se planificarán las intervenciones más puntuales.

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